Capitulo 27

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─ ¿Qué pasó? ─inquiere Yakov al verme.

─Dame asilo unos días.

─Bien. ─cruza sus brazos y sus ojos azules brillan con diversión. ─ ¿Se te acabó tu luna de miel?

─Idiota. ─resoplo.

─Espero que no hayan quedado en muy malos términos. ─baja las escaleras. ─Porque mañana vendrán.

Siento que quiero desaparecer.

─ ¿Por qué?

─A tomar el té. ─rueda los ojos. ─Pues obvio a idear un plan, Alexandra.

Voy a la pequeña barra y sin permiso alguno me sirvo un poco de whisky.

─Si tengo humor, estaré presente.

─Por cierto. ─habla Alika. ─Uno de los prisioneros que tienen en la organización es Franco.

Le doy un trago y siento mi garganta arder, él no es mi amigo, pero por alguna extraña razón, no me gusta que se encuentre ahí, aparte me salvó en el último enfrentamiento.

─Podemos liberarlo. ─miro a Yakov. ─ ¿Qué te parece?

─No sé. ─hace una mueca. ─ ¿Valdrá la pena? Porque en verdad tu Aleksei es un dolor de huevos que no soporto.

─Él piensa lo mismo de ti.

─Como sea. ─camina hacia sus escoltas y empieza a dar órdenes en ruso.

─Mientras ellos estén en la reunión, podemos ir con Franco, les decimos que lo conocemos y que va a cooperar con nosotros...

─Puede ser, pero...

─Los guardias no dudarán de ti, eres la mujer de Aleksei.

Ya no lo sé.

(...)

─ ¡Alexandra! ─me mueven bruscamente.

─No...─gruño poniendo una almohada en mi cara.

─Los chicos están aquí, Yakov les está hablando sobre Franco.

Me levanto con rapidez y veo la hora, ya pasa de medio día, no puedo creer que haya dormido tanto, me doy una ducha rápida y me coloco algo cómodo. Me quedo de pie en el umbral, sin atreverme a entrar.

No quiero verlos.

La sola idea de que me juzguen con la mirada me hace sentir incómoda, trago saliva con fuerza y siento la mano de mi amiga sobre mi hombro.

─No tienes nada de que avergonzarte, Alex.

─Lo sé, pero aún así es difícil, sabes lo asqueada que me sentía conmigo misma como para que ahora alguien me mire de la misma forma.

─Bloquea tus emociones, como lo hacías siendo Sam. No puedes mostrarte vulnerable.

Inhalo con fuerza y me animo a entrar, Alika me sigue de cerca, todas las miradas se posan en mí, menos la de Aleksei que no deja de analizar a Yakov, ambos están de un extremo a otro viéndose de frente, tomo asiento en un lugar neutral junto a mi amiga.

─No veo porque tendríamos que liberarlo. ─comenta Aleksei, apoyando la barbilla en su mano, me sorprende su serenidad. ─Es un agente insignificante, lo mejor será deshacerse de él y ya.

─Creemos que puede ser de ayuda.

─ ¿Creen? ─repite con burla. ─No le veo ninguna habilidad notable, es un cero a la izquierda.

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