Transcurrieron varios segundos interminables antes de que Emily abriera la puerta del apartamento. Primero tímidamente, y luego lo suficiente como para que Morgan entrara justo detrás de ella. A primera vista, y para un desconocido, el lugar podría incluso describirse como acogedor. Sarah había hecho un buen trabajo. Todo estaba ordenado y olía a limpio. Era difícil concebir la escena dantesca que Morgan había encontrado al entrar allí sólo unos meses atrás.
Emily no pudo evitar estremecerse al revivir aquellos momentos. Aún tenía la impresión de que si miraba detalladamente vería el rastro de su propia sangre en el suelo. Por supuesto, sólo era su imaginación, y no porque Sarah se hubiera esforzado en dejar todo inmaculado, sino porque ya su propio equipo se había encargado de eliminar cualquier rastro de lo que allí había ocurrido.
- ¿Quieres irte?
La voz de Morgan a su lado la hizo volver a la realidad.
Ella parpadeó un par de veces tratando de recuperar el control. Ya había estado allí antes, no era como si enfrentara la situación por primera vez. Y sin embargo, tuvo que reunir toda su entereza para responder a Morgan sin que su voz temblara.
- Es mi casa, Derek. No voy a dejar que me quite eso.
"Eso", era su seguridad. "Eso", era su vida. "Eso", era incluso su dignidad.
Si Morgan se había sentido como ella al regresar allí, no lo demostró. Tomó la iniciativa como si no hubieran transcurrido seis meses desde que había estado allí por última vez. Agarró el pequeño bolso al que Emily aún estaba aferrada – El mismo con el que un día antes había regresado de Francia-, y lo dejó sobre la mesita de centro.
- Ven, siéntate- Le indicó señalando hacia el sillón- Te serviré algo. Estoy bastante seguro de que aún debe haber algo de alcohol por aquí....- Añadió mientras rebuscaba entre los armarios de la cocina. Dibujó una expresión de satisfacción en su rostro y sacó una botella de uno de los armarios.
Emily lo observó un poco atónita, pero en cuanto vio la botella de bourbon, obedeció sin rechistar y se sentó. Al fin y al cabo, no le apetecía aún hacer el recorrido por el apartamento, y sin duda el alcohol la ayudaría a lidiar con eso.
Derek se acercó llevando dos copas. Le entregó una y bebió un sorbo de la otra antes de dejarla sobre la mesita de centro. Luego se sentó junto a ella, compartiendo el sillón de tres plazas, pero manteniendo la distancia lo suficiente como para que ella no se sintiera intimidada.
Esperó a que Emily bebiera un poco antes de hablar. Miró a su alrededor mientras la contemplaba juguetear con la copa entre sus manos.
- ¿Seguro que quieres quedarte aquí?
Emily no necesitaba ninguna explicación adicional al motivo de su pregunta. Era evidente que Morgan dudaba de su estado mental, al igual que lo hacía el resto.
- No voy a volver a abrirle la puerta a un desconocido, si es eso lo que te preocupa.
Se dio cuenta tarde de que debía haber reflexionado mejor su respuesta. Morgan se había quedado prácticamente paralizado con su comentario.
Casi horrorizado, a juzgar por la forma en que la estaba mirando.
- Lo siento... No debí decir eso- Se disculpó Emily inmediatamente. Dejó la copa en la mesita, junto a la de Derek, por temor a que sus manos, que nuevamente habían comenzado a temblar, no tuvieran fuerzas para sostenerla. Cabeceó en un gesto de negación- Soy una estúpida...
Se incorporó de forma abrupta en un intento absurdo de huir de sus ojos, y dejó escapar un jadeo cruzando los brazos sobre su pecho. Le dirigió una expresión de disculpa que en un principio no obtuvo respuesta, y luego bajó la vista al suelo.
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CENIZAS
FanfictionUna historia de Demily. NOTA: No soy dueña de mentes criminales, sólo uso sus personajes por pura diversión. ADVERTENCIA: Clasificada con contenido adulto por la temática.