CAPITULO 33

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Las semanas transcurrieron en relativa calma.

No había noticias de Bowell. Nadie sabía dónde podía haberse escondido. Emily estaba al corriente de que la investigación continuaba, y de que Hotch se habría asegurado de que García estuviera atenta a cualquier mínimo detalle que los pusiera de nuevo sobre la pista; pero también era consciente de que había una especie de pacto de silencio para no perturbarla sin motivo, para ayudarla a volver a su vida normal. Lo agradecía, por supuesto, pero no estaba del todo cómoda con aquella sobreprotección.

En cuanto a su relación con Morgan, era otro tema del que no solía hablar con el resto. Cierto era que de vez en cuando, alguno de los perfiladores trataba de indagar, pero tanto ella como Morgan se habían vuelto expertos en evasivas, y al fin y al cabo, siempre tenían la excusa de que si estaban viviendo juntos no sólo era porque hubieran reanudado su relación, sino en previsión de que Bowell pudiera intentar vengarse de ella.

El teléfono vibró dos veces, mientras desayunaban en la terraza.

Emily comprobó el mensaje de texto que García le acababa de enviar. Suspiró resignada al confirmar que se trataba de un caso. Simplemente les estaba avisando, de todas formas se dirigían a la oficina. Sin embargo, se quedó con sus ojos clavados en el teléfono y la taza de café que estaba tomando, congelada en el aire. En honor a la verdad, no tenía ningunas ganas de atrapar asesinos en serie aquel día. Era viernes, y ella y Morgan habían hecho planes para pasar el fin de semana en una cabaña cerca del río Shenandoah. Había sido idea de Emily, en verdad. Necesitaba estar un tiempo a solas con Morgan, desconectar de la realidad que los abrumaba por momentos. Necesitaba comenzar a crear nuevos recuerdos con él. Necesitaba proteger su relación de Bowell, independientemente de lo que ocurriera con él.

Sentía que, finalmente, las cosas podrían realmente mejorar y que la vida les compensaría por todo el dolor que habían sufrido.

- ¿Es local?

La voz de Morgan la reconectó con el presente. Emily percibió la frustración en su voz incluso antes de leerla en su rostro.

- Sí, es local...- Le dirigió una sonrisa comprensiva, a pesar de que ambos sabían que sólo trataba de consolarlo. Nunca podían prever cuánto podría complicarse un caso hasta que no terminaba- Tal vez lo atrapemos pronto...

Derek sonrió a su vez.

- Sí, tal vez- Se levantó de su asiento y le tendió la mano.

Cuando la tuvo a su altura, se miraron en silencio, descubriéndose de nuevo el uno al otro como hacían cada día desde que habían decidido darle una oportunidad al amor.

- ¿Va todo bien?

Morgan lo había preguntado sin pensar. De pronto había notado un halo de tristeza en sus ojos, y estaba seguro de que iba más allá de la simple decepción por la posibilidad de que sus planes del fin de semana se estropearan.

Ella arrugó el ceño, un poco desconcertada.

- Sí, va todo bien... Es sólo que llevaba organizando esto desde hace días...

Derek decidió aceptar su explicación, y respetar el hecho de que seguía siendo Emily Prentiss, y que necesitar tiempo para expresar sus inquietudes era parte de su personalidad.

- Podemos pedirle a Hotch que nos releve del caso... - Le sugirió- Llevamos semanas sin descansar, y estoy seguro de que el resto se puede hacer cargo... Todos lo entenderán...

Emily no tenía dudas de que así sería, pero no quería fallarle al equipo a pesar de que no podía negar que estaba agotada. Realmente todo había sido abrumador desde su vuelta, y aún estaba en proceso de volver a la normalidad.

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