CAPITULO 18

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Cuando Morgan subió al jet, ya el resto del equipo estaba acomodado en sus respectivos asientos. Emily, sentada frente a Reid, barajaba las cartas de póquer. Ambos habían ocupado sendos asientos junto a la ventana. Hotch y Rossi, habían optado por los asientos del otro lado del pasillo, y charlaban sobre la posibilidad de realizar alguna cena informal con el equipo. Lo necesitaban ahora que había regresado Emily. J.J. se había sentado junto a Emily, así que Morgan lo hizo junto a Reid.

Sus ojos se encontraron con los de Emily por unos instantes en la comprensión mutua de que algo había cambiado entre ellos después del beso de la noche anterior; pero fue algo demasiado fugaz como para que ninguno de los perfiladores pudiera sacar conclusiones.

- ¿Juegas al póquer?

Morgan se encogió de hombros y aceptó el ofrecimiento que Reid acababa de hacerle. Al fin y al cabo era una buena manera de mantenerse centrado en algo más que en Emily.

- Sí, claro.

El juego comenzó. Invariablemente Emily y, en menor medida Reid, ganaban partida tras partida. Ni Morgan ni J.J. habrían podido explicar por qué seguían aceptando jugar al póquer con ellos puesto que era evidente que las posibilidades de ganar eran mínimas.

- No volveré a jugar a nada con vosotros salvo a los dardos- Anunció J.J. dejando sus cartas a un lado. ¿Cómo era posible que sólo hubiera conseguido una pareja de ochos mientras que Emily había logrado una escalera de color? – Sé que Reid puede contar las cartas, Em, pero ¿Qué pasa contigo? ¿Tienes visión de rayos láser?

La morena se echó a reír. Su risa resonó en todo el jet sin darse cuenta de que había llamado la atención del resto. Era la primera vez que la escuchaban reír de aquel modo tan natural desde hacía meses.

- Bueno, J.J. También eres buena al billar- Le recordó la morena.

J.J. entornó los ojos con un gesto de desacuerdo.

- Morgan es mejor que yo al billar... Definitivamente lo mío son los dardos.

Nadie podía discutir eso, aunque después de Morgan, sin duda J.J. era la que mejor jugaba al billar.

- Bueno, la próxima vez serán dardos y billar- Intervino Rossi- Conozco un buen lugar para eso. Podríamos organizar algo para este fin de semana. ¿Os apuntáis?

- Por mi perfecto- Aceptó rápidamente Reid.

Morgan, Hotch y J.J. se sumaron sin reticencias. Emily frunció el ceño. No estaba segura de estar preparada para una salida de ese tipo.

J.J. se volvió hacia ella, leyendo las dudas en su expresión.

- Venga, Emily, será divertido. Necesitas distraerte.

Emily suspiró. Sí, necesitaba distraerse y su equipo se merecía que ella pusiera algo de su parte.

- Está bien.

Rossi sonrió con satisfacción.

- Entonces, lo organizaré todo. Conozco al dueño del local. Le pediré que nos reserve un lugar tranquilo.

Emily suspiró de nuevo. De pronto se sentía un poco presionada, pero sabía que todo estaba en su cabeza. Si había algo que ninguno de los que estaba allí presentes pretendía, era presionarla.

- Voy a preparar café. ¿Alguien quiere?

No hubo ninguna negativa. Todos parecían dispuestos a olvidar el horrendo café de la comisaría de Detroit.

Emily se incorporó del asiento y continuó hasta el office, que no era más que una minúscula barra provista de una cafetera eléctrica y una pequeña zona de lavado sobre la cual había un estante donde se guardaban las tazas y los vasos. Cargó la cafetera y esperó a que la máquina hiciera su magia mientras colocaba sobre la barra una bandeja y buscaba la leche y el azúcar.

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