CAPITULO 28

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Sentada en su escritorio, Emily estaba tan ensimismada trabajando en un perfil preliminar que le había encargado Hotch, que no se dio cuenta de que Morgan estaba junto a ella hasta que vio, justo delante de su nariz, el café que le estaba ofreciendo.

Miró hacia arriba y aceptó agradecida lo único que podría salvarla de quedarse dormida. A decir verdad, no había descansado demasiado la noche anterior. Aún sentía mariposas en el estómago cuando recordaba las palabras de Derek, ofreciéndole formar una familia.

Por supuesto, había algo más que la obligaba a mantener toda su concentración y que había ocupado gran parte de su jornada laboral. Su visita a la prisión a primera hora de la mañana.

- Gracias- Dijo tomando un sorbo- Lo necesitaba.

Derek se sentó sobre el borde de la mesa. Sintió los ojos curiosos de Reid y J.J., y más alejados, los de Rossi, que hablaba con Hotch junto a su despacho.

- ¿Qué tal te fue en la prisión?

No habían hablado del tema, básicamente porque Emily no tenía interés alguno en compartir su descubrimiento.

Concretamente, no quería compartir que aquella mañana, no había ido a la prisión de Virginia para revisar un caso de los que supuestamente Hotch le había encomendado. Estaba revisando un caso, sí, pero se trataba del que había llamado su atención cuando ojeaba los informes que Morgan tenía sobre su mesa. Cenizas a las cenizas. No había podido quitárselo de la cabeza.

Había tratado de ignorar las semejanzas con su propio caso, centrándose en las diferencias, pero no había podido sacárselo de la cabeza. Consideró que tal vez, si hablaba con George Taylor, el hombre que supuestamente había asesinado a Sarah Davis, se convencería a sí misma de que no existía motivo racional para relacionarlo con lo que le había ocurrido a ella.

Tampoco quería compartir que después de su entrevista con el supuesto asesino, supo que algo allí no encajaba. Durante su visita, Taylor había admitido con resignación que había llegado a un acuerdo con la Fiscalía para evitar la cadena perpetua. "Un hombre negro, con antecedentes penales, que se involucra con una chica blanca de buena familia" -había recitado casi como si fuera un mantra- "¿Qué posibilidad tenía de que me declararan inocente?"

Emily no podía negar que Taylor tenía razón. Y tampoco podía ignorar que había pasado la prueba del polígrafo a pesar de que de poco le había valido a la hora del juicio, ya que en su contra jugaban las evidencias físicas que habían encontrado en el lugar del crimen.

Sin embargo, al mostrarle el retrato robot que Charlie había descrito, no lo reconoció. Un poco frustrada, había regresado a Quántico, dispuesta a pesar de ello, a llegar al fondo del asunto, y aún más dispuesta a mantenerlo en secreto. Le había dicho tanto a Hotch como a Morgan cuando éste le había preguntado a dónde iba, que estudiaba un asesinato, obviando intencionadamente que incluía una violación; que algo en los detalles del caso, la había hecho desconfiar y que quería indagar un poco más para descartar un asesino en serie. Ahora tenía un segundo problema. Necesitaba la ayuda de García para comprobar si había habido asesinatos similares, más allá del período en que Morgan había investigado y más allá del Estado de Virginia.

Esperó a que estuviera a solas en su guarida para pedirle lo que necesitaba. Había conseguido esquivar tanto a Derek como a Hotch al regresar. Parecía que ambos estaban enfrascados en sus respectivos despachos. Ahora las cosas no podían ir mejor con Derek. Su conversación de la noche anterior parecía irreal a la luz del día, pero Emily sabía que la proposición de Morgan había sido tan auténtica como el amor que sentían. Y ella necesitaba darle un cierre al horror que había vivido, y necesitaba también mantenerlo al margen. Derek había estado absorto durante meses buscando a su agresor, y no quería que se obsesionara creyendo que por fin lo habían identificado.

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