CAPITULO 21

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Emily abrió la puerta lentamente, y luego se hizo a un lado para que Morgan entrara. En silencio, éste no pudo evitar reparar en las mantas y almohadas desmadejadas sobre el sofá. En un primer momento, la interrogó con la mirada, pero cuando Emily bajó la vista al suelo, esquivando sus ojos, optó por no hablar del tema.

- Espérame aquí, volveré enseguida.

Morgan la contempló mientras desaparecía en el dormitorio, y regresaba unos cinco minutos después con un pequeño bolso en la mano.

- ¿Lo tienes todo?

Ella asintió.

- Lo suficiente para un par de días. Puedo venir luego a buscar lo que necesite... Y supongo que algunas de mis cosas seguirán en tu casa.

Por supuesto que seguían. Morgan no se había atrevido a mover de sitio ninguna de sus pertenencias.

Salieron del apartamento sin mirar atrás, bajaron en el ascensor hasta el hall y se despidieron de Charlie. Tal y como Emily había supuesto, Morgan aún conservaba su vieja camioneta. No protestó cuando le abrió la puerta para que subiera. Las galanterías que normalmente la incomodaban no le molestaban cuando venían de Morgan, y especialmente después de que se presentara a las tres de la mañana para prácticamente rescatarla de sí misma.

- Siento que hayas venido hasta aquí por mi culpa. Charlie no debió haberte llamado, y menos a estas horas.

Morgan, que acababa de poner en marcha el motor, la miró con curiosidad.

- Charlie sólo hizo lo que yo le pedí que hiciera.

Inicialmente, aquella confesión supuso una sorpresa para ella, pero sólo unos segundos después comprendió que en absoluto lo era. Que Derek le hubiera pedido a Charlie que lo avisara si ocurría algo, era algo que debía haber esperado de él.

Morgan condujo atravesando la ciudad. A aquellas horas había poco tráfico y Emily se concentró en las luces del alumbrado público y de los semáforos. En unos minutos llegaron hasta la calle donde vivía Morgan. Accionó el mando de la verja de entrada y continuó hasta el patio de la casa. Bajó de la camioneta, cerró la verja y luego le abrió la puerta a Emily para que se apeara.

A pesar del tiempo que había transcurrido desde la última vez que Emily había estado allí, nada había cambiado demasiado. Tal vez algún mueble nuevo, o más bien alguna antigüedad restaurada. Morgan siempre tenía entre manos algún proyecto de ese tipo por lo que lo normal es que  hubiera algo añadido.

- ¿Esa es la mesa que estaba en el sótano?

Emily había bajado allí alguna vez con Derek. Cuando éste había comprado la casa, en lugar de tirar los muebles como hubiera hecho la mayoría de la gente, los había trasladado al sótano para examinarlos con cuidado. Emily recordaba aquella mesa de comedor antigua y llena de polvo, que ahora lucía un impecable barniz de color caoba que le había devuelto el esplendor de antaño.

- Sí. También estoy restaurando las sillas... Aún tengo que escoger el tapizado.

- Ha quedado increíble.

Morgan aceptó en silencio su halago, un poco sorprendido de que ella se hubiera fijado en algo tan nimio como sus labores de restauración teniendo en cuenta la situación en que se encontraba.

Comprobó la hora en el reloj de pared – Parte también del viejo mobiliario- e hizo un cálculo rápido. Eran casi las cuatro de la mañana. Hotch los había convocado a las diez para la reunión de coordinación, aunque normalmente todos estaban allí desde bastante antes. Siempre había trabajo atrasado que requería su presencia. Eso no les daba mucho margen para dormir.

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