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El viaje continuaba sin muchos contratiempos. Para su fortuna, el tiempo era favorable, y el barco podía avanzar sin mayor dificultad. El único problema era el jaleo por parte de Asta, quien no podía andar quieto, pero fuera de esto nada más.

El mar era tan pacífico, que se podía observar como la mayor parte de los viajeros conversaban, o simplemente miraban al horizonte, además de dos líderes atados con las manos hacia atrás, con un cartel en el que se podía leer, prohibido el alcohol. En cuanto alguno de los dos daba señales de quejas, una mirada fulminante los atravesaba, y gracias a eso los problemas causados se reducían.

Por otro lado, un Naruto algo desanimado estaba en la proa. Este observaba a lo lejos como si buscara respuesta a sus preguntas. Pensaba en cómo se las ingeniaría para entrar a aquel país donde encontraría respuestas, y si así era, qué iba a hacer después. Además también estaba preocupado por Izuku, quien se podía ver acompañado de Asta y Bennet sonriendo mientras mantenían una agradable charla por lo visto.

- Deberías dejar de preocuparte demasiado, no merece la pena. Ya verás como consigues encontrar a tu familia. - Decía Keching, quien rara vez se entrometía en esos asuntos, (la chica era un tanto tsundere).

- Cómo estas tan segura, y además, incluso la encuentre... - Estaba seguro de que no había esperanza de que alguno de sus padres estuviesen vivos. No se le podía culpar, ya que sabía con certeza que su madre había fallecido, pero un presente incierto era el de su padre, quien ni siquiera la jefa de aquel bosque pudo averiguar. Se había percatado que cuanto más viajaba, más dudaba de encontrar respuestas y menos quería saber en cierto modo. Porque por un lado, sino lo encontraba podría albergar ilusiones, pero por otro, sabía que solo sería un espejismo que acabaría en el momento en que encontrara la verdad.

- No es seguridad, tan solo son palabras, palabras que para algunos estarían vacías pero para ti pueden ser de utilidad. Después de todo, tienes un objetivo, ¿no?. Si fuera tú, también querría saber la verdad. - Naruto se giró hacia ella que contemplaba el mar con un semblante tranquilo, el cual transmitía madurez.

- Tienes razón . - Respondía mientras una risilla se escapaba de la comisura de sus labios. Ese discurso, que ciertamente parecería vacío para algunos, llegó a lo más profundo de su ser, y lo ayudó tranquilizándolo.

- Chicos, es hora de la cena. - Llegaba Asta quien como siempre animado avisaba a los rezagados. Estos dos asintieron y se dirigieron a acomodarse a la mesa.

Pocos días pasaron hasta que por fin llegaron al puerto del reino del Trébol. Allí los esperarían para guiarlos a la capital cuyo trayecto durarían dos días. Para entonces ya algunos de los demás participantes en el acto habían llegado, entre ellos cierto moreno de ojos negros que no tardaría en entrar en escena. Este era acompañado por dos escoltas.

- Mmm - Se estiraban, por fin ponían pie en tierra firme. El haber estado varios días en barco no había sido demasiado satisfactorio, ya que no tenían demasiado sitio para moverse, pero por suerte el viaje fue según lo previsto. Tras despedirse de la capitana, todos se dispusieron a tomar los distintos transportes que se les facilitaría, pero se les ofreció amablemente pasear por las calles de aquel lugar para que pudieran apreciarlo mejor mientras se solucionaban pequeños detalles.

Los recién llegados no tuvieron que pensarlo demasiado, era la oportunidad perfecta para conocer otra cultura, así que sería divertido ver todo aquello.

La única condición era volver a reunirse en cierto punto a la caída de la tarde, donde se les acompañaría a un establecimiento en el que poder descansar, así que cada cual ya fuera acompañado o solo, tomó su camino y se dirigió a contemplar los alrededores.

Por un lado, los jóvenes hacían un poco de turismo mientras que los adultos, buscaban una taberna para tomar algo mientras conversaban tranquilos. Todo iba bien salvo por un pequeño inconveniente. Un hombre encapuchado, que no se sabe de donde salió robó a el dinero de Asta y salió corriendo. Comenzaron inmediatamente a perseguirlo, con tan mala suerte que acabaron en los callejones de la ciudad, percatándose al poco tiempo de que se habían separado de Naruto, quien si seguía la pista correcta de aquel hombre.

No parecía que lo fuera a atrapar, pero por suerte para él, el ladrón se tropezó con un joven que pasaba por allí, quien fácilmente lo tumbó y le quitó la bolsa robada. Cuando ese hombre quiso pelearle de vuelta, este desenvainó su espada y la apuntó a su cuello, haciendo que retrocediera y abandonara el lugar con el rabo entre las piernas. Naruto observaba la escena. ¿ Quién era aquella persona?, era raro, pero agradecía que aquello no acabara de mala manera.

- Gracias por atraparlo, has sido de mucha ayuda. - Decía mientras extendía su mano para que le entregara la bolsa. El otro, quién se había separado de su escolta momentos antes, rio sutilmente, guardó su espada y antes de devolver lo robado, decidió burlarse un poco del rubio.

- No se si debería devolvértela, o quizás me la quede, después de todo que gano yo con ello. - Miraba a Naruto mientras decía estas palabras, quería ver la reacción del mismo, y para su sorpresa este sonrió de manera pícara. Se acercó a él y mientras soltaba un simple "ya veo" con unos seductores ojos azules que apuntaban directo a los contrarios, arrebató la bolsa de entre sus manos, y esquivó girando sobre si mismo al moreno quien intentó agarrarlo. - Interesante, tienes buenos reflejos, sin embargo yo soy mejor. - Se recochineaba mostrando otro pequeño saco muy conocido para Naruto.

- Oye, devuelve eso ladrón. - Aquel truhan había tomado su dinero.

- Si tanto lo quieres, atrápame. - Con esto último comenzó a correr tras él, si ya estaba cansado por perseguir al primero, ahora le tocaba alcanzar a otro. Por fortuna para él, este se apiadó y terminaron en una plaza cercana al lugar. Le devolvió lo que cogió "prestado", y a cambio le pidió que lo esperara. Tras escasos minutos apareció con algo de comer y algunas bebidas. Naruto estaba confuso, pero enseguida recapacitó.

- Gracias de nuevo, me has ayudado dos veces. Debería ser yo quien te invitara. - Sonreía mientras observaba su alimento. - Por cierto no me he presentado todavía, soy Naruto. - Alargaba la mano en forma de saludo la cual tomó el contrario.

- Yo Sasuke, un placer. Y dime Naruto que te trae a este lugar. - El nombrado se fijó mejor, y comenzó a reír, se había percatado de que ambos estaban en las mismas.

- Supongo que lo mismo que tú. - No era difícil deducirlo, ya que las ropas eran distintas a las de los ciudadanos que por allí paseaban.

- Ya veo, si es así... - antes de continuar tomó su mano y la besó, tras lo cual posó sus ojos en los de Naruto, - será un placer volver a vernos allí. - sonreía, ya había encontrado a su presa, la cual era divertido molestar por alguna razón. Mientras tanto Naruto se sonrojaba totalmente avergonzado, cosa que terminó gracias a la llegada repentina de sus otros tres compañeros.

- Por fin Naruto, menos mal. - Decía Bennet mientras se acercaba acompañado por los otros dos.

- Chicos - se levantaba soltando la mano del moreno quien lo imitaba un tanto molesto. - conseguimos recuperar esto. Menos mal que Sasuke detuvo al ladrón. -

- Ya veo, al menos nadie resulto herido, que alivio. - Añadía Izuku.

- Gracias de verdad. - Se inclinaba Asta agradeciendo de manera intensa. De esta forma marcharon hasta el punto de encuentro, donde se separaron para ir a los distintos alojamientos.

A la mañana siguiente, cada grupo tomaba un carruaje para viajar hasta el lugar. Mientras tanto algunos invitados ya comenzaban a llegar a la capital y a su vez cierta carta era entregada de manos de una joven bruja, que fue enviada días antes a petición del propio Julius.

Brillo destinadoWhere stories live. Discover now