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- Él me ayudó en el reino del Trébol, así que... - La puerta volvía a abrirse dando paso a Sasuke quien al principio estaba algo molesto por todo el trabajo, pero que posteriormente se tensó al ver a Naruto allí.

- ¿ Qué estas haciendo aquí? -

- Sasuke yo... - El rubio estaba aterrado, pensó que volvería a la habitación antes de que este regresara, y así de esa forma no ganarse un castigo por parte del mismo.

- Te dije que me esperaras en la habitación... -

- Yo solo salí a tomar el aire, pero me perdí por el camino, lo siento . -

- Sasuke, vamos, no deberías alterarte por algo como eso. - Decía Itachi quien llegaba algo rezagado a escena.

- Esto no es asunto tuyo, hermano. - Con esto dicho, el nombrado comprendió que era mejor no decir una palabra más. - Naruto, vamos. - El rubio tan solo lo siguió cabizbajo. Cuando por fin parecía que tendría una oportunidad, el idiota de Sasuke se había interpuesto. Habiendo estos dos abandonado la escena...

- Ese chico... -

- Si, se parece mucho a él, además tiene los ojos de su madre. -

- ¿ No se lo has dicho a Sasuke ? -

- Mmm, aun no. ¿ Piensas que debería intervenir ?-

- Creo que lo mejor sería esperar, ya has visto como actúa, es como un lobo defendiendo a su pareja, si intentas separarlos te morderá el cuello. -

- Probablemente tienes razón, sin embargo aún estoy preocupado, después de todo... -

- Es tu pequeño hijo... lo se, yo también pienso que sigue siendo lindo. - Sonreía Itachi quien recordaba las veces que pelaban por la atención de su madre. - Cambiando de tema, que debemos hacer con él. - ya no se referían a Sasuke obviamente, sino a cierto hombre que había estado llevando a cabo algunas acciones un tanto cuestionables.

- Sobre eso, aún debemos encontrar algunas pruebas que definitivamente demuestren su culpabilidad. - Había sido bastante tiempo el cual habían invertido para encontrar las mismas, pero nada de los descubierto había dado indicios claros de que este fuera el culpable. Había que reconocer que pese a todos los movimientos dados, la persona en cuestión había sido totalmente cuidadosa, por lo que el demostrar que era el culpable, o simplemente un implicado, era muy difícil.

- Tienes razón, no podemos precipitarnos, aunque tengo el presentimiento de que ese chico podría ser la clave. -

- Mmm, esperemos a ver. Seguid manteniendo un ojo sobre ambos, tanto tú como Shisui estoy seguro de que llevareis esto a buen puerto. - Itachi hizo una reverencia para salir del lugar, mientras tanto Naruto había sido llevado a rastas hasta la habitación donde se encontraba en un principio. Una vez dentro Sasuke lo arrojó a la cama y se puso encima. Con una mano a la altura de la cabeza de Naruto y la otra en la barbilla del mismo, quien mostraba un rostro asustado.

- Te dije que me esperara, ¿ acaso no me escuchaste?- el rubio tan solo callaba. - Responde Naruto, ¿acaso no escuchas? -

- Yo... - no podía continuar, sentía terror, y no era para menos ya que las feromonas que el alfa liberaba instaban a ello, cosa a lo que acompañaban unos ojos que tornaban de color a un rojo sangre intenso. En ese momento Naruto no aguantó más la presión y terminó por dejar salir sus lágrimas. Esto hizo que Sasuke parara con ello cambiando de vuelta en el proceso sus ojos a su tono habitual, tras lo que terminó besándolo de manera gentil.

- No vuelvas a salir sin mi permiso. - Tras esto lo abrazó y mientras lo mantenía entre sus brazos, el sueño comenzó a llamar a ambos haciendo que cayeran dormidos.

Obito por otro lado había acudido de nuevo al lugar donde Minato continuaba preso. Como siempre era cauteloso, lo que no dejaba que los demás lo descubrieran al hacer esos viajes. El hombre estaba tumbado descansando, cuando el moreno se acercó a él y comenzó a besarlo acariciándolo en el proceso. Al poco tiempo este despertó sobresaltado, no esperaba que esa persona hubiera llegado tan de repente, lo que hizo que lo empujara consiguiendo separarse.

Limpiaba su boca, mientras dirigía una mirada de asco y odio contra el otro, quien esta vez tenía una carta bajo la manga. Esta sería la última vez que lo rechazara, se decía a si mismo.

- De nuevo sigues con tu juego, de acuerdo. Ya no insistiré más. - Minato lo miraba desconfiado, era extraño que se diera por vencido tan fácilmente. Obito se levantó y se disponía a marcharse, o eso era lo que hizo creer a Minato, quien aún seguía en guardia. - Ya que tú, sigues sin aceptarme, supongo que tendré que tomar a tu sustituto. -

- Qué... A qué te refieres con eso. -

- Oh, supongo que aún no lo deduces. Será un encuentro enternecedor, después de todo se parece a su padre...- Las palabras de Obito por fin llegaron a Minato, quien enseguida entendió a lo que se refería. Su hijo estaba vivo, y no solo eso, sino que se encontraba cerca. Una lágrima comenzó a salir para posteriormente pronunciar el nombre de este, "Naruto".

- No, te atrevas... - seguía sin mirar directamente al otro. Totalmente absorto en sus pensamientos se maldecía a si mismo por estar en aquella situación y no poder ir a buscarlo , abrazarlo y hablar con él.

- Creo que ya sabes lo que debes hacer, eso si quieres que Naruto esté a salvo. - Volvió a acercarse al mismo, y poniendo una mano en la mejilla, aprovechó para introducir poco a poco el pulgar en su boca deslizándolo hacia un lado para jugar con la misma. Al ver que Minato por fin lo permitía comenzó a saborear poco a poco su cuerpo, devorándolo por completo durante mucho tiempo.

Al terminar cayó dormido como tantas otras veces, pero esta no pararía de llorar ya que sufría debido a todo lo que había en su cabeza. No quería que su hijo pasara por lo mismo que él, rezaba al cielo para que Kushina lo protegiera.

Brillo destinadoWhere stories live. Discover now