Yuno pensaba que su expresión era linda, mientras que Asta temblaba nervioso. En el momento en que el príncipe se disponía a besarlo, alguien lo detuvo agarrando por el cuello de la camisa al omega. Era Kaeya, quien apenas momentos antes se cruzaba con los betas y por fin descubría el paradero del pequeño. Aunque, no llegó precisamente tarde, pues ya estaba presente durante aquel juego, pero le pareció divertido observar para después llevar el chisme a los demás.
Por otro lado, Yuno estaba muy molesto, le habían arrebatado a su pareja, lo cual lo dejaba como un perdedor, y todos sabemos cuanto odiaba aquello. En el momento en que se disponía a soltar sus feromonas, comenzó la conversación, por lo que se detuvo.
- Chibi-chan deberías haber vuelto. -
- Cierto, lo siento solo buscaba un sitio tranquilo para comer. - se rascaba la nuca mientras reía en su forma chibi.
- Ya veo, supongo que no se puede hacer nada, tendrás que explicarle a Lisa lo ocurrido. - Un sudor frio recorrió el cuerpo de Asta, en ese momento recordó lo pasado con los betas y la charla de Keching, ahora si iba a correr peligro de verdad.
- Será mejor que nos marchemos. - Decía con su cara llena de auténtico pavor. Antes de que Kaeya se lo llevara lo soltó, tapó los oídos de este y se dirigió a Yuno quien seguía molesto.
- Si tanto quieres al cachorro deberías ponerle un collar. - Dijo con malicia para posteriormente quitar sus manos de Asta y llevarlo hasta donde estaban los demás.
Una vez en la habitación correspondiente...
- Ya era hora de que volvierais, ¿ qué pasaría si os metierais en problemas? - Decía Keching quien parecía la única preocupada.
- Sobre eso... - Asta comenzó a relatar lo sucedido con ciertas personas. Tras escucharlo, la joven se echó la mano a la cara maldiciendo el haber perdido de vista a tan tremendo zoquete.
- Supongo que lo mejor sería dejarlo aquí encerrado hasta que todo termine. - Decía Lisa, quien quería evitar problemas más graves.
- Vamos, vamos, yo no me preocuparía, - la mirada asesina de la de cabellos lila se dirigió ahora a Kaeya. - de todas formas a nuestro cachorro le ha salido pretendiente.
- ¡ Quéeeee! - Gritaron todos al unísono.
- ¿ Qué es eso de pretendiente? - Asta ladeaba la cabeza, mientras achinaba sus ojos sin entender nada.
- Uhg - Se quejaba Keching quien compadecía a la futura pareja del anterior. - En serio, ¿se puede ser más ignorante?. - Negaba pensando que este no tenía remedio.
- No es romántico. - Se emocionaba Ganyu, quien continuaba jugando ajedrez con Zhonli, ambos muy igualados.
- Si el problema es sobre destinados, lo mejor será no interponernos, tan solo deberíamos estar al pendiente para intervenir de ser necesario. Ya sabéis lo que puede acarrear el intentar separar a dos individuos en ese contexto. - Como siempre aunque de un experto escapista se tratara, Zhonli como todo erudito que se precie, conocía numerosos temas a la perfección, siendo este uno de ellos como era de esperar. - Quizás deberíamos crear un buen ambiente para su reencuentro. -
- Si de ambiente se trata dejádmelo a mi, nada como la música para crearlo. - Por fin intervenía Venti, quien si era un grandísimo grano en el culo la mayor parte del tiempo, pero como músico tenía muy buen oído. Su instrumento favorito era la lira, la cual siempre iba con él. Su fiel compañera y recuerdo de su padre, a la que tanto apego tenía y cuyo nombre era Der Himmel. Su sonido era claro y cautivador, y todos estaban en lo cierto al pensar que cuando tocaba la misma, su aura era completamente diferente, dando lugar a la visión de un verdadero adulto. Visión que se destruía al recordar todos los problemas causados por el mismo.
Entre tanto Izuku despertó, parecía un poco desorientado, pero estaba mejor, lo suficiente para poder entablar alguna charla y comer algo. Más tarde ese día se llevaría a cabo el comienzo del acto acompañado por una gran fiesta, por lo que todos tomaron oportunidad para prepararse.
Ya todos se encontraban vestidos para la ocasión, por lo que emprendieron camino hasta la sala donde se llevaría a cabo, todos a excepción de Izuku, a quien le preocupaba volver a recaer, por lo que esa noche descansaría. Ganyu se había ofrecido para cuidarlo, pero este insistió en que no lo hiciera, por lo que se quedó totalmente solo en aquel lugar.
Por otro lado, los demás invitados imitaban al grupo llegando a la sala de reunión. Allí se encontraban todas las personas influyentes correspondientes a los diferentes países, estando entre ellos un molesto rubio, quien buscaba a su alrededor a la persona que lo hacía sentirse de aquella manera. Para su desgracia, no podría verlo de inmediato, pero se seguía diciendo a si mismo que la encontraría.
A su vez Yuno, miraba detenidamente como su preciado omega aparecía en el lugar para sonrojarse ligeramente. La única que se percató, fue su madre quien riendo divertida le dijo que fuera al encuentro del mismo, pero que a cambio tendría que presentárselo al día siguiente. Cosa a lo que el joven príncipe simplemente asintió, y comenzó a andar hasta aquella persona.
Instantes antes de que el joven de ojos dorados llegara hasta Asta, un pequeño bardo hacía su jugada. Se acercó a los músicos, y pidiendo su colaboración comenzaron a tocar. Muchos de los allí presentes dejaron su conversación de lado para escuchar aquella hermosa melodía, y algunos simplemente comenzaron a bailar al son de la música.
Yuno, al percatarse de esto, simplemente extendió su mano hasta el joven de cabello cenizo y lo invitó a bailar. No pudiendo este negarse aceptó y tomo su mano. De esta forma, el moreno lo arrastró hasta la pista de baile y poniendo sus manos sobre la cintura del otro comenzó a moverse. Asta tan solo se dejó llevar. En principio sus manos estaban sobre el abdomen del príncipe, quien se aseguró mediante palabras que estas terminaran rodeando su cuello. Asta, quien cada vez estaba más avergonzado, cuando terminó la canción se dispuso a huir pero sin éxito, ya que el otro lo interpretó como que quería que ambos estuvieran en un lugar más privado, por lo que lo llevó hasta algún rincón donde posteriormente conseguiría ver con claridad aquellos bellos ojos y podría al fin besar sus labios.
Por su parte el joven Katsuki quien había estado atendiendo a algunos invitados por petición de su padre, estaba a punto de explotar, por lo que finalmente salió del lugar para dirigirse hasta el jardín. Allí esperaba encontrar algo de tranquilidad ante tantos molestos invitados. A diferencia del anterior, este había sido molestado por algunos quienes buscaban la manera de obtener una oportunidad de casamiento con un príncipe, aunque no fuera el único, era bastante molesto por lo que salió de allí en cuanto tuvo la oportunidad.
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Brillo destinado
Fanfiction¿Qué pasaría si el color de tus ojos decidiera tu destino? En distintas parte de los territorios se ponen en marcha varios jóvenes, los cuales cumplirán sus objetivos, ya sea para bien o mal de algunos, estos descubrirán la verdad que oculta su pasa...