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Al escuchar que Asta podría saber donde estaba el omega, Katsuki no dudó en ir a atraparlo y llevarlo con él a un lugar más tranquilo para sacarle información. No lo hizo en el mismo lugar ya que aparecía de repente una compañía muy molesta a la que quería evitar. Al llegar a un sitio apartado, acorraló al enano y comenzó a intimidarlo soltando sus feromonas. No iba a dejar que este le engañara o se hiciera el tonto para esconder a su pareja.

- Dime donde está el de pelo verde... - Asta no podía articular palabra alguna, además de la presión que notaba en aquel momento, su cabeza no daba para procesar las palabras de aquel alfa. - Acaso estas sordo o qué, dime donde está. - Estaba tan ofuscado que incluso lo tomó de la camisa levantándolo del suelo, cosa que inmediatamente detuvo de manera brusca haciendo que el de cabello cenizo callera al suelo a causa de un golpe proveído por Yuno, quien había llegado y al ver esta escena golpeó la cara de quien osó hacer daño a su omega.

- ¡ Qué demonios te pasa!, ¡ acaso te crees con derecho a poner una mano sobre él! - Antes de que la pelea fuera a más, dos mujeres que paseaban conversando animadamente sobre sus hijos, aparecieron y pararon aquello, haciendo que ambos príncipes se disculparan aunque no de buena gana.

Asta por su parte no entendía lo que había pasado allí, sin embargo las señoras allí presentes lo trataron cariñosamente, por lo que él estaba feliz. Poco después la madre de Katsuki se explicó mucho mejor que su hijo, por lo que gracias a esto descubrió que el esquivo omega se llamaba Izuku, y que buscaba alguna pista sobre sus orígenes. Posteriormente tanto madre como hijo, se dirigieron a ver al joven de cabellera verde ya que al igual que su esposo, la mujer tenía un presentimiento. No le comentó nada sobre este a su hijo, ya que no estaba segura de que lo que estaba en su cabeza fuera cierto.

Tras llegar a la habitación correspondiente, preguntaron por él a Naruto, el cual se había quedado solo durante unos minutos ya que el otro había salido en busca de algo para beber. A su vez, Izuku se encontraba casualmente con el Rey Dragón, quien al verlo se dio cuenta de que sus sospechas eran ciertas. Aquel joven frente a él, era el hijo de su querido amigo, el cual murió debido a una horrible mentira, era por ello que la cara de este solo mostraba tristeza y sus lágrimas caían. Posteriormente sus piernas cedieron y el hombre terminó de rodillas.

Izuku se preocupó, ya que aquella persona comenzó a comportarse así de la nada, cosa que no era normal. Cuando iba a ayudarlo, el mayor solo podía decir "lo siento" repetidas veces. Mientras aquel seguía llorando, Katsuki aparecía acompañado por su madre, quien al ver de cerca a aquel chico, se llevó la mano hasta la boca en señal de incredulidad. El príncipe, quien no entendía nada, observaba la escena extrañado, ¿ qué habría pasado para que ellos estuviesen en ese estado?. Sin pensarlo mucho se acercó donde su padre seguía postrado para ayudarlo y poder escuchar la historia detrás de aquella forma de actuar.

Después de que el rey terminara contando aquello, Izuku terminó en llanto como no podía ser de otra manera. Había encontrado por fin sus orígenes, pero ya no se encontraban en este mundo, y todo debido a la ambición de un hombre. Katsuki, no pudo más que contener su rabia y abrazarlo para intentar calmarlo a él y a si mismo. Con esto en mente terminó llevando al omega hasta su habitación, donde continuó abrazándolo hasta que estuvo más tranquilo. En ese momento tomó la cara de este con sus manos y le pidió que dejara de llorar. Izuku cerró sus ojos y tan solo se dejó llevar por la calidez de esas manos, sin embargo en su mente aún estaba la idea de lo pasado y en cierto modo algo dentro de él no podía perdonar al rey Dragón,

- Se que tú no tienes nada que ver, que no es tu culpa, pero aún no puedo aceptarlo. - Katsuki suspiró sabía que en su caso la reacción hubiera sido mucho peor, era por ello que entendía que en ese momento se encontrara así. - Por favor, déjame solo. -

- No. -

- Eh. -

- Incluso si me odias, no voy a dejarte solo. -

- Qué demonios... yo no te... -

- Escucha bien Izuku, no me importa el tiempo que necesites para aceptarlo, pero pienso estar a tu lado y si es necesario atarte una soga para que no escapes, da por seguro que lo haré. - Decía serio mientras el nombrado se giraba totalmente molesto, no pudiendo el mismo soltar la frase que se proponía, ya que en el momento en que sus ojos se cruzaron, vio la determinación del otro.

- ¿ Por qué tienes que ser así? - Finalmente se rindió posando su frente en el hombro de Katsuki, el mismo que seguido acarició su cabello y apoyó su cabeza sobre la de Izuku. Ahora estaba tranquilo, su destinado estaba con él y no lo dejaría marchar, es más, el omega parecía haberlo aceptado aunque fuera solo un poco.

Entre medio de lo ocurrido, Naruto se preocupaba por su amigo que no regresaba, por lo que en cierto punto decidió salir a buscarlo. Ciertamente no tenía ganas de dejar la habitación, ya que no quería encontrarse de nuevo con cierto joven, pero la preocupación era mayor. Tal como este se temía vio de nuevo a aquella persona, pero para fortuna del rubio, el otro no pudo verlo, ya que algunos nobles estaban entreteniéndolo con sus propios planes en mente. De esta forma pudo esquivarlo fácilmente, pero no sabiendo bien el por qué, estaba algo molesto. ¿ Acaso quería que le prestara atención?, después de lo que había pasado la noche anterior, ¿ cómo podría querer aquello?. Con un ligero gesto de su mano, hizo que esos pensamientos fueran alejados de su mente y continuó su camino.

Rato después, no habiendo tenido suerte, se dispuso a volver pero repentinamente encontró a cierto joven de cabello bicolor. Era Shoto, quien al encontrarse de mejor ánimo había salido de su habitación.

- Pareces preocupado... - decía a Naruto, quien ciertamente lo estaba.

- Es solo que no encuentro a un amigo, y temo que algo le haya pasado. -

- Si te refieres a un joven de cabello verde y ojos del mismo color, está bien, se encuentra acompañado de su alfa. - Naruto se sorprendió al escuchar aquello. Izuku no le había dicho nada, sin embargo por un lado le aliviaba el saber que estaba bien. Últimamente su cabeza había sido un lio de emociones que no lo ayudaban a avanzar, una buena noticia entre tantas siempre era bienvenida.

Brillo destinadoWhere stories live. Discover now