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La conversación continuaba entre los jóvenes quienes parecían llevarse bien. Shoto era calmado por lo que transmitía a Naruto serenidad, cosa que en esos momentos no le venía nada mal. Al final el rubio, le contó su objetivo ya que de esta forma esperaba desahogarse. El otro por su parte recordó la petición que le fue cumplida, por lo que sin pensarlo dos veces arrastró al rubio hasta donde se encontraba Mona. Sin percatarse de nada, alguien más los estaba siguiendo, una sombra que había escuchado la conversación, ahora parecía interesada en el resto.

Una vez junto a la bruja, Naruto le pidió sin vacilar que encontrar a su padre, le explicó lo que la reina le había transmitido, y lo poco que sabía de su propia historia.

- Con tan pocos datos sobre esa persona será difícil (suspiro), pero no te preocupes no es imposible. - sonreía con una mirada de superioridad. - Después de todo soy la gran Astróloga Mona. - Y dicho esto comenzó a llevar a cabo su ritual. Con la ayuda de Naruto quien era la persona obviamente más cercana, terminaron dando con el paradero de su padre. Para su sorpresa estaba vivo y se encontraba en el reino de La Hoja. Lágrimas de felicidad brotaron de sus ojos. Por fin una pista que lo llevaría a buen puerto.

- Veo que al final fue buena idea. - Decía Julius, quien había observado aquello desde algunos metros. - Buen trabajo, ahora creo que deberíamos hablar de cierto asunto, como por ejemplo tu entrada a ese lugar. -

- Eh. - Naruto no podía creer lo que escuchaba, ¿ de verdad lo ayudaría?. -

- Bueno, no me malinterpretes, es solo, que necesito casualmente un mensajero para que entregue una carta a un viejo amigo. - El rubio paró el llanto para aceptar de buen grado y sonreír por fin sinceramente después de tanto. A este lo acompañaba Shoto, quien se alegraba a su vez de ser de utilidad para alguien que realmente lo necesitaba. Ahora podría contar a su madre allá donde estuviese, que iba a estar bien, y sonreírle aunque no estuviera presente.

No muy lejos del lugar, escondido en los jardines se encontraba Asta, quien tras el encontronazo con Katsuki momentos antes, escapaba de Yuno. Por algún motivo que seguía sin comprender, el moreno lo ponía nervioso, por lo que había estado evitándolo todo este tiempo, pero para su mala suerte siempre era encontrado. Ya fuera detrás de una cortina o bajo una mesa, el lobo que acompañaba al príncipe lo olfateaba, e inmediatamente tenía que salir corriendo a buscar otro escondite.

Finalmente decidió subirse a uno de los árboles del jardín, cosa que en principio parecía buena idea, pero que a la larga no lo fue tanto. El chico terminó siendo cazado y esta vez si que no tenía escapatoria. Yuno trepó hasta donde se encontraba el de cabellos cenizos y se puso en la misma rama frente a él.

- Por fin te atrapo. - Jadeaba por el esfuerzo. No acostumbraba a hacer mucho ejercicio y ahora le pasaba factura, la única razón por la que no se rindió era que no le gustaba perder.

- ¡ Por qué me sigues! - gritaba molesto.

- Me gustas. -

- Ah, ahora entiendo . No, espera ¡ Quéeeeee!.- Asta seguía siendo Asta después de todo.

- Pero si no nos conocemos, además no soy de la realeza. - Por una vez hablaba con cierta coherencia.

- Eso no importa. - Diciendo esto le dio un beso en la mejilla, cosa que hizo que la cara del omega se sonrojara completamente. Tras lo cual, el príncipe pensaría que era lindo. Al finalizar aquello, Yuno terminó arrastrando a Asta al lugar donde se encontraba su madre, y así, lo presentó como su futuro compañero, cosa de lo que el pequeño no estaba seguro, pero el moreno no se echaría atrás.

Pasaron los días y por fin llegó la hora de la despedida. Para algunos como era el caso de Yuno, era difícil, puesto que su pareja estaría lejos al menos durante un tiempo, pero para cierto omega esmeralda, su vida daba un giro de trescientos sesenta grados. Este había terminado accediendo después de las incesantes pedidas de Katsuki a que lo acompañara a su reino, cosa de lo que en principio tuvo sus dudas, pero que al final no pudo negarse. Razor por su parte, decidió viajar a Mondstad acompañado a Bennet, este no quería separarse aún, pero el pequeño rubio debía volver con su familia, por lo que su alfa decidió acompañarlo. Naruto, por fin consiguió lo que se proponía, ya que además de una carta acompañada por un paquete, obtuvo por parte de Mona algunos datos para encontrar la dirección. Por ello, sin pensarlo dos veces tomó el transporte que lo llevaría días más tarde al lugar indicado, no topándose de esta forma con el príncipe quien zarpó mucho antes.

Mientras tanto, noticias de que cierto hijo del rey anterior estaba vivo llegaban a oídos de aquel hombre. Misma persona que lo mantenía cautivo, y que se apresuraba a ir al lugar en concreto, dándole posteriormente la noticia, y haciendo que este llegara a un estado totalmente desquiciado.

Tal fue la reacción, que incluso faltándole las fuerzas, consiguió asestarle algunos golpes, tras lo cual fueron devueltos llegando a dejarlo inconsciente. Tiempo después el mismo se reencontraría con su preciado hijo, pero por el momento eso era algo un tanto improbable.

Mientras Naruto se acercaba hacia la frontera que lo separaba de su origen, se planteaba cómo debía hacerlo. Ya había sido bastante complicado el llegar al destino, como para ahora volver a meter la pata como aquella noche. Una vez llegó, pudo pasar la frontera sin problemas debido a la carta que llevaba del rey Julius, pero a su vez, cosa que no se esperaba, lo tomaron y llevaron preso. Era algo que no entendía, y en principio comenzó a maldecirse a si mismo por haber confiado en ese hombre.

Cuando por fin llegó a la habitación donde se suponía lo interrogarían, se encontraba delante del mismo una mesa con dos sillas, una donde el se sentaría, y otra donde Sasuke, quien miraba al anterior con unos fríos ojos negros no se veía muy feliz.

- ¿ Cuál es tu asunto en mi reino ? -

- Solo he venido a entregar una carta. - Naruto estaba nervioso, esos ojos no paraban de mirarlo como si observaran sus movimientos, y el echo de haber coincidido poco tiempo antes, no era de ayuda.

- Si es solo eso, ya puedes marcharte. - Era extraño, ¿ sería tan fácil?, un mal presentimiento pasaba por la mente del rubio. - La carta ya ha sido entregada, así que toma el siguiente barco y regresa por donde has venido. -

- ¿ Qué ? -

- Es que acaso no me has escuchado, ya puedes marcharte. -

- No, espera, pensé que podría pasar algún tiempo aquí. - ¿ Por qué no lo dejaban acceder al lugar ? ¿ qué estaba pasando ?

- ¿ Tiempo...?, por qué necesitarías quedarte, a menos que tengas algún motivo oculto. -

- Sobre eso... - Naruto agachó la cabeza, no iba a decirle que según una bruja su padre estaba vivo, ya que no estaba seguro si otros reinos que no fueran el del Trébol, aceptaran que las personas pudieran realmente saber algo mediante la lectura de los astros. - busco a alguien. -

- ( suspiro) De acuerdo, te dejaré que encuentres a esa persona. -

Brillo destinadoWhere stories live. Discover now