Recién era el desayuno y mi nene ya estaba muy hiperactivo, ayer había comido muchos dulces y al parecer ya hicieron efecto.
Estábamos terminando de desayunar y ahí estaba él, igual de lindo y adorable.
—¡Hoy tenemos que hacer muchas cosas, es un día lindo!- Me decía dando saltitos tiernos mientras bebía su chocolatada de su vasito con tapita.
—Haremos lo que tú quieras, cielo- Le sonreí al ver su sonrisita y terminé de comer, le limpié su carita y ordené todo para darle un baño.
Luego de un rato ya lo tenía en la bañera, poniendo shampoo en su pelito.
—Me gusta el olor de este shampoo- Sonreí y le hice masajes suaves en su cabecita. —Te hace oler a bebé- Solté una risa.
––Me gusta oler bonito y los bebés huelen bonito- Dijo jugando con las burbujitas que tenía al rededor.
Terminé con su baño y lo llevé al cuarto envuelto en su toallita para vestirlo, lo dejé en la cama mientras elegía un conjunto lindo para él.
Cuando tenía todo elegido, lo comencé a vestir, llevaba un hoddie amarillo un poco grande y un short celeste, se veía muy lindo, él no usaba pañal porque era más grande ahora. Para terminar le puse un perfume de olor dulce, lo hacía ver más pequeño y tierno.
[...]
Ya íbamos en el auto, Agus quiso ir a un lugar donde había muchos trampolines y juegos, me lo pidió tan emocionado que no me pude negar a ello y terminé aceptando sabiendo que íbamos a pasar muchas horas ahí.
—¡Vamos, vamos!- Decía mi nene una vez bajamos del auto, caminaba apresurado dando saltitos.
—Ya vamos, bebé- Dije entre risas, era inevitable no reír viendo a Agus tan emocionado por entrar al lugar.
Una vez entramos y todo se convirtió en felicidad para mi pequeño, saltaba de un trampolín a otro, y de vez en cuando me pedía que lo viera porque hacía "trucos". Era una escena maravillosa, y obviamente tomé muchas fotos, ese día nunca lo iba a olvidar.
—¡Mira como hago!- Me llamó mientras saltaba en un trampolín un poco alejado de donde yo estaba. Lo miré y esperé a que hiciera su truco, que consistía en dar una vuelta en el aire.
—Te estoy mirando, cariño- No dude en tomar mi celular y sacar un par de fotos, al principio me daba miedo que se fuera a lastimar o algo, pero después ví que era muy bueno para hacer trucos. Como era de esperar, le salió perfecto.
Luego de unos minutos ya estaba cansado y decidí sentarme en uno de los banquitos que había, Agus, por otro lado, estaba más feliz que nada y parecía que nunca se iba a cansar.
Se fue haciendo más tarde y el seguía, lo quería dejar un tiempito más pero ya era hora de irnos. Me acerqué a donde él estaba y lo llamé.
—Ven, chiquito- Le sonreí y estire mis brazos, el llegó corriendo y me abrazó.
—¿Qué pasa, papi?- Levantó su mirada y me sonrió.
—Ya es tarde, amor... Tenemos que regresar a casa- Traté de sonar dulce con él.
—Pero me estoy divirtiendo mucho... Aún no me quiero ir- Hizo un pucherito, juraba que estaba a punto de decirle que nos quedaríamos un rato más, pero en serio ya era tarde.
—Pero ya casi oscurece, bebé... Además pronto van a cerrar aquí-
—Pues nos quedamos aquí toda la noche- Hizo morritos y tenía la carita triste. —Por favor, papi... Sólo un ratito más, ¿Sí?-
Finalmente me rendí ante esa carita y terminé aceptando que nos quedáramos un poco más.
[...]
Ya íbamos de nuevo en el auto camino a casa, resulta que nos tuvimos que ir porque literalmente nos echaron de ahí. Agus no se quiso ir hasta que fue la hora que cerraron el lugar, al menos ahora tenía una sonrisita que no se iba a ir con nada, y eso me ponía feliz a mí también.
Llegamos a casa y Agus no paraba de decirme que era el mejor y cosas así, incluso cuando llegamos no paraba de darme besitos en la mejilla acompañados de un "te quiero".
—¿Puedo preparar la cena, papi?- Me dijo Agus, ya tenía la pijamita puesta.
—No lo sé, bebé... ¿Seguro que puedes hacerlo?- Ya tenía unos minutos insistiendo que lo dejara preparar la cena, según el era para recompensarme su maravilloso día que había tenido.
—Estoy seguro, papi, ¿Puedo? Porfis-
—Está bien, amor, puedes preparar la cena... Pero con mucho cuidado, ¿Okey?- Asintió feliz y antes de que fuera a la cocina le di un besito en la frente.
Mientras el preparaba la cena, yo decidí tomar un baño rápido.
Cuando salí, Agus estaba sentadito en la cama, al lado tenía una platito con galletitas, un vaso de leche y un biberón.
—Hola, papi... Terminé de preparar la cena, y me salió muy bien todo- Sonrió y apunto la mesita de noche, donde estaba todo. —También elegí una pijamita para tí- Dijo y me pasó una de mis pijamas.
—Aww muchas gracias, bebé- Lo abracé y besé toda su carita. —En serio te lo agradezco mucho, amor- El solo sonrió.
—¿Papi está feliz?- Preguntó con emoción de ver que le respondía.
—¿Cómo no estar feliz si estoy aquí contigo, Agus?- Le sonreí y el soltó una risita.
Lo deje un momento viendo una película y fui al baño a vestirme con la pijama, después salí y me acosté con él.
Tuvimos una noche de muchos mimitos y risas, sin duda uno de los mejores días.
Fin.
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