Hoy con los demás chicos teníamos una juntada, aunque Manu dijo que se sentía raro, no era pequeño pero tampoco era grande. Estaba confundido, y esos días no me gustaban para nada porque se llegaba a frustrar mucho a veces.
Ahora estaba hablando con él, Dani y Mateo estaban abajo preparando el desayuno para los cuatro.
—¿Y que se supone que haga, Valen?- Me preguntó Manu, estaba sentado en la cama pensando. —No quiero que me vean así, sentiría mucha pena- Se sonrojó.
—Pero ya te han visto, Manu... Y nunca te dijeron nada al respecto, incluso les pareció tierno- Solté una risa recordando ese día.
—Pero ese fue un accidente y yo no quería ser pequeño... Bueno, sólo espero que en la tarde me sienta mejor- Hizo una sonrisa a medias y le dí un abrazo.
—Todo va a estar bien, Manu... Confía en mí- Noté que asintió no tan convencido.
Luego de eso bajamos a desayunar, ahí ya estaban Teo y Dani.
—Hola, Manu, ¿Ya te sientes mejor?- Le preguntó Mateo después de darle un piquito. Manu solo asintió y se sentó a comer, ya más tranquilo.
Después de un ratito ya habíamos terminado el desayuno, hubo momentos raros en ese tiempo con Manu, pero era entendible por su situación actual.
Ya más tarde era hora de irnos, habíamos hablado con Manu y le dijimos que no había problema si quería sentirse pequeño, pero el seguía insistiendo que no. Luego de que Manu nos dijo que ya no quería hablar más sobre eso, nos rendimos con él y nos preparamos para irnos.
Y aunque Manuel se negara, yo había preparado una mochilita con todas sus cosas, solo por precaución. La dejé en el auto antes de que él entrara y la viera.
Ya íbamos en camino y notaba muy tenso a Manuel, era obvio que no estaba bien y en cualquier momento terminaría en su pequeño espacio.
[...]
Ya había pasado un rato desde que llegamos y Manuel parecía más relajado, desde la comida se notó menos tenso.
—¿Quieren jugar en la play?- Preguntó Matías, quien estaba sentado en el regazo de su novio, Mauro.