Los chicos miraban enternecidos a Mateo mientras jugaba con sus peluches simulando que le hablaban a éste.
--Bebé, es hora de tu biberón-. Habló cantando Manuel agitando suavemente la pequeña botella en su mano, cuando Mateo lo escucho, rápidamente estiró sus bracitos esperando a que lo cargaran--¡Qué lindo bebé!-.
Una estaba en los brazos de Manu, se acomodó mejor y empezó a succionar el chupete del biberón para que la leche chocolatada pasara lentamente por su garganta disfrutando cada trago. Llevaba la mitad de la botella y ya le estaba entrando sueño, Manuel lo notó y se lo llevó para acostarlo en su cama.
--¡No quielo domir nanu!-. Gritó Mateo cuando sintió que lo llevaban a su habitación.
--Es hora de tu siesta, Teo, si quieres me quedo contigo hasta que te duermas, ¿Qué dices?-.
--Etá bien, pero me abrazas, no me gusta sentirme solito-. "Qué ternura" pensó Manuel.
Manuel acomodo y arropó a Mateo a un lado de el al mismo tiempo en que lo abrazaba y escuchaba el suave sonido del chupete cada ves que Mateo lo succionaba.
Manuel se sentía afortunado de tener a una persona tan especial como Mateo.
(...)
--¿Podemos ver una peli Manu?-. Preguntó Mateo y sonrió cuando vió a Manuel asentir y corrió a la sala donde lo esperaba Dani.
--¡Dijo que si Dani!-.
--Ok, ok, ¿Qué película quieres ver?-.
--Emm, uh uh, una de superhéroes-. Dijo Mateo contento.
--Pero si esa la viste ayer Mateo, mejor otra que no hayamos visto-. Dani estaba cansado de siempre ver lo mismo, necesitaba cambiar.
--Si no la pones le diré a Manu que me hiciste así-. Dijo dandose un leve golpe en el hombro.
--¿De superhéroes dijiste?-. Se dió por vencido de una vez, no quería escuchar un sermón de parte de Manuel aunque prácticamente no le hubiera hecho nada.
--Sí-.
Se la pasaron viendo la película, aunque Dani dijera que le molestará ver lo mismo, había partes que si le emocionaban mucho.
--¡Chicos ya está la cena!-. Gritó Valentín.
Los chicos estaban cenando tranquilos a excepción de Manuel porque Mateo se negaba a abrir la boca para ser alimentando.
--Mateo, si no abres la boca de una vez no habrá postre para tí-. Fue como magia, porque cuando escuchó postre abrió la boca permitiendo que la cuchara depositara la comida en su boca.
Ya al final todos se fueron a sus respectivas habitaciones y durmieron para terminar otro maravilloso día.
Fin.
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Un poco corto, pero no quería dejar sin actualizar, se los dejo para que lo lean.
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Creo que eso es todo, adiós, nos vemos en otro capítulo✨🖤