Hoy en la casa todo parecía tranquilo, más que nada por Tiaguito bebé, no había hecho travesuras y eso ponía feliz a Thomas. Estaba orgulloso de su pequeño, ya eran dos horas tranquilo, era un gran récord.
Ahora Monzón lo vigilaba mientras Thomas se daba un baño.
—¿Estás seguro que estás bien, enano?- Le preguntaba Mauro por tercera vez a Tiago, en serio le parecía raro lo tranquilo que estaba.
Aunque eso no duraría por mucho...
El pequeño respondió con un simple "sí" y una sonrisita inocente.
—Seguro nos cambiaron de Tiago, está muy tranquilo tratándose de él- Dijo Enzo examinando al pequeño sentado en medio de él y Mau, el menor solo lo veía con su característica sonrisa mostrando sus dientitos.
—¡Traje las gomitas!- Llegó gritando Lombardo, trayendo consigo las gomitas que su pareja, Mauro, le había pedido.
—Gracias, amor. Eres el mejor- Mauro lo abrazó y le compartió a Tiago luego de ver cómo le hacía un pucherito.
—Bueno, ¿y qué película quieren ver?- Dijo Enzo buscando alguna película que pudiera ver Tiago.
—¡Minions!- Gritó el pequeño levantando sus manitos.
—Nah, ayer la vimos, mejor veamos "La Cenicienta"- Sonrió Monzón.
Tiago hizo un puchero triste y Lombardo lo notó.
—Deja que el nene elija la película, Mau- Le dijo a Lit y este solo asintió, no iba hacer cambiar la decisión de su pareja, además estaban cuidando de Tiago, se merecía elegir.
Luego de un rato bajó Thomas listo, les explicaba a los chicos que tenía que salir a un asunto importante, y no podía llevar a Tiago, por lo que ellos tendrían que cuidarlo un poco más de tiempo.
[...]
Solo habían pasado 5 minutos desde que Thomas salió de la casa y ya era un desastre.
—¿Dónde está mi otra zapatilla?- Preguntaba frustrado Mauro, necesitaba su otra zapatilla para salir a comprar papitas que se habían acabado.
Tiago solo reía viendo al otro chico, le resultaba gracioso porque él era quien escondió su zapatilla y Mauro ni en cuenta.
—¿No puedes usar otras zapatillas?- Le decía Lombardo.
—¡No! Esas zapatillas son especiales y otras no me quedan con esta remera-
Tiago soltaba risitas, disfrutaba ver a los chicos sufrir por sus pequeñas bromas infantiles.