Hoy era un día especial, nuestro aniversario de 3 años con el amor de mi vida; Mateo. Para celebrar decidimos salir a cenar a uno de sus restaurantes favoritos.
Desde que comenzó el día empezaron las sorpresas, él me hizo el desayuno y yo le regalé una remera que quería desde hace mucho. De eso trato la mañana, pequeños regalos por parte de ambos.
Ahora estábamos casi a punto de irnos, teníamos reservación y ya era tarde.
—Dale, amor. Si no te apuras no llegamos- Le dije a Mateo, lo veía desde la cama mientras buscaba un pantalón.
—No encuentro mi pantalón, se supone que lavé la ropa ayer- Dijo frustrado y se sentó junto a mí, lo abracé y le di un pico.
—Cualquier pantalón está bien, Teo. Todo se te ve hermoso, amor- Mateo sonrió, él sabía que era cierto, le gustaba recibir halagos.
Al final se cambió todo cuando no encontró su pantalón y pudimos irnos, ya eran 15 minutos tarde.
—¿Tienen reservación?- Preguntó la chica que nos recibió, noté que toda su atención se centró en Mateo, incluso se mordió el labio mientras sonreía.
Mateo se sonrojó ligeramente y miró a otro lado.
—Sí, a nombre de Manuel Vainstein. Gracias- Hablé serio y acerqué a Mateo conmigo.
La chica nos dejó pasar y le guiñó un ojo a Mateo, él se adelantó y yo la miré con asco.
—¿Por qué no dijiste nada?- Le dije una vez estando en la mesa.
—¿A qué te refieres?- Mateo me miró confundido.
—¿En serio? La chica de allá te comía con la mirada y no decías nada- Dije tratando de no sonar serio, aunque en realidad estaba celoso.
—¿Qué podía hacer? Es solo una chica, Manu. Sabes que eres el único al que amo-
—Podías decirle que tenías novio siquiera-
—No te pongas así, ¿Estás celoso, eh?- Sonrió.
—Por favor, Mateo, no tenemos 5 años. Bueno, al menos yo no- Dije recordando su little space.
—¡Hey! Sabes que no me gusta hablar de eso cuando soy grande- Se sonrojó
Luego de esa "mini pelea" todo fue incómodo, no podíamos tener una conversación sin sacar trapos sucios del pasado del otro. Esto no parecía un aniversario para nada.
[...]
Llegamos a casa y todo era más incómodo, literalmente ninguno se dirigía la palabra y era silencioso.
Encendí la TV para aligerar todo. Un error, ahora Mateo no quería ver mi documental e intentaba sacarme el mando del televisor.
—Vamos, Manu- Hizo un puchero. —Ahora está Bob Esponja, lo que ves es aburrido-
—Después lo ves, dijiste que no eras pequeño, y eso es para nenes- Me levanté con el mando ya que así no me alcanzaba y no podía sacarmelo.
Iniciamos una guerra para ver quién se quedaba con el mando y gané yo, Mateo era muy enano.
Se fue a la pieza enojado, tal vez me pasé un poco.
Luego de un rato pensando si iba con él, decidí ir.
Lo encontré en la cama hecho bolita y parecía que estaba llorando.
Ay, mi bebé.
Me acerqué a él y me miró con los ojos llorosos.
—¿No me queles más?- Dijo con esa vocecita imposible de no reconocer.
Lo abracé, sabía que se trataba de mi pequeño. Me sentía tan mal ahora, mirando como lloraba y preguntando si lo quería o por qué lo había hecho a un lado.
Me partió el corazón, lo apegue a mi pecho y se acurrucó, chupaba su pulgar mientras soltaba pequeños sollozos.
En unos minutos parecía que se había calmado, lo miré y se había dormido. Era una cosita linda, ¿Cómo podía hacerlo llorar? Era un monstruo.
Luego de llorar por sentirme como la peor persona del mundo, me recosté con Mateo, en ningún momento lo aparte de mi pecho.
Le hacía mimos en los rulitos y acariciaba su carita mientras recordaba todas las cosas lindas que pasamos juntos. Realmente era un chico que cambió mi vida desde que lo conocí, y más al saber ese pequeño secreto que escondía.
Recuerdo que tenía miedo de contarme, pero un día al salir temprano del trabajo llegué y lo ví ahí, era lo más lindo que mis ojos habían visto.
Al principio se asustó, pero luego de explicarme todo lo entendí y obviamente acepté sus gustos, digo, no podía juzgarlo.
Reí al recordar los primeros días después de eso, se avergonzaba de absolutamente todo y era adorable. Lo amaba mucho y lo sigo haciendo.
Miraba con detalle su cara, pensando en todo eso ”¿Qué haría yo si me quedo sin Mateo?” Lo más probable es que muera por falta de amor y de un enano revoltoso.
Reí y suspiré, todo era genial. Tenía todo lo que quería y eso me hacía sentir completo.
Mañana haría lo posible por reparar las cosas con Mateo.
Dejé de pensar y finalmente caí rendido de cansancio, había sido un largo día, un día agridulce.
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Mucho texto jajsja
Ya sé que siempre lo digo porque siempre tardo, pero perdón por tardar 😔👊
Espero que les haya gustado, salió después de mucho tiempo✨
