Hoy los chicos debían ir con mucha energía, pues iban a viajar en avión y eran muchas horas de vuelo, iban de viaje a México.
Agustín estaba nervioso y con miedo, nunca había viajado en avión y temía que les pasara algo. Todo el día le repetía a Dani cosas como "¿Y si nos estrellamos y morimos?" "¿No podemos ir en auto, Dani?" "¿Me puedo quedar en casa con Titi?"
Obviamente Dani siempre le respondía que nada malo iba a pasar y que sería una buena experiencia juntos, aunque eso no bastaba para Agus.
Ya se habían cambiado y estaban listos, iban en el auto, solo quedaba ir al aeropuerto y tomar el vuelo.
—Todavía podemos arrepentirnos, Dani- Le dijo Agus tratando de convencer a Dani, quien solo reía.
—Amor, no va a pasar nada, todo va a salir bien y querrás viajar de nuevo, te lo aseguro- Le dedicó una sonrisa mientras conducía.
––¿Y qué pasa si me mareo y quiero vomitar, Dani?- Preguntó con miedo. —Tendré que salir del avión para hacerlo y no quiero que eso pase-
—Eso no va a pasar, bebé... Si tienes mareos puedes tomar una bolsita y listo-
—Tengo mucho miedito, Dani- Hizo un pucherito.
Dani se encargó de tranquilizarlo en lo que llegaron al aeropuerto, Agus ya estaba más tranquilo pero no lo suficiente.
Dejaron las maletas y ya era hora de subir, la peor parte para Agustín. Agarró la manito de Dani y subió junto a él, miraba todo hasta que llegaron a sus asientos, no había mucha gente por ahí, así que eso no sería un problema tampoco.
Agustín eligió el asiento al lado de la ventana, Dani le dijo que ahí podía ver todas las nubecitas.
—¿Ya te sientes más tranquilo, Agus?- Le preguntó Dani, mientras lo miraba sonriendo. Agus asintió.
—Solo siento emoción por ver las nubecitas, Dani... El cielo es muy lindo y quiero verlo de cercas-
—No te vas a arrepentir, amor- Dani sonrió y el menor le regresó la sonrisa.
Bastaron solo unos minutos para que el avión despegara y emprendiera vuelo. Agus sintió raro un momento pero se relajó al sentir que Dani tomó su manito.
[...]
Dani
Ya iban 40 minutos en el avión y el viaje era de aproximadamente 5 horas, estaba con mi nene abrazado a mí, no se despegó de mi lado desde que empezó el viaje.
—¿Ya casi llegamos, Dani?- Me preguntó mientras miraba dibujitos en la pantallita frente a él.
—Aún falta tiempo, bebé- Le contesté y ví un pucherito en su cara. —Algunas horas más-
—Ya me aburrí, Nani... Y tengo sueñito- Bostezó. —Los dibujitos ya me cansaron los ojitos-
—Duerme un poco, Agus, te hará bien tomar una siesta- Le sonreí. —Así pasarás el tiempo más rápido-
—Oki, pero quiero a mi leoncito Didy- Estiró sus bracitos. —Si no está él, no puedo dormir-
—Aquí lo tengo para tí, bebé- Sonreí y le pasé su leoncito, también le puse un chupetito en su boca y lo tape con una mantita, se sentía algo de frío.
En un ratito Agus ya estaba dormido y de vez en cuando soltaba ronquiditos tiernos.
Decidí dormir también un poco para no sentirme solo, ya que la mayoría del tiempo me la pasaba hablando con mi pequeño y ahora estaba dormido.
[...]
—Dani, Dani...- Escuché que me llamaban y me movían, entonces abrí los ojos y me encontré con una imagen linda de mi bebé recién despierto con el pelito despeinado, también tenía a Didy con él. Sonreí.
—¿Qué sucede, amor?- Dije tranquilo y solté un bostezo.
—Tengo sed- Dijo con voz dulce y miró con ojitos de cachorro. —Quiero mi botellita con leche chocolatada, porfis-
—Está bien, Agus- Le sonreí y pedí un poco de leche calentita a una de las azafatas que pasaban, amablemente me la trajo y después se retiró cuando le agradecí. Llene la botellita y le puse chocolate en polvo, cuando estuvo lista, se la pasé a mi nene. —Aquí tienes, lindo-
Me agradeció y empezó a beber de la botella, mientras me miraba sonriendo.
Pasó un rato y era hora de bajar del avión, iba de la manito con Agus para ir por las maletas.
—¿Te gustó viajar, bebé?- Le pregunté y él me miró.
—Un poquito, Dani... Hubiera querido que estuviera también Titi con nosotros- Dijo refiriéndose a su hamster.
—A mí también me hubiera gustado que él viniera con nosotros, amor, pero sabes que no puede viajar en avión, ¿Verdad?-
Agus asintió haciendo un puchero y finalmente llegamos por las maletas, salimos para tomar un Uber y nos llevó al hotel que había reservado.
Al llegar era todo muy lindo, hasta tenía una gran pileta en la parte de abajo del hotel.
Entramos a nuestra habitación y organizamos todo, despues salimos un ratito a la pileta, por suerte no había mucha gente. Disfrutamos mucho ese día ahí, solo los dos alejados de todo lo demás.
Fin.
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