El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1

Capítulo 25

El sol brillaba con fuerza en Desembarco del Rey, la paz y el orden se habían instaurado en la ciudad y en el resto de reinos hace 6 años. La ciudad había sido reconstruida, el nuevo sistema de alcantarillado y nuevos los acueductos habían permitido un mejor sistema del agua y de la higiene. Las malas condiciones de vida habían desaparecido. En las tabernas la gente bebía y cantaba, los burdeles estaban llenos, el mercado estaba a rebosar de productos de la zona, de los demás reinos y de otros continentes. Los herreros trabajaban sin descanso. Los huérfanos recibían mucha atención, incluyendo mejores domicilios, ropa, comida e educación. A parte de la reconstrucción del Septo de Baelor se instauró un jardín con árboles arcianos para que aquellos que aún creyesen en los antiguos dioses pudiesen orar allí. La ciudad era un remanso de paz, el consejo privado bajo las órdenes del rey Bran habían conseguido lo inimaginable, un reinado tan prospero que parecía el del mismo Jaehaerys. Y los habitantes de la ciudad adoraban al rey por ello.

Mientras en la sala del trono el consejo privado presidido por el Rey Bran hablaba las cuestiones de estado.

- Majestad me alegra informar que la deuda con el Banco de Hierro ha sido saldada- dijo Noho Dimittis, consejero de la moneda.

- Magníficas noticias- dijo Tyrion- Además de que las arcas de la corona están llenas.

- La ciudad solo muestra agradecimiento por su rey, sus nuevas medidas y construcciones han hecho que las gentes tengan mejor salud y una mejor educación- dijo el Gran Maestre Sam.

- No hay ni un solo altercado, mis hombres así lo han confirmado- dijo Brienne.

- Y el ejército está listo para defender esta paz en cualquier momento- dijo Bron.

- Mi gobierno es próspero y seguro y os lo debo a vosotros, gracias. También necesitamos un nuevo consejero naval ya que ser Davos decidió abandonarnos tras la victoria en Naath, de eso hace seis años mis señores.- dijo Bran.

- Esa batalla aún hacia mella en Brienne, pero era la Lord Comandante de la Guardia Real y era leal a su rey.

- Tenemos varios candidatos en mente mi rey: Aurane Mares, Salladhor Saan, y otros.- dijo Tyrion.

- Lo quiero cuanto antes, os doy un mes- dijo Bran.

- Así será mi rey- dijo Tyrion.

- He escuchado todos vuestros informes y nuevas, ahora hablaré de las mías. Sabéis que desde hace años la amenaza de Daenerys Targaryen ha regresado- dijo Bran haciendo que todos se callasen- las murallas han sido reforzadas, hay escorpiones en cada parte de la muralla y de nuestra armada, vamos a defender la paz. Pero solo los Siete Reinos juntos pueden detenerla.

- Todos escuchaban a su rey.

- Pero no somos los Siete Reinos- dijo Bron.

- Así es ser Bron, no desde que Gendry Baratheon se casó con mi hermana y se autoproclamó Rey de la Tormenta, ahora las Tierras de la Tormenta son un reino independiente, igual que el Norte. Y mi hermana Sansa en vez de ayudarme ha decidido complacer los intereses de su esposo y los propios. Tenemos dos reinos en contra, juntos son una gran amenaza.

- Pero no han hecho nada- dijo Noho Dimittis.

- Ni se atreverán, conocen nuestra fuerza- dijo Bron.

- No podemos permitirnos un enemigo tan fuerte en nuestras tierras. Que entren!!- dijo Bran.

Bran dio la orden y los guardias permitieron el paso a dos personas, un hombre y una mujer. Por sus ropas claramente eran nobles.