Capítulo 27

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La hora de la verdad había llegado, los dos ejércitos se encontraban en el campo frente a frente. Los nobles norteños confirmaban la estimación de fuerzas dicha por su reina la noche anterior desde las murallas. Frente a ellos había 5000 hombres de los Clanes de la Montaña, 1000 de ellos jinetes y todos bien armados. Sansa pudo observar el hombre que había liberado al frente pero su ejército estaba en formación. Sansa espoleó su caballo hasta llegar al frente de sus hombres y desmontó. Al momento aparecieron Lord Glover y Lord Cerwyn sujetando el prisionero. Sansa se puso frente al prisionero para verlo a los ojos.

- Mi padre nos enseñó que quien dicta la sentencia debe blandir la espada. De rodillas- dijo Sansa.

Un soldado puso un tocón de madera frente a ellos y Lord Glover y Lord Cerwyn obligaron al joven a ponerse de rodillas y poner la cabeza en el tocón. Le estiraban los brazos con fuerza para sujetarlo y no se moviera. En ese momento Sansa desenvainó su espada, normalmente Gendry era quien se encargaba de las ejecuciones pero su esposo no estaba allí.

- Por tus terribles crímenes contra las gentes del Norte, yo, Sansa Stark, Señora de Invernalia y Reina en el Norte, os sentencio a muerte.- en ese momento levantó la espada y la dejó caer con todas sus fuerzas cercenando la cabeza del prisionero.

No era la primera vez que veía a alguien morir pero si la primera vez que mataba a alguien y una extraña sensación recorrió su cuerpo, era como un sudor frio, incluso pensó que vomitaría pero se contuvo. Miró al frente y vio como el ejército frente a ella empezaba a gritar y se lanzaban al ataque sin pensar, primero la caballería, luego su infantería. Todos se lanzaron al ataque. Volvió a su caballo, montó y con mente fría volvió a su lugar.

- Lord Manderly- dijo Sansa.

- Arqueros adelante!!- gritó Lord Manderly.

Los arqueros avanzaron y se pusieron a la vanguardia del ejército de Sansa y pusieron sus flechas en el suelo. Lord Manderly miró a Sansa y esta asintió.

- Soldados, tensad y disparad!!!- gritó Lord Manderly.

Los arqueros, todos al unísono cogieron las flechas, las pusieron en sus arcos, levantaron los arcos apuntando al enemigo que se acercaba a toda velocidad y dispararon a la vez. Las flechas surcaron el cielo y cayeron sobre los clanes pero aún estaban muy lejos para causar bajas considerables.

- Preparad, tensad, disparad!!- gritó Lord Manderly.

La segunda oleada de flechas dio de lleno contra los clanes haciendo parar su caballería y matando a muchos caballos y hombres.

- Lord Cerwyn, ahora- dijo Sansa.

- Caballería, cargad!!- gritó Lord Cerwyn espada en alto.

La caballería de los Clanes pudo ver como la caballería norteña al mando de Lord Cerwyn, almenos 2000 jinetes cargaban contra ellos. Los iban a pasar por encima pero no iban a darles el gusto de morir sin luchar, así que todos los jinetes que sobrevivieron a la lluvia de flechas, que eran menos de la mitad, unos 500 aproximadamente, cargaron contra los norteños. El choque de caballos, lanzas y espadas hizo mella en ambos frentes, los gritos y la sangre inundaban el campo de batalla. Sansa veía todo aquello y veía como los hombres que iban a pie muy pronto llegarían a la batalla y rodearían y matarían a su caballería, liderada por Lord Cerwyn. Así que tomo una decisión.

- Arqueros cargad!!- gritó Sansa.

- Majestad- dijo Lord Manderly advirtiéndola.

- Apuntad!!- dijo Sansa haciendo que los arqueros apuntasen.

- Mataremos a nuestros propios hombres- advirtió Lord Manderly pidiendo a Sansa que no lo hiciera.

El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora