Capítulo 50

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Cuando Kinvara llegó vio el bosque de arcianos ardiendo y a mucha gente allí parada sin saber que había ocurrido. Ordenó que todos se fueran y todos le hicieron caso, salieron corriendo. Kinvara se acercó a las llamas tanto que podía sentir el calor en su piel. Cerró los ojos y empezó a susurrar, su gema empezó a brillar y luego esa aura cubría todo su cuerpo. Empezó a recitar una y otra vez las mismas palabras y empezó a absorber las llamas. Una vez finalizo vio como el bosque estaba destruido pero no todo. Había unos pocos arcianos, estaban algo quemados pero aún seguían vivos. Se acercó a ellos y sacó varios frascos que guardaba, con un cuchillo corto las lágrimas de las arcianos y las puso en los frascos. Cuando empezó a recitar los cánticos la resina empezó a derretirse hasta hacerse completamente líquida y cambio su color volviéndose anaranjado. Cuando regresó a la Fortaleza fue directamente a la estancia donde estaba Aerys, Jon y Daenerys estaban en la puerta.

- Funcionará?- preguntó Daenerys.

- Solo hay una forma de averiguarlo- dijo Kinvara.

Entraron en la habitación y vieron como Aerys estaba en la cama, lo estaban sujetando para que no se moviera. Kinvara se acercó a él y con unas palabras que no llegaron a escuchar Daenerys y Jon dejó de gritar y moverse. Le hicieron tragar la pócima y acto seguido lo soltaron. En ese momento los ojos de Aerys se pusieron en blanco y empezó a gritar llevándose las manos a la cabeza, en un instante perdió el sentido. Daenerys lo levanto del suelo y lo puso en la cama suavemente. Se giró hacia Kinvara dispuesta a matarla por lo que le había hecho.

- Que habéis hecho?- gritó Daenerys llorando.

- Mirad- dijo Kinvara.

- Cuando Daenerys se giró hacia su pequeño vio como este empezaba a abrir los ojos- mama- dijo Daenerys.

- Aerys- gritó Daenerys mientras lloraba de alegría y lo abrazaba con todas sus fuerzas.

- Que haces aquí. Dónde estoy?- preguntó el pequeño.

- Pequeño príncipe que es lo último que recuerda?- preguntó Kinvara.

- Estaba con papa- dijo Aerys intentando recordar- Entonces... nos atacaron- caía fuego por todas partes. Val no llevó a Joramun y a mí al castillo, pero esos hombres entraron...- Aerys se le estaban llenando los ojos de lágrimas y faltándole el aire- Val intentó protegernos y...y.....la mataron. Val murió intentando salvarme. Murió por mi culpa, vinieron a por mí.

- No- dijo Jon poniéndose a su lado y abrazando a su hijo- no fue tu culpa.

- Gracias- dijo Daenerys a Kinvara sin separarse de su hijo.

- Ahora haremos lo mismo con Daario Naharis y Meera Reed- dijo Kinvara sonriendo y se fue.

- Y Joramun?- preguntó Aerys.

- Está en Casa Austera- dijo Jon, Daenerys lo observó- pronto iré a por él y lo traeré con nosotros.

Tras hacer beber la pócima a Daario y Meera ambos volvieron a la normalidad. Tras contarles todo lo sucedido ambos sintieron vergüenza, aunque nadie les echó la culpa de sus acciones, pues no eran ellos mismos. Ahora era la hora de dictar sentencia con Bran, todos aquellos que habían sufrido por su culpa o su causa merecía justicia. Gendry llegó a la capital con una escolta de jinetes de Bastión de Tormentsa, con Davos y con Bron como prisionero. Al llegar a la capital los inmaculados les abrieron las puertas, vieron como descolgaban las banderas del cuervo de tres ojos de las almenas mientras avanzaban por la ciudad. Al llegar a la Fortaleza buscaron y encontraron a todos en la sala del trono. Se abrieron las puertas y entraron, allí se encontraba Jon, Gusano Gris, Daario, Tyrion, Sam, Meera y varios aliados, todos se alegraron de verlos de vuelta pero los rostros de Gendry y Davos mostraban seriedad.

El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora