Capítulo 12

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El viento soplaba con mucha fuerza, tanto que costaba mantenerse encima de la montura, los estandartes que portaban los soldados que acompañaban a Arya parecía que iban a salir volando en cualquier momento. Tendría sentido ya que los cuervos vuelan. Cuando cruzaron la última aldea la vieron, Bastión de Tormentas. Era increíble.

Un gran torreón hecho de piedra gris clara que daba la espalda al mar. La muralla exterior redondeada, lisa, fuerte, sin astilleras y porternas, con las piedras tan bien acopladas que no existía hendidura alguna. La muralla mide 30 metros de altura, 12 en su punto más delgado y casi 50 de ancho la parte colindante a los acantilados, la última colmada en su interior con arena y guijarros. Las almenas eran tan gigantes que otorgaban a la torre el aspecto de un puño alzado con púas.

Cuando se arcercaron a la entrada de la fortaleza los hombres de las murallas apuntaron con sus ballestas

- Quien sois?- preguntó uno de los soldados.

- Soy Arya Stark, hermana y emisaria del Rey de los Seis Reinos Bran Stark, abrid la puerta.- dijo Arya.

- Avisad a Lord Gendry- dijo uno de los soldados a otro- Abrid la puerta!!- gritó el soldado.

En ese momento se bajó el puente levadizo y se permitió la entrada. Los guardias de la entrada escoltarían a Arya y a sus acompañantes hasta la Torre. Mientras esto sucedía Gendry terminaba su entrenamiento y se sentaba en su trono. Aún le parecía extraño ocupar aquel lugar.

- Vuestra fuerza, vuestro talento para luchar. Sin duda sois hijo de Robert.- dijo el maestro de armas que lo acompañaba.

- Prefiero que se me recuerde por ser un buen gobernante en paz, que por ser un guerrero o el hijo del difunto rey.- dijo Gendry.

- Me alegro de oír eso mi señor- dijo el Gran Maestre.

- En ese momento el guardia que estaba en las murallas entró directamente en el gran salón y se arrodilló frente a Gendry- Mi señor.

- Qué ocurre?- preguntó Gendry.

- Emisarios de la capital mi señor, una de ellas afirma ser Arya Stark.

Eso sorprendió a Gendry, no la había visto desde la reunión donde se decidió quien era el gobernante. Habían pasado meses, no sabía cómo sentirse, pero si sabía cómo debía actuar.

- Dejadla entrar, me reuniré con ella, a solas.- dijo Gendry.

- El maestre de armas y el gran maestre asintieron y abandonaron la sala.

Cuando Arya llegó a la entrada de la Torre descabalgo y se acercó a la puerta, en ese momento los guardias le bloquearon el camino. Lanzas cruzadas para evitar el acceso y los demás cogiendo sus espadas aún envainadas. En ese momento llegó el maestro de armas.

- Entregad las armas- dijo el maestro de armas.

- Sabes quién soy y lo que te puedo hacer?- preguntó Arya.

- Sí, pero yo soy el maestro de armas de la Torre y mi deber es asegurarme que mi señor no sufra ningún daño. Así que, las armas.

Arya entregó su Aguja y su cuchillo de acero valyrio y sus acompañantes sus espadas, en ese momento le permitieron el paso. Una vez dentro de la torre los soldados fueron enviados a un pequeño salón de banquetes donde serían atendidos mientras que Arya fue al gran salón. Una vez dentro se le quedó observando, sentado en su trono, tenía el pelo más largo y una pequeña barba de pocas semanas. Portaba un jubón negro y dorado, los colores de su casa y el venado bordado en él, pantalones negros y botas de cuero.

- Vaya, vaya el señor de Bastión de Tormentas, cuanto tiempo- dijo Arya.

- Cierto- respondió Gendry de forma corta.

- Veo que as cambiado- dijo Arya.

- Solo mi apariencia, por dentro sigo siendo el mismo. Sin embargo, tú estás igual.- dijo Gendry.

- Gracias.- respondió Arya.

- No era un alago- eso sorprendió un poco a Arya- que haces aquí Arya?

- Vengo como emisaria del rey- dijo Arya.

- Y que quiere el rey Bran de mí?- preguntó Gendry.

- Tu lealtad- respondió Arya.

- Acaso no la di cuando vote por él.- dijo Gendry.

- Es hora de demostrarla.- dijo Arya.

- Yo no tengo que demostrarle nada.- dijo Gendry.

- Escúchame Gendry, mi hermano quiere saber cuáles son sus apoyos, quiere contar contigo, eso es todo.- dijo Arya.

- Entiendo, quiere saber quién obedecerá sus órdenes sin dudarlo.- dijo Gendry.

- Bran es el rey, un buen rey. El mejor que hemos tenido en años- dijo Arya.

- Eso nadie lo pone en duda.- respondió Gendry.

- Entonces?- dijo Arya.

- Entonces si no me someto querrá atacarme como planea hacer con Yara. Esto es una amenaza – dijo Gendry sorprendiendo del todo a Arya- Si, yo también tengo oídos fuera de mis tierras.

- Veo que has aprendido mucho- dijo Arya.

- Si- respondió Gendry.

- Entonces sabrás porque estoy aquí.

- Si estás aquí es porque Bran piensa que tú puedes convencerme.

- Y puedo?

- Posiblemente pero no te daré la oportunidad.

- Bran me dio instrucciones de qué hacer si fracasaba.

- En tus ojos se refleja una asesina. Pero lo harás, me matarás?

- Arya quedó callada unos instantes- Claro que no. Podría pero no lo haré. Yo no mato a mis amigos y aún más aquellos que son importantes para mí.

- Puedes decirle a Bran que si el reino está en peligro iré a ayudarlo.

- Me sirve esa respuesta.- dijo Arya y se dispuso a irse cuando Gendry la detuvo.

- Pero también dile a tu hermano que el señor de Bastión de Tormentas no es un perro al que pueda azuzar contra sus enemigos cuando le plazca.

- Arya solo asintió.

- Ahora vete, Arya. Y no vuelvas a pisar estas tierras.


Como creéis que ha actuado Gendry? Bien, mal?

El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora