Capítulo 33

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Recuerdo

Una tormenta azotaba con fuerza los cielos de Desembarco del Rey, entrada la noche, mientras la mayoría de la fortaleza dormía, igual que toda la ciudad, Bran se encontraba en sala del trono acompañado de sus guardia y soldados más leales. En ese momento se abrieron las puertas y entró Bronn sonriendo, cruzó la sala, subió los escalones y se situó al lado de Bran haciendo una reverencia.

- Y bien?- preguntó Bran.

- Vuestra hermana Arya y su acompañante Dalus encuentran las Celdas negras acogedoras.- dijo Bron.

- Me alegro- dijo Bran sonriendo.- Ya están aquí

Se abrieron por segunda vez las puertas del Gran salón y entraron dos personas acompañados de una decena de soldados de Bran, un hombre y un joven, el joven llevaba entre las manos una caja de madera.

- Majestad- dijo el hombre y ambos se arrodillaron.

- Bienvenido, espero que tengas listo lo que te pedí- dijo Bran.

- Si mi rey- el hombre hizo un gestó y el joven se acercó y abrió el cofre, dentro había varios frascos.

- Bran hizo un gesto para que se los entregaran, Bron bajó los escalones, cogió un frasco y se lo entregó a Bran- entonces quien beba esto acatará mi voluntad.

- Si mi rey, esta pócima afecta al cerebro de quien la bebe, se queda en un estado de trance, olvidará todo aquello que le digáis, recordará cualquier cosa que queráis, sentirá aquello que vos queráis, os dirá siempre la verdad y hará lo que vos ordenéis sin pestañear. Básicamente se convertirá en vuestra marioneta- dijo el hombre.

- Y cuanto duran sus efectos?- preguntó Bron.

- Es permanente mi señor, majestad- dijo el hombre.

- Y cuanta sustancia de esta podéis hacer?- preguntó Bran.

- Lamentablemente esta es toda, los materiales necesarios para su elaboración casi están extintos y gaste mis reservas para hacer esto- dijo el hombre.

- Os doy la gracias, sin duda seréis recompensado. Pero primero una demostración- dijo Bran.

Los guardias cogieron al hombre y el joven, cogieron dos pócimas y se la hicieron tragar a la fuerza a cada uno, al poco momento dejaron de intentar liberarse y se quedaron quietos.

- Vosotros me servís, haréis lo que pida?- dijo Bran.

- Si majestad- dijeron ambos a la vez.

- Dadles una espada- dos soldados dieron sus espadas al hombre y al joven, las cogieron sin pestañear- sois padre e hijo verdad?- dijo Bran.

- Si- respondieron los dos a la vez.

- Quieres a tu hijo?- preguntó Bran.

- Es mi orgullo- dijo el hombre.

- Quieres a tu padre?- preguntó Bran.

- Con todo mi corazón.- dijo el joven.

- Bien, ahora no sentís nada el uno por el otro. Luchad hasta la muerte entre vosotros.- dijo Bran.

- Sí, mi rey.- dijeron a la vez.

El combate apenas duró unos instantes hasta que el padre clavó la espada en el corazón de su hijo, cuando cayó al suelo y la sangre empezó a salir lo observaba de forma vacía. Como si no sintiera nada.

El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora