Arya, Dalus y Aerys ascendieron por el Cuchillo Blanco hasta llegar al río Agua Bellota sin ser vistos. Desde que llegaron a tierras de Poniente Arya pinto el pelo de Aerys de color castaño y gracias a que sus ojos, que eran como los de su padre, podría pasar por un norteño y no sabrían quién es en realidad. Consiguieron caballos de un molino que había cerca y emprendieron la marcha hacia Invernalia. Mientras Arya regresaba al castillo de su infancia, Sansa estaba reunida con todos los nobles del Norte en el Gran Salón. Tras su victoria contra los Clanes de las Montañas del Norte, Sansa descubrió el verdadero propósito de su hermano y quiso detenerlo, envió mensajes a todos los señores para que acudieran a Invernalia con sus tropas, pero mientras llegaban recibió un mensaje de Bastión de Tormentas que hizo que se rompiera en dos, el mensaje lo enviaba ser Davos. Ya no podía salvarlo, pero podía vengarse de quienes le arrebataron a su esposo y preservar el reino de su hijo pequeño Davos.
Todos los nobles norteños recibieron la noticia con pesar, pues aunque no era norteño Gendry Baratheon se había ganado su respeto y era su rey.
- Preguntaos, quien ese gran rey que paga con tierras y oro para asesinar a mi esposo, nuestro rey de un modo despreciable y sobretodo cobarde. Quien es ese rey que no acude a la batalla, esos hombres no lucharon por su patria, lucharon por codicia.- dijo Sansa.
- Acabemos con ellos.- dijeron varios señores norteños.
- Y porque Bran nos ha hecho todo esto? Quiere a las mujeres como esclavas, a los hijos como soldados, las tierras y hogares como propios pero no nos conoce.- dijo Sansa
- Si!! es cierto.- decían varios señores norteños.
- No conoce nuestras espadas, no conoce nuestras hachas, nuestras picas, no conoce nuestro honor y nuestro coraje y por eso vamos a pararlo!! – dijo Sansa.
- Si!!!- gritaron los todos los señores norteños a la vez.
- Primero, teñiremos el suelo de rojo con sangre del dominio y de dorne, les despojaremos de todo cuanto han usurpado, les haremos suplicar clemencia, no quedará vivo ninguno. Y luego avanzaremos sobre Desembarco del Rey junto a los hombres de mi esposo y ajustaremos cuentas. Sin piedad!!- gritó Sansa.
- Sin piedad, sin piedad, sin piedad!!- gritaron una y otra vez los señores norteños con las espadas en alto.
Llegada la noche Arya, Dalus y Aerys pudieron visualizar Invernalia y las miles de tiendas que la rodeaban. Arya no había visto tal despliegue de fuerzas desde la llegada de los Caminantes, mientras marchaban por el campamento pudo ver que estaban todos los estandartes del Norte, no faltaba ningún blasón. Eso era extraño. Al llegar a las puertas de Invernalia, solo tuvo que mostrar su rostro y la reconocieron de inmediato dejándole pasar. Fueron recibidos por el Gran Maestre Wolkan.
- Lady Arya, bienvenida a Invernalia. No esperábamos vuestra visita.
- Maestre Wolkan, necesito que preparen un par de estancias. Una al lado de la otra- dijo Arya.
- Así se hará- dijo Wolkan.
Las habitaciones fueran preparadas rápidamente y marcharon hacia ellas.
- Wolkan que está pasando aquí? Porque han acudido todos los señores del Norte? Ha ocurrido algo?- dijo Arya mientras llegaban a las habitaciones.
- Deberíais hablar con vuestra hermana, la reina.- dijo Wolkan.
- Pero os lo preguntó a vos.- dijo Arya.
- Hablad con la reina- dijo Wolkan con la cabeza gacha.
- Y donde esta Sansa?- preguntó Arya.
- En su recámara- indicó Wolkan y se fue.
Dejaron el poco equipaje que llevaban, Dalus ayudó a instalarse al pequeño Aerys mientras Arya se cambiaba la ropa sucia y acudía a la habitación de su hermana. Llamó a la puerta varias veces hasta que escuchó la voz de su hermana dejándola pasar. Al entrar vio a su hermana en la cama medio sentada con la mirada perdida, con sus manos acariciaba el pelo de sus dos hijos mientras dormían, uno a cada lado suyo. La habitación solo contaba con la luz del fuego de la chimenea.
- Sansa?- dijo Arya.
- Se acaban de dormir, no hables muy fuerte o se despertarán.- dijo Sansa.
- Es la primera vez que los veo, son hermosos- dijo Arya.
- Theon se parece a mí, Davos a Gendry- dijo Sansa aún con la mirada perdida.
- Porque hay un ejército fuera de los muros? Que hacen aquí todos los señores del Norte, que ha pasado?- preguntó Arya.
- Sansa se quedó un momento en silencio hasta que decidió mirarla- hay una carta sobre mi mesa, léela.- dijo Sansa mientras seguía acariciando el pelo de sus hijos dormidos.
Arya se acercó al escritorio, estaba vació excepto por una carta, encendió una vela y empezó a leerla. Mientras la leía se le atoraban las palabras, los ojos se le llenaban de lágrimas y apenas podía respirar.
- Cuando recibiste esto?- preguntó Arya.
- Hace 3 días- respondió Sansa.
- Voy a matarlo, voy a matar a Bran- dijo Arya fríamente no.
- No, Gendry era mi esposo y el padre de mis hijos, la responsabilidad de vengarle es mía. Además, tú no estarías aquí si no tuvieras un propósito. Cumplelo como haré yo con el mío- dijo Sansa.
Arya salió de la habitación de Sansa y decidió regresar a su habitación. Cuando estaba a punto de abrir la puerta, Dalus la abrió desde dentro. Vio el rostro de Arya, nunca lo había visto así, lleno de lágrimas. Como si la hubieran destrozada.
- Arya, que ha pasado?- preguntó Dalus preocupado.
- Arya apenas pudo responder un- Lo siento- antes de entrar a su habitación sin decir nada más.
En ese momento y al ver que Arya no podía hablar en su estado Dalus decidió salir a averiguar la verdad.
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El Rey Cuervo y la Reina Dragón - Libro 1
Fiksi PenggemarLa total destrucción de Desembarco del Rey llevó a la cruda decisión de matar a Daenerys Targaryen. Con ella la casa del dragón se extinguía y una nueva era llegaba. Según el Consejo de Nobles el elegido para asumir el trono no era otro que Brandon...