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Antes...

Si Richard tuviera que describir la felicidad contaría cada momento que pasaba con sus amigos. A pesar de que ahora Jacob y él eran novios todo seguía bien. Eran un grupo bastante unido, Stephen y Tamara se alegraron por ambos cuando finamente ambos les contaron que tenían una relación. Jacob tenía mucho más experiencia con él en las relaciones, pero eso no parecía importar, ambos eran igual de torpes a su manera, pero se amaban.

Sin embargo, había algo que Richard no había pensado. ¿Cómo decirles a tus padres que eres gay? No algo fácil de decir. Lo único bueno es que tenía un fin de semana entero para pensar en eso.

- ¿Emocionado por ir con la tía Karen? - le preguntó su madre desde el asiento de enfrente.

-Hace años que no la veo, la verdad que casi no me acuerdo de ella- dijo Richard.

-Bueno es que la última vez que fuiste fue cuando tenías seis años- dijo su padre, aunque mantenía la mirada atenta a la carretera.

-Hace siete años, que rápido pasa el tiempo- comentó su madre con melancolía.

- ¿Por qué casi no vemos a la tía Karen? - preguntó Richard.

-No es una muy buena persona. Siempre dice mentiras de los demás o sobre sí misma, metió a tu padre en problemas varias veces cuando era adolescente así que no es bueno que un niño crezca entre mentiras además de que vive lejos y es más complicado visitarla. Este fin de semana la veremos porque es su cumpleaños y dijo que tenía que hablar con tu padre- dijo su madre.

El chico tenía vagos recuerdos acerca de su tía y su casa. Sin embargo, si recordaba que su tía era buena con él, le había preparado pan francés de desayunar y lo curó cuando se cayó mientras jugaba.

- ¿Cómo están tus amigos por cierto? Escuché que Tamara ya no vive con sus padres- mencionó su padre. Richard se puso nervioso, el tema de sus amigos significaba hablar de Jacob quien era el mejor novio del mundo.

-Están bien, Tamara vive con Stephen por que sus padres le seguían llamando Thomas- explicó Richard.

-Pobre de ella, lo bueno es que ya está en un lugar donde la aceptan. No entiendo como un padre puede rechazar a su propia hija- dijo su madre.

-Son personas que les cuesta entender que un hijo o hija no siempre será como nosotros queremos, pero hay que apoyarlo en cualquier situación- dijo su padre.

Richard pensó si era un buen momento para decirle a sus padres que él no era como ellos querían, que no se casaría con una mujer vestida de blanco sino con un hombre vestido de traje. Que no sería el esposo perfecto de la mujer perfecta.

- ¿Ustedes cómo quieren que yo sea? - preguntó Richard. Sus padres parecieron pensar la respuesta un rato hasta que su madre habló.

-Mi niño, yo solo quiero que seas feliz. Te diré la verdad y es que cuando me enteré de que iba a ser mamá me imaginé toda tu vida. Siempre me gustó la idea de tener una hija que fuera doctora, pero cuando me enteré de que eras niño no dejé de amarte ni un poco. Me gustaría la idea de que fueras doctor, pero si tú me dices que no quieres serlo yo te apoyaré por que los sueños que debes de cumplir son los tuyos, no los míos- dijo la mujer hablando con sentimiento.

-Yo siempre quise un hijo abogado, pero como dice tu madre, ese es mi sueño y no tienes que cumplirlo. Debes de buscar tu propia felicidad hijo sin importar lo que nosotros queramos- le dijo su padre. Richard quiso hablar, decirles que era gay pero el auto se detuvo pues habían llegado.

-Vamos a bajar las maletas- dijo su madre. Richard se bajó del auto y observó la casa de su tía. Era de un solo piso con la fachada azul cielo. La puerta y los marcos de la ventana eran de un color crema. Su tía salió a saludarlos vestida con un pantalón de mezclilla azul y una blusa verde olivo.

Nunca Los Quise OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora