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Antes...

Ahí estaba la pequeña niña con dos coletas mientras todas las miradas estaban dirigidas a ella y al otro niño frente a ella. El niño nuevo llevaba un mes en la escuela, pero ese tiempo había bastado para que le hubiera gustado la chica de ojos turquesa.

- ¿Quieres ser mi novia? - dijo muerto de nervios. La pequeña al frente de él estaba asustada por la repentina pregunta, solo tenía diez años y fue un alivio que llegara su maestra e hiciera que todos se sentaran. Ya una vez en el recreo se separó con él y le dijo que no poniendo de pretexto que era muy pequeña, pero en el fondo sabía que realmente esa no era la razón.

- ¿¡Por qué le dijiste que no!? - preguntó su amiga, Helena.

-Tenemos diez años, no es tiempo para tener novio. Además de que no me gusta él- le contestó. Sin embargo, la de ojos turquesa sabía que el problema no era que el chico no le gustara, el problema era que Helena le gustaba. Al inicio pensó que solo era que la chica le caía muy bien, pero cuando la vio con su "novio" sintió que quería alejarla de él y abrazarla mientras le decía que la quería.

-Pero es el chico más guapo del universo, claro tal vez mi novio es igual de guapo pero el nuevo no está mal.

-Tenemos diez, no hay que apresurarnos a esas etapas.

-Lo que digas- dijo y le pasó el brazo por los hombros. La de ojos turquesa deseó que ese abrazo jamás terminara, pero el timbre sonó haciendo que Helena la soltara. Le dolió cuando al llegar al salón estuviera el novio de Helena con una lapicera para ella, Helena se despidió de su novio con un beso.

(...)

- ¿Qué tal les fue en su día niños? - preguntó el padre de las dos niñas y el niño.

-A mi bien papá, la maestra me felicitó por mí redacción del libro que dejó leer- dijo el niño orgulloso por su logro. Siendo el mayor sentía bien en darles un buen ejemplo a sus hermanas.

-Yo hoy pude correr tanto que superé mi marca personal- dijo la hermana mediana. Todos se extrañaron ante el silencio de la menor que solía ser la que más hablaba en la cena.

- ¿Estás bien mi ojos de mar? - dijo su madre de manera cariñosa. La niña alzó la vista de su plato casi intacto. No sabía de qué hablaban.

- ¿Qué? - preguntó.

-Preguntamos cómo te había ido hoy en la escuela- dijo su padre.

-Pues bien supongo. El chico nuevo me pidió que fuera su novia, pero le dije que no.

-Muy bien mi niña, ningún chico merece el honor de estar con una de mis pequeñas- dijo el padre en tono de burla.

- ¡Amor! - le recriminó su esposa con burla.

-Pero aun así niñas aún están muy pequeñas para tener novio- le señaló a sus dos hijas. La mayor de las niñas hizo una mueca de asco.

- ¡Yo no tendré novio hasta que sea mayor! - dijo.

- ¿Y qué tal una novia? - preguntó la menor ganándose la mirada de todos los de la mesa. Enseguida una sensación de nervios la invadió. Sus hermanos la veían con duda y sus padres con asco.

-Eso no sería natural así que nunca más pienses eso- le dijo su padre con tono duro.

- ¿Pero por qué? Si a una niña le gusta otra no veo nada de malo- dijo la pequeña niña de coletas.

- ¡Suficiente!

Para sorpresa de todos fue la madre quien golpeó la mesa. La mujer estaba muy enojada y veía a su hija con asco.

Nunca Los Quise OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora