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El momento más importante en grandes películas es cuando el personaje principal pierde la memoria. Ya sea por qué olvidó aquellos secretos que salvarían al mundo o porque no reconoce a su amor de verano. Pero ¿Qué pasa cuando una persona común y corriente pierde la memoria? Así inicia la historia de Vanessa Hudgens, quien su primer recuerdo fue despertar con varios cables en su cuerpo sin saber quién era...

(...)

1 año atrás...

La chica despertó de golpe, aunque fue algo que segundos después lamentó ya que un dolor se esparció por todo su cuerpo. Sentía que pesaba diez veces más de lo que aparentaba ya que, permaneció inmóvil. Hasta ese momento, se dio cuenta que no sabía dónde estaba. De hecho, no recordaba ni siquiera su nombre. Trató de pedir ayuda, pero su voz no salió de aquella garganta seca. Su cabeza comenzó a doler y el mundo a su alrededor daba vueltas. A duras penas logró sentarse, pero los cables en su cuerpo la alteraron.

- ¿Dónde estoy? ¿Por qué no recuerdo nada? - se preguntaba la chica.

La desesperación se hizo presente y, con muy poco cuidado, retiró los cables y varias máquinas a su alrededor comenzaron a sonar. Giró su vista observando la habitación donde estaba.

-Un hospital, sé que esto es un hospital- pensó.

La habitación donde se encontraba era por completo blanca y ella descansaba en una camilla de mantas azules. Una mesa a su lado llamó su atención, un arreglo hecho de peluches y flores estaba encima. En un borde había un vaso de agua que bebió rápidamente con ayuda de un popote. A su lado derecho varias sillas se extendían. Encima de éstas había varias cobijas y una almohada lo que daba a entender que alguien se había quedado ahí.

La calma se rompió cuando una mujer vestida con una bata blanca entró. Sus ojos eran de completa curiosidad y asombro.

- ¿Señorita Vanessa? - dijo con la voz algo acallada por el cubre bocas que tapaba la mitad de su rostro.

- ¿En dónde estoy? ¿Por qué no recuerdo nada? - dijo Vanessa, ya que, al parecer, ese era su nombre. La mujer de mayor edad esperó unos segundos, tal vez esperando que Vanessa dijera que era una mala broma, pero los ojos de la chica revelaron que no estaba jugando.

-Llamaré a su doctor.

La mujer salió unos segundos. Vanessa alcanzó a ver gracias a los paneles semi cristalinos que ésta hablaba por teléfono. Cuando colgó regresó a la habitación con un mirar amargo, tal y como cuando le dan a una persona una mala noticia.

-Mi nombre es Jessica. He sido su enfermera desde que ingresó al hospital- dijo. De uno de sus bolsillos sacó algo parecido a una pluma, pero una punta se encendió mostrando una luz. Jessica acercó con cuidado la mano al párpado de Vanessa, quien no opuso resistencia. La enfermera revisó sus pupilas, sus signos vitales, todo antes de que un hombre de bata, barba y anteojos llegara a la habitación.

- ¿Vanessa? - preguntó con aire calmado. Sin embargo, no hubo respuesta.

-Entiendo que estés algo confundida, pero tienes que contarme qué recuerdas, aunque sea algo- dijo el doctor en tono comprensivo.

-No recuerdo nada. No sé si el que me dicen es mi nombre verdadero o cómo llegué aquí.

El doctor se detuvo un momento, sabía que si le contaba todo a Vanessa podría sufrir una crisis. Así que se preparó para cualquier situación.

-Tuviste un accidente de auto, ibas con tus padres en la carretera antes de que, por la lluvia, dieran una curva muy rápido. Un camión que iba en el otro lado alcanzó a golpearlos, aunque el golpe fue en la parte de atrás, en donde te encontrabas tú. Tus padres sufrieron fracturas menores, pero tú estuviste en coma tres meses y al parecer, sufres pérdida de memoria- narró el doctor, aunque en sus palabras se oía la inseguridad.

Nunca Los Quise OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora