Capítulo 6

1.5K 119 8
                                    

Tardó cuarenta minutos en salir, estaba escondido tras un árbol junto con su amigo Liam, este me esperaba a buena distancia y se presentó con mucha velocidad para escondernos antes de ser vistos. Al principio pensé que ya estaría muerta, no sentía compasión por ella pero el moreno insistió en observar la salida atentamente hasta que viéramos su cuerpo. Unos minutos después apreciamos cómo se arrastraba por la hierba casi moribunda, se recostó a coger aire dejando que la lluvia mojara todo su ser y nosotros corrimos hacia ella. Cuando la vi no me podía creer que en serio estuviera delante de mí, tenía la cara llena de salpicaduras de sangre, el pelo teñido de rojo, la camisa desgarrada dejando ver sus heridas recientes y no tan recientes, estaba hecha un asco, pero viva.

Me impresiona las habilidades de Liam, ha conseguido una coqueta cabaña alejada de la ciudad en el San Juan National Forest, cerca hay un lago cristalino donde van algunos hombres a pescar. Admiro el camino hasta allí, es limpio, puro y sobre todo, real. Atenea no parece interesarse por la ruta, cuando entramos a la estancia es lo más parecido a un hogar.

Al abrir la puerta está el salón-comedor, es de madera pulida y reluciente, tiene algunas alfombras decorativas, cuadros, una manta en el amplio sofá, una chimenea junto a este, la ventana con vistas al bosque, la cocina equipada con lo suficiente para entrar a vivir. Unas estrechas escaleras no tan altas abren paso a un solo dormitorio, también tiene una chimenea, esta es artificial, una enorme cama de matrimonio, dos armarios que Liam se ha molestado en llenar para nosotros y una puerta de entrada al humilde baño.

- Te pagaré todas mis deudas -Atenea estrecha su cuerpo dolorido con cuidado contra el de su amigo, por primera vez la veo sonreír sin preocupaciones.

- No es necesario, estaré pendiente el tiempo que haga falta.

Luego de una corta despedida nos quedamos en silencio observando el lugar, ella se dirige a la ducha para despojarse de ese rancio olor y esa ropa destruida. Por otro lado, yo indago en el porche, un cincuentón sujeta su caña de pesca sobre su hombro, alza una mano en forma de saludo que le devuelvo, me siento una persona normal. Cuando diviso que ha salido del baño es mi turno, después opto por un cómodo chándal para sentarme en el sofá. Ella posa dos tazas de chocolate caliente sobre mi cara, se sienta a mi lado sin dirigirme la mirada, echa un ojo al periódico que descansaba sobre la mesa.

- ¿Liam dejó comida? -Digo inesperadamente como tema de conversación.

- Suficiente hasta que nos acomodemos y hagamos una compra -Da un sorbo a su taza sin apartar la mirada del papel.

- ¿Y cómo piensas devolverle el favor?

- Ya me las apañaré.

- Podrías ofrecer tus servicios femeninos -Levanto una ceja insinuante, ahora sí dirige su vista a mis ojos.

- No creo que a su mujer le haga gracia que se acueste con una asesina demencial en busca y captura, no tardaría en llamar a la policía.

Asiento sintiéndome estúpido, era pura lógica aunque yo no sabía que Liam tenía pareja. Me llevo el caliente líquido a mis labios, está sabroso y espeso.

- ¿Qué lees?

- Poniéndome al día con las noticias.

- ¿Algo interesante?

- ¿Cuándo lo ha sido? -Enarca una ceja, deja el periódico en la mesa y se enrolla en la manta mirándome directamente-. Yo dormiré en el sofá.

- ¿No íbamos a dormir juntos? -Pregunto confuso.

- ¿Crees que cerraría un ojo cerca de ti?

- No soy yo quien se ha cargado a siete tíos -Levanto las manos en ofensa, veo cómo esboza una ligera risa que acompaño por contagio-. Pues en ese caso, nos turnaremos.

MedicineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora