En mi mente resuena como un eco la palabra "Emboscada" en mil idiomas y diferentes voces a lo lejos. Después del gran momento que tuve que improvisar con Harry para no levantar las sospechas de ahora el difunto señor Holps, viene la impredecible de Scarlett ha tendernos una trampa. No tengo tiempo para pensar en los labios del moreno, ni en su mano recorriendo mi cuerpo o sus dedos vagando por mi zona privada, ahora eso era lo de menos, nuestras vidas volvían a pender de un hilo sin saber qué o quién está al tanto de esta nueva noticia. Quizás los de la mesa de al lado, los que tienen la cortina corrida para tapar sus guarrerías estén esperando una señal para dispararme en el pecho, o alguna stripper bien pagada tiene un arma en el escote y no ve el momento perfecto de tirárseme encima.
Bajamos a paso lento, con cautela mirando a cada persona que se nos cruza, Yery va delante de mí casi dejándome invisible al ojo público con esos enormes músculos pero al menos impone físicamente lo que yo impongo al abrir la boca. Harry va detrás de mí asegurándose de que Malfoe no se quede muy atrás y de que nada me atraviese de nuevo. Salimos de la estancia violeta, la música queda callada a nuestras espaldas y nos miramos mutuamente durante un momento, los dos chicos miran a Harry esperando que digamos qué ha sucedido y porqué tiene pintalabios en la boca.
- No es que sea de vital importancia -Dice Yery cruzándose de brazos y pasando el peso de pierna en pierna-. Pero me gustaría saber qué ocurrió ahí dentro.
- Si no hubieras desaparecido lo sabrías -Expreso con rabia por ser tan inapropiado.
- A mí no me parece que os lo hayáis pasado tan mal sin mí -Enarca una ceja mientras hace un ademán de limpiar la boca para que Harry lo imite.
- Más vale que cuides las formas si no quieres que te atraviese el ojo con un destornillador y te cuelgue del tejado de tu madre para que te recuerde cada navidad como una guirnalda en el tejado.
Los varones me miran sorprendidos por mi repentino comportamiento, no me decanto en mirar a ninguno y emprendo la marcha. La música clásica sigue sonando abajo, las escaleras brillantes nos dan paso para llegar y ver toda la multitud bien vestida con las máscaras más elegantes que pudieron escoger. No puedo identificar si Scarlett está ahí pero si ella nos ve no es difícil percatarse de una mujer rodeada de tres hombres pegados al culo. Camino resonando los tacones hasta que una delicada y suave mano me detiene, toma mi brazo hasta llegar a mi mano y obligarme a girar en su dirección. Es un chico de cabello dorado, tiene los ojos profundamente negros, una amplia sonrisa y hasta ahí puedo ver, sin saber quién es, apenas se me hace conocido.
- Milady -Dice con una sonrisa que le llega a los ojos-. ¿Me permite un baile?
- No -Responde Harry quitándome la palabra de la boca y además tirando de mí para soltar su mano.
- Eso ha sido muy grosero -Recrimino mientras andamos hacia fuera cada vez más rápido.
- ¿En serio querías bailar con ese pringado?
- Cualquier cosa es mejor que tener que soportarte a ti.
- Y ahí está, la Atenea de siempre, ya pensaba que tenías fiebre.
Bufo cuando una bocanada de viento llega hasta mi cuerpo, aire fresco, al fin. El coche de Yery está aparcado frente al jardín así que no tardamos en subirnos y mantener un silencio inquietante. Hemos frenado una masacre y hemos conseguido salir sanos y salvos, hay varios cadáveres en una zona de la mansión pero no creo que a la criada le cueste mucho sacar la mancha de sangre. Scarlett anda cerca, no visible y tampoco ha sucedido nada en nuestro camino hacia la salida así que podría decirse que está hecho, Zayn se pondrá muy contento y le pagarán una buena cantidad por evitar que el champán de fiesta fuera la sangre de hombres y mujeres ricachones sin culpa.
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Medicine
Roman d'amourDespués de tantas mentiras, es hora de contar la verdad aunque con ello le cueste vida. A cada paso suyo es una pista, un nuevo recuerdo, avanza hasta que no puedas más y jamás confíes en nadie. "Mira allí, donde más te duela".