Capítulo 19

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- Creo que he perdido mucha sangre -Dice entre risas suaves.

Me mantengo en silencio batallando con la mirada y divagando en pensamientos. Espero que diga algo más, una pregunta, que bromeé con la situación pero sigue con una mano en el pecho asegurándose de que respira y la otra en sus ojos tapando la luz nítida de la chimenea.

- Me iré a dormir -Aviso levantándome y recogiendo la comida que dejé.

- No, espera, por favor -Le cuesta hablar, intenta recuperar el mismo ritmo y sigue-. Por favor... Quédate.

- Está bien... -Susurro mientras me acerco a él a paso lento, busco un hueco donde sentarme e intento no hacerle daño al coger postura.

- Explícamelo.

Me sobresalto al entender sus palabras de repente, busco en mi cabeza un argumento válido, algo con lo que salir adelante, una excusa, todo lo que no sea mi verdadero pensamiento. El pánico se apodera de mí cuando aparta el brazo para mirarme, nos enfrentamos en una guerra de miradas sin formular nada, sin insistir.

- Explícamelo -Repite con esa voz ronca-. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Antes me querías... Muerto, apenas soportabas mi presencia.

- No he dicho lo contrario -Bromeo con nerviosismo, lo sabe.

- Atenea... Por favor. ¿Qué te da miedo?

Abro los ojos como si él pudiera leerme la mente, como si supiera algo de mí, como si ya lo intuyera pero ha sido una pregunta inocente, lógica. Trago duro eliminando recuerdos desagradables, muebles rotos, lámparas volando, un cuchillo, el fuego...

- ¿Miedo? -Murmuro son una sonrisa complacida-. No te entiendo.

- Simplemente... Dime porqué te esfuerzas en mantenerme con vida.

- Quizás es porque tú no eres capaz de mantener tu culo a salvo -Le guiño un ojo para que recuerde todas las torpes veces que ha estado a punto de quedarse atrás o perder la vida, bufa divertido.

- Entonces eres mi ángel de guarda, un ángel guerrero y recién salido del infierno.

Rio junto a él, todo tipo de alarma y preocupación ha desvanecido en el ambiente, estamos relajados, nada tensos entre nosotros.

- Tienes que descansar.

- Todavía no me has explicado.

- No hay nada que decir, Harry. Es un hecho, mi promesa siempre estará en pie apoyada por algo más.

- ¿Qué es algo más? -Se apoya en un codo para impulsarse y quedar medio recostado, a mi altura, muy cerca de mí.

- Bue... Bueno, mmm... -Muerdo mi labio inferior mirando sus ojos, su boca, siento mi cuerpo temblar, mi debilidad. Aparto la mirada bruscamente, se ha percatado sin duda-. Buenas noches, Harry.

Me levanto tan deprisa que no le da tiempo a agarrar mi brazo como tenía provisto, es imposible que se levante del sofá así que corro escaleras arriba hasta llegar al cuarto e impactar en la cama, con las últimas sábanas que él ha utilizado, impregnadas en su olor, en ese fuerte perfume...

...

- ¿¡Cómo se te ocurre!?

Los gritos de Zayn me han despertado en alerta, bajo a tropezones mientras me cubro con una bata y diviso a tres personas en el salón, el moreno tiene una cara de ira incontrolada, Harry está bastante relajado en una postura más práctica para hablar y Marcus junto a mi jefe palideciendo al verme llegar a la planta baja.

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