Capítulo 7

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He llegado de la peluquería después de cambiarme el look, tengo el pelo desfilado y castaño oscuro, suficiente para pasar desapercibida en la ciudad. He dejado a Harry nadando en el lago, insistió en que me quedara luego de que Liam nos ha dejado unos teléfonos para poder comunicarnos pero ha pensado que es más fácil que la policía me localice si estoy lejos así que se puso histérico. Ahora entro siendo consciente de que lo hago en los almacenes de Zayn Malik, un hombre importante que te ayuda a ganar dinero fácil con algunos trabajos sucios, recomendado por Liam hace tiempo, no tengo nada que perder.

El ambiente está cargado de humo, pasan mujeres en ropa interior, llenas de joyas y accesorios aglomeradas en el lugar con algunos hombres que intuyo trabajan para él. Todo tiene un aire a puticlub barato, con armas decorativas, cigarros tirados, sofás de cuero, habitaciones privadas, mesas llenas de dinero, juegos de casino, etc. Cuando me ven entrar quedan petrificados, no parecen reconocerme solo les extraña mi presencia y me hacen sentir incómoda. Se abre un largo pasillo hasta el fondo donde se encuentra una tarima con un sofá y Zayn a la vista, rodeado de mujeres semidesnudas besándole el cuello y los brazos. Camino hasta él tan rápido como me permiten mis zapatos.

- ¿La amiguita de Liam? -Dice con un tono burlesco-. Bienvenida.

- Seré directa -Me posiciono frente a él cruzándome de brazos-. Necesito dinero.

- ¡Y quién no! -Alza ambas manos en alabanza mientras se echa a reír, es una risa engreída, digna de un pez gordo-. Aquí las mujeres solo valéis para una cosa -Me mira de arriba abajo con picardía, se muerde el labio y vuelve a mis ojos-. El sexo.

- No es mi punto fuerte.

- ¿Quieres demostrármelo?

- ¿Por qué mejor no te demuestro cómo te parto el cuello?

Enarca una ceja sorprendido, no quita esa sonrisa arrogante que me recuerda a Harry dentro de aquella celda. Sus dedos hacen un ritmo variado sobre el antebrazo del sillón, hace un gesto vulgar para que las chicas se alejen y nos dejen solos. Me indica que me siente a su lado, cedo porque creo que es importante no incordiarle demasiado para ganar un puesto aquí, al menos eso me dijo Liam "Cierra la boca y no seas tan tú". Intento sonreír pero me sale forzado así que desisto, me limito a observar cómo muestra un fajo de billetes sucios en mi cara, luego revisa una pequeña libreta y asiente para tirarla con brusquedad sin interés.

- Me han dicho que estás malita de la cabeza -Vuelve a reírse de mí.

- A mí me han dicho que pagan una fortuna por tu cabeza -Ahora sí muestro los dientes orgullosa de mi comentario.

- Me gusta -Manifiesta un ademán de orgullo-. Muy pocas mujeres tienen carácter y ovarios para hablarme así.

- Será porque no pretendo acostarme contigo.

- Una pena -Un falso puchero sale de sus labios, ruedo los ojos abrumada por su actitud-. Me has convencido, puedo darte una oportunidad, pero si las pierdes tendrás que plantearte lo del sexo.

- Créeme, no la perderé.

- No me disgustaría que lo hicieras -Insiste en que sea una chica de compañía con todas sus ganas-. Está bien, tengo una mujer en lista.

- ¿Alguien importante?

- No, es un asunto de trapicheo, necesito que por la noche vayas a esta dirección -Escribe en un trozo roto de papel la calle indicada-. Tocas dos veces la puerta, te abrirá un hombre bastante grande, sin importancia le dirás que vas de mi parte, no te muestres nerviosa.

- ¿Acaso he titubeado cuando amenacé con partirte el cuello?

- Pues tendrás que reunirte con Trudie -Sonríe por mi respuesta negando divertido-. Es un poco complicada, tiene un carácter del demonio pero es muy buena clienta, no quiero perderla. Eso significa que la trates bien, compórtate y ofrécele la mayor cantidad de mercancía que pueda pagar.

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