Serpentine, ch. 1

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Serpentine

Parte Uno:

Entre las sombras

CAPÍTULO 1

El mago amenazante agarraba los reposabrazos de su silla de cuero mientras observaba, traspasando, el fuego abrasador. Se sentía tan frío, incluso por las llamas. Siempre sentía frío, se había alojado en él hace mucho tiempo, desde los años miserables en el orfanato hasta la misma noche en la que un simple chico casi le destroza. 
Pensaba que se acostumbraría, al frío. Era su compañero leal, era lo único que nunca le dejaría. Sus seguidores le dejaban siempre, incluso su serpiente, Nagini, se escabullía de su lado en algunos momentos, al parecer para liberarse de su compañía. 

Qué ingenuos eran todos, pensó mientras reforzaba su agarre hasta que sus nudillos blancos destacaron en los negros reposabrazos. Podía pulverizarlos a todos hasta el olvido cuando quisiera, y aún así se atrevían a dejarle, y a esperar su perdón cuando volvían arrastrándose. 

Si solo pudiera encontrar un seguidor igual de leal a lo que Peter Pettigrew lo había sido. Peter estaba ahí para Voldemort desde el principio hasta el final pero solo por miedo. Voldemort necesitaba un seguidor en el que poder confiar tanto como confiaba en sí mismo, uno diferente al resto de sus mortífagos. Todos estaban mayores, muertos o casi muertos si él tenía algo que decir sobre ellos. Lo que necesitaba era a alguien nuevo, alguien que estuviera emocionado ante la idea de estar al lado del mayor mago en todo el mundo. 

Demasiado emocionado como para quedarse sentado, el Señor Tenebroso se levantó de un salto y corrió hacia su ventana para mirar hacia el exterior. La escena era una que algunos podrían describir como pintoresca, con el pequeño pueblo recogido muy por debajo en la montaña de la Mansión Riddle, la casa que había heredado por la "desafortunada" muerte de su padre. 

Severus Snape, su sirviente más leal, estaba asignado para espiar al viejo mago a cargo de la gloriosa escuela de Magia, Hogwarts. Allí enseñaba pociones a muchos brillantes jóvenes magos. Si alguien sabía cómo encontrarle un nuevo seguidor, era Snape. 

Voldemort echó la capa sobre su hombre y colocó su manga sobre su brazo izquierdo para descubrir su pálida piel debajo. Como contraste, un tatuaje de una serpiente deslizándose fuera de un cráneo en su antebrazo. Sacudió su varita sobre él para llamar a su espía. 

﹏ ﹏ ﹏

La noche de su cumpleaños número diecisiete, no mucho después del comienzo de su sexto año en Hogwarts, la Escuela de Magia y Hechicería, una joven bruja fue despertada repentinamente de un sueño profundo. La chica abrió los ojos un poco y encontró a la Profesora McGonagall mirándola con sus finos labios presionados uno con el otro. La chica dejó a un lado Los cuentos de Beedle el Bardo mientras se sentaba con esfuerzo. 

"Hermione Granger, el Director desea verte en su despacho en este instante", dijo la mujer con un tono urgente. 

"¿Dijo por qué?" preguntó y colocó hacia atrás una mata de su pelo para frotarse los ojos. Sus cabeza pensó en Harry. Normalmente, ella solo iba a ver al Director cuando su amigo estaba en algún tipo de problema. 

"Dijo que era urgente. Eso es todo lo que sé, Señorita Granger" dijo McGonagall mientras se dirigía enérgicamente hacia la puerta. "Debes darte prisa"

Hermione colocó una bata sobre su pijama y siguió a la Directora fuera del dormitorio. La ansiedad se retorció en su estómago mientras andaban por los pasillos. Pronto llegaron hasta la antigua gárgola que marcaba la entrada a la oficina del Director. 

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora