ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇ

Serpentine, ch. 15

CAPÍTULO QUINCE

Harmony estaba exhausta cuando tropezó por la puerta principal de la mansión Riddle,

"¡Lumos!" respiró suavemente después de sacar la varita de su bota izquierda, y utilizó su luminosidad para encontrar la escalera que llevaba a su habitación. 

Mientras cruzaba el pasillo para utilizar el baño notó que el fuego en la habitación de Voldemort aún estaba encendido. De hecho, rugía como si alguien acabara de echar más leña en él. Cuando terminó, utilizó su puerta del baño para llegar a la gran habitación. Esperaba encontrar a alguien allí, pero estaba vacía. Supuso que había conjurado la chimenea para mantener el fuego encendido. Hizo su trabajo manteniendo la habitación caliente en su ausencia. 

Harmony sabía que debía volver a su habitación, pero el calor era demasiado acogedor como para ignorarlo. Se hizo una bola en el sillón frente a su silla. El calor del fuego la envolvió como si fuera un abrazo. Ella bostezó mientras agarraba uno de los cojines del sillón para colocarlo bajo su cabeza. 

Él no estará en casa hasta mañana, se dijo. Tan solo descansaré los ojos un par de minutos. El conjuro de la serpiente aún reptaba por su barriga y se hizo una bola igual que ella. Pronto acabó durmiéndose. 

Sentía que apenas habían pasado un par de segundos cuando abrió sus ojos de nuevo. Pero ahora la habitación estaba fría y oscura, y Harmony tembló. Ella se dio la vuelta, pero en vez de car en la zona más suave con los cojines cayó en seco al suelo de madera haciendo un ruido. 

Harmony se dio cuenta, mientras masajeaba su adolorida cabeza, que había pasado toda la noche en el sofá del Maestro. El fuego se había apagado y enfriado como si nunca hubiera estado encendido, y ella podía ver la pequeña luz que entraba entre las cortinas. Ya es casi de día, pensó. El Señor Oscuro debe de haber llegado a casa ya. 

Casi al mismo tiempo, escuchó un suspiro que venía de la cama. El corazón se le subió a la garganta mientras rápidamente y en silencio se colocaba de pie. Ella anduvo de puntillas hacia la puerta de su habitación, que estaba ahora cerrada.

¡No pretendía dormir en la habitación de Lord Voldemort! ¿Cómo podía ser tan insensata?

Harmony se preguntó si le habría molestado haberla encontrado en su sofá. Mirando hacia su cama, pudo llegar a ver una figura entre las sombras tumbada sobre las sábanas, como si hubiera estado demasiado cansado para tomarse la molestia de moverlas y entrar en la cama. 

Estiró su mano y agarró el pomo de bronce. Lo giró lentamente para no hacer ningún ruido. Casi la había abierto por completo cuando–

"No es la primera vez que he encontrado a una mujer durmiendo en mi sillón, sabes," dijo Voldemort, divertido. 

Harmony casi salta de su piel ante la repentina voz. No era una voz a la que estuviera acostumbrada escuchar mientras estaba sola en una habitación y a oscuras. Giró de nuevo hacia la cama. La luz de la mañana se reflejaba en la ventana y le permitió ver si cara, mínimamente. 

"¿Q-Qué?" respondió, aunque le había escuchado perfectamente. No tenía idea de qué más decir. 

"Mujeres. Mi sillón. No es la primera vez," explicó mientras se propulsaba hacia delante con su codo. "He pillado de vez en cuando a Lestrange ahí tumbada. Un fastidio."

Harmony registró su pelo despeinado y las bolsas oscuras bajo sus ojos azules– parecía tremendamente cansado.

"De hecho, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que dormí en una cama," dijo su Señor. Él pasó su mano sobre el verde terciopelo, y la boca de Harmony se secó. "De todas maneras no duermo mucho, pero cuando lo hago no quiero tener que hacerme cargo de limpiar las sábanas, así que utilizo el sillón."