ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇ

Susurros del Pasado, ch. 16

CAPÍTULO DIECISÉIS

"¡Cógela!" Gritó Mag, ya que él tardaría más en levantarse de la cama.

"¡Snape!" Gritó Harmony antes de salir volando por las escaleras. Sintió los dedos de Marek rozar su hombro antes de saltar las escaleras de tres en tres. Un hechizo aturdidor rojo rozó su cabeza, a centímetros de su oreja. Cuando los pies descalzos de Harmony llegaron al último escalaron, palpó su manga en busca de la varita. La sacó y lanzó un hechizo sobre su hombro.

Ella corrió en dirección a la puerta cuando, por el rabillo del ojo, vio al ventero leyendo el periódico. "¡Las varitas fuera!" gritó sin levantar la vista del periódico.

Harmony estaba fuera un segundo después, recibida por la fría y salada brisa del mar. A la izquierda había un campo cubierto por hierba alta y al fondo un espeso bosque. Habría tenido la oportunidad de escapar si fuera lo suficientemente ágil como para escabullirse por la espesa madera. No le gustaba la idea de darle la espalda a esos dos mortífagos. Iba a luchar, y el campo abierto era el mejor lugar para ello.

Cuando Harmony llegó casi al centro del campo, le rozaron más hechizos. Intentó conjurar un Cascadia, pero los nervios no la dejaban concentrarse. Así que cuando estuvo cara a cara con los Mortífagos sacó a relucir sus habilidades con la varita —la mayoría aprendidas del mismísimo Voldemort, así que no era poca su habilidad. Pero cuando se giró para enfrentar a los hombres, se preguntó si ellos la consideraban una bruja diestra. Se imaginó su punto de vista: pies descalzos, una negra y arrugada camiseta, el pelo despeinado y prácticamente sobre su determinada mirada. Esperaba que cuando la miraran no vieran una adolescente cabezota de diecisiete años, sino una mujer acostumbrada a defenderse. Marek, el mortífago, comenzó a cerrar las distancias, como esperaba, mientras Mag daba zancadas hacia ellos. Se tomó su tiempo en llegar hasta ellos; parecía pensar que la tenían, que no se escaparía.

Harmony sostuvo con más fuerza la varita, obligada a demostrarles lo equivocados que estaban. No la obligarían a nada.

"Cógela, Marek," dijo Mag, codo con codo con su cómplice. "Terminemos de una vez."

Harmony levantó su varita en dirección al pecho de Marek. Si se movía un centímetro pagaría por ello. Sin embargo, no estuvo preparada para los hechizos que volaron hacia ella a la velocidad del rayo. Él había sido rápido, muy rápido. Pero Harmony notó que lo que tenía de rapidez no lo tenía de poder y que lanzaba los hechizos sin entusiasmo. Afortunadamente, Harmony tenía la misma velocidad que poder, así que pudo bloquear cada uno de los hechizos, aunque en el último segundo. Esto duró un par de minutos: lanza un hechizo, detén el hechizo, lanza, detén, lanza.

"¡Suficiente de esto!" Gritó Mag, su cara envuelta por la impaciencia. "¡El tiempo de recreo ha acabado! ¡Marek, por favor, termina ya con ella!"

Incluso desde la distancia Harmony pudo ver algo cambiar en los marrones ojos de su adversario cuando conjuró un hechizo que prendió los alrededores como si acabara de caer un rayo. Harmony se distrajo un segundo por la explosión de luz y del aprovechó para enviar un hechizo aturdido hacia ella. El hechizo golpeó su pecho, sacando todo el aire de sus pulmones. Calló hacia atrás y la hierba alta la cubrió por completo cuando quedó boca arriba, observando el cielo rosado, por el amanecer. Durante un corto momento no se escuchó nada más que la brisa marítima, Harmony observó una bandada de pájaros cruzar el cielo. Después, desde un lugar desconocido, no pudo girar su cabeza para ver dónde, escuchó pasos entre la hierba. El sonido se acercó hasta que llegó a ella. Apareció la sombra de Marek, como una nube oscura en el cielo. La capa del silencioso mortífago ondeándose por el viendo. Su capucha calló mientras corría tras ella. Con media cara cubierta por un paño oscuro, vio cómo el pelo caía sobre sus ojos marrones, puestos en ella. Sus hombros se elevaban y caían rítmicamente mientras cogía aliento.