ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇ

Serpentine, ch. 6

CAPÍTULO 6

"Varitas preparadas, y a la de tres," dijo Voldemort. Se movió con elegantemente mientras se preparaba para la batalla, y Hermione hizo lo que pudo para parecer igual de buena, aunque estuvo segura de haber fallado catastróficamente. 

¿Por qué había aceptado esta misión suicida? Dumbledore y Snape seguramente se sentirían mal por haberla convencido cuando acabara muerta. Sabía que no estaba preparada para ir allí. Pero si este iba a ser su último duelo, su última oportunidad, lo mejor sería que lo hiciera lo mejor posible. Mantuvo la cabeza arriba e intentó retarlo con la mirada. 

"Uno-," su Maestro comenzó la cuenta atrás en un tono frío. Sus ojos azules estaban haciendo un mejor trabajo que ella al intimidarla. 

Harmony actuó impulsivamente. Un rayo rojo salió de su varita y chocó con la suya, la varita salió despedida de su mano y hacia una de las esquinas. Un mirada de estupefacción es lo que cruzó su cara, pero rápidamente se recuperó y su varita volvió volando a su mano. 

Consideró seguir el primer hechizo con el siguiente que acababa de aprender, el que hacía que alguien creyera que estaba siendo atacado por gigantes, pero su Maestro no contraatacó con otro hechizo. En vez de eso, bajó su varita. 

"Dije a la de tres," repitió con su boca ligeramente abierta y sus puños apretados. 

Harmony le miró con sus grandes ojos marrones, llena de miedo y temor. 

Él notó eso y el músculo de su mandíbula se tensó. "Eres atrevida. Quizá demasiado atrevida, para hacer trampas en un duelo contra tu Señor. Pero tengo que admitir que," dijo, "es algo que puedo admirar."

Harmony se sonrojó. Había esperado que la matara, y en vez de eso recibió un cumplido- o algo parecido. ¿Habría juzgado mal sus intenciones?

Voldemort volvió a su posición, y miró hacia ella desafiantemente. "Veamos si tu atrevimiento puede desarmarme bien ahora. Y recuerda, es a la de tres."

Harmony sacudió sus nervios y levantó de nuevo su varita. Respiró hondo de una vez, se inclinó hacia delante, y le devolvió una mirada oscura. Puedo hacer esto, pensó. Voy a hacerlo. 

"Uno," comenzó, y Harmony pudo notar una pequeña sonrisa en sus labios, "Dos... Tres."

Después, Lord Voldemort estaba sentado en su silla de cuero cerca del fuego en su habitación, tal y como lo hacía todas las tardes. Él y la chica, Harmony Hangleton, habían salido del salón de las clases para ir a por el almuerzo. Tendría el resto del día para descansar para el día siguiente, donde las clases serían brutales. 

Cuando le había pedido a Severus un nuevo seguidos, Voldemort nunca había imaginado recibir una con tanto poder y conocimiento. Una vez más pensó en cómo había podido milagrosamente engañarle y desarmarle en la práctica de hoy. Eso era algo que él haría en un duelo, lanzar el primer hechizo. 

Pero, de todas las cosas que no olvidaría, la manera de la que le había mirado era quizá lo más desconcertante de todo ello. Sus seguidores nunca le miraban a los ojos, y cuando lo hacían sus miradas estaban siempre llenas de terror. Sus ojos eran de un color marrón suave, inocente. Pero la había pillado mirándole con una ira firme que de alguna manera le había parecido atractiva.

Una pequeña sonrisa atravesó sus labios mientras cerraba los ojos. Sí, pensó, creo que Harmony y yo nos llevaremos bien.

Había una comida esperando a Harmony cuando regresó a su habitación. Mientras quitaba la carne que había quedado entre sus dientes con la lengua, echó un vistazo por la habitación y decidió que se había cansado del polvo que cubría su habitación. Decidió hacer mella en limpiar el polvo al menos. No era una tarea compleja ya que los muebles no eran demasiado elaborados, y había pocas piezas. Asumió que debía estar en alguna habitación de invitados.