Serpentine, ch. 14

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CAPÍTULO CATORCE

Harmony sonrió mientras se quitaba la ropa. Por fin había terminado tras semanas de trabajo duro y sudor. Guardó la ropa hecha una bola en una bolsa para poder llevársela consigo a su casa. Sabía  que nunca más se pondría ese tipo de vestidos, pero estaba cosido con un material tan fino que podría venderlo por un par de monedas. 

Vestida de nuevo en su ropa negra de algodón -su otro disfraz-  salió de la privacidad de su habitación y se dirigió hacia la entrada de la habitación. Bellatrix, también vestida, salía al mismo tiempo. 

La ropa azulada de la bruja estaba colocada sobre su brazo, pero eso no fue lo que llamó la atención de Harmony. Fue el pequeño frasco que llevaba agarrado entre sus dedos; el líquido dentro tenía un color rosa chillón, que desprendía incluso su propio brillo. Ella sonreía entusiasmada. 

Al momento Harmony logró identificar la poción de amor, y sabía exactamente para quién era. 

Inesperadamente, la ira comenzó a amontonarse en su interior cuando Bellatrix encontró su mirada a través de la habitación, su mirada sorprendida al descubrir que había dejado de estar sola en la habitación. Una pequeña sonrisa formada en los torcidos labios de la bruja.

Bellatrix salió corriendo hacia la salida. Harmony dejó caer su bolsa y corrió tras ella. La mujer había salido de la habitación y estaba corriendo por el pasillo con una rapidez inesperada. Harmony movió sus manos y piernas y rezó para que se movieran más rápido. Si la poción de amor había sido hecha para Voldemort se acabaría todo para él -la vergüenza le arruinaría. 

Harmony sintió una necesidad extraña de proteger a su Maestro. La confianza que había entre ellos y que había crecido tras las últimas semanas, lo era todo para ella en ese momento. Ese pequeño vínculo garantizaba la seguridad de Harmony. Ignoró la pequeña voz en su cabeza que le gritaba que la razón era más profunda; era un voz que estaba intentando evitar. 

Poco a poco consiguió acercarse a la bruja. Bellatrix estaba tan solo a dos metros de distancia cuando la mujer giró una esquina  bruscamente, y para cuando Harmony llegó al giro Bellatrix había desaparecido. 

Harmony observaba el pasillo que tenía varias puertas a cada lado, y empujó la primera con venganza. Era tan solo una sucio cuarto con escobas, así que lo cerró y corrió hacia el siguiente. Esta puerta daba a una sección del auditorio cerca del escenario, bloqueado por un grupo de bailarines. 

Esta puerta tiene que ser la correcta, pensó mientras miraba a su alrededor en busca de su objetivo. Justo en frente estaba el gran reservado donde el Maestro estaba sentado hablando con sus seguidores. Por el rabillo del ojo, Harmony la vio. Bellatrix caminaba con soltura desde el bar con una bandeja de copas. Estaba sonriendo y concentrada mientras se acercaba al reservado. 

Harmony se lanzó hacia el corro de bailarines. Todas las personas con las que se chocaba la ralentizaban. Observó horrorizada como Bellatrix le tendía al Maestro una copa plateada y dejaba que el resto cogiera una. 

Casi estoy, pensó Harmony desesperada. Sus botas negras chocaron contra las escaleras que daban al reservado. 

El Señor Oscuro llevó la copa a sus labios, y como en cámara lenta, Harmony estiró  su mano cubierta por el guante todo lo que pudo. Con un impulso final de energía, bajó la mano y tiró de un manotazo la copa de su mano. 

Harmony sonrió tras su victoria tanto que a penas reconoció las bocanadas de aire horrorizadas y los gritos en shock. Bellatrix suspiró sin poder creérselo. Las expresiones de los demás limitaban la suya. 

Harmony sintió como una mano agarraba un pedazo de sus ropas y hacía que se arrastrara. Se encontró con unos fieros ojos azules tan llenos de furia que podrían haberla quemado viva. Miró hacia debajo, notando que las ropas de su Maestro estaban empapadas y que una parte de la bebida había acabado en su cara. 

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora