Serpentine, ch. 31

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CAPÍTULO TREINTA Y UNO

Cuando Harmony se despertó, pudo ver cómo el sol se estaba poniendo por la ventana de la habitación. Se levantó y agarró su cabeza con las manos. He debido dormir durante un par de horas, pensó. 

Ella gateó hasta la ventana y echó un vistazo. Su mejorada visión y oído se habían calmado, pero aún se sentía como si pudiera luchar contra un centenar de Mortífagos. Mientras observaba los terrenos de la mansión Riddle, Harmony descubrió un grupo de figuras encapuchadas que caminaban hacia la puerta principal. 

Cuando estuvieron dentro, Harmony se dio cuenta de que ya podía escuchar voces abajo. Reforzó su bufanda alrededor de su cara y fue a echar un vistazo a la puerta de la habitación. Con la atención más allá de la barandilla de la escalera, Harmony vio que la mansión estaba llena de gente. Habría pensado que llegaban para una fiesta si la gente no estuviera entrando nerviosa.

Reconoció a varias personas que pasaron por delante, como Barty, Goyle, Bellatrix, y Darius. A los otros no creía haberlos visto antes. 

Ni siquiera vio a Voldemort hasta que llegó a su lado en las escaleras. Unos cuantos mortífagos le observaron, y lograron ver a Harmony. Ellos la señalaron, indicando su presencia al resto de sus compañeros mortífagos, hablando en susurros curiosos. 

"Bien, estás despierta," dijo su Maestro cuando llegó arriba. 

Harmony se apartó para dejar que entrara a la habitación, y cuando cerró la puerta tras él, la sorprendió cuando la sujetó entre sus brazos en un cálido abrazo. 

"Esta es la noche, Harmony," le dijo Voldemort con su usual y sombría voz cubierta en entusiasmo. "Lucius ha corrido la voz. Cada minuto, más de mis seguidores llegan por esas puertas."

Harmony encontró su entusiasmo contagioso, y con su cabeza encajada en la barbilla de su Maestro, ella agarró su cadera con sus brazos y enterró la cara en su pecho. 

"Esta noche, haremos historia," dijo mientras se alejaba levemente para mirarla a través de sus brillantes ojos azules. "Esta noche, todo cambiará."

"¿Tan de repente?" Preguntó suavemente Harmony. 

"Nuestro viaje al Ministerio tiene que ser rápido y limpio. Cuanta menos gente nos vea, mejor. Así tendremos más tiempo para actuar una vez que lleguemos."

"¿Llegar a dónde?" Preguntó Harmony con interés. 

Su Maestro sonrió hacia ella lentamente. 

Ella ladeó su cabeza, "¿No confías en mí?"

 "Tienes mi conjuro Serpentine, el único que puedo crear," le recordó. "Claro que confío en ti."

Harmony le miró expectante. 

Su Maestro la observó por un momento antes de decir, "Has cambiado tanto desde que llegaste aquí por primera vez."

"Tú también," señaló ella. 

La sonrisa de Voldemort se borró,  y se separó de sus brazos. Él camino hacia la ventana y apoyó sus brazos sobre el alféizar. Harmony notó el brillo del cielo de las primeras estrellas de la noche. Su Maestro se mantuvo callado durante un rato, y Harmony se preguntó en ese momento si le habría enfadado. 

"Supongo que no hay mejor parte por la que empezar, que el principio," dijo mientras observaba la noche. "Hace diecisiete años, fui a reclutar a una pareja mágica. La mujer era nacida de muggles, aunque fui capaz de ignorarlo por sus poderosas habilidades mágicas. James y Lily eran sus nombres —y ellos tenían un hijo."

"Harry Potter," dijo Harmony con suavidad. El sonido del nombre de su mejor amigo le resultó extraño cuando salió de su boca, quizá fue porque había evitado nombrarlo desde su llegada a la mansión. 

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora