Serpentine, ch. 38

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CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

Voldemort notó que sus palabras habían calado hondo. El darse cuenta de su traición trajo consigo un dolor físico que nunca antes había experimentado. Quería explotar de ira, pero al mismo tiempo quería tirarse al suelo mientras su corazón imploraba en su cuerpo.

Es su culpa que me sienta así, pensó amargamente. Es su culpa que yo tenga todos estos nuevos y desgraciados sentimientos. Me está volviendo débil —distrayéndome.

Pocas veces permitía que sus emociones tomaran el control sobre sus acciones, pero estaba tan perdido en la angustia que saltó hacia ella.

Harmony abrió la boca sorprendida, por suerte fue lo suficientemente hábil como para salirse del camino. Está fuera de control, pensó. Él nunca había intentado hacerle daño.

Harmony se alejó de él, salió de la cocina y entró a la habitación. Él imitaba cada paso suyo —las manos apretadas en puños, mirándola fijamente.

"¡Te di mi conjuro Serpentine!" él gritó. Su cara se contorsionó en una expresión de enfado, sorpresa y decepción. "¡Iba a dártelo todo!"

"Por favor, escúchame," pidió Harmony pasionadamente, esperando que el sonido de su voz pudiera de alguna forma sacarle de ese estado. "Sé que estás furioso. Tienes todo el derecho a estarlo. Oculté toda la verdad. Pero por favor, tienes que creerme, ¡nunca te lo habría contado si pensara que no era verdad!"

Sus ojos ensanchados la miraban hambrientos, con un ansia que tan solo sus palabras estaban alimentando. Tan solo le había visto así una vez; mientras luchaba contra Harry durante la Batalla de Hogwarts. Sus ojos azules estaban vacíos, excepto por un solo pensamiento, y fue algo que enfrió su sangre al momento.

Realmente quiere matarme, pensó horrorizada.

Un miedo, que no había sentido desde que le había conocido por primera vez hace meses, llenó todo su cuerpo. Tropezó en busca de su varita, y después recordó que estaba en el suelo, al lado de la cama. Ella se acercó al límite para agarrarla.

Voldemort estaba tan metido en su maraña de emociones para darse cuenta. Aliviada, agarró la varita mientras mantuvo la mirada en él todo el rato. Podría atacarla en cualquier momento, así que quería poder estar preparada para defenderse. Sabía un gran número de hechizos defensivos que podía utilizar contra él, pero si tan solo intentaba escapar, probablemente la cazaría para encontrarla. Este era un hombre que le había guardado rencor a un niño durante diecisiete años; él no dejaría marchar a un traidor tan fácilmente.

Lo que necesitaba era hacerle olvidar.

Harmony rápidamente pensó en lo siguiente. ¡Claro! ¡El hechizo! Podría borrar su memoria hasta el punto en el que le había contado la verdad. Para que ese hechizo funcionara, necesitaba concentrarse exactamente en lo que quería que olvidara. Cada detalle de la conversación.

"¿No me lo habrías dicho si hubieras pensado que no era verdad?" siseó, haciendo que su atención volviera a él.

Harmony notó que esa podría ser su última oportunidad para tranquilizarle, sin borrar su memoria, cosa que prefería no tener que hacer. Ella miró directamente en sus ojos, sin pestañear, y le dijo la verdad absoluta.

"Mi sentimientos hacia ti," soltó de repente. "No te lo habría dicho a menos que hubiera sido capaz de aceptar lo que siento, y que estaba por algún motivo —de alguna manera— enamorándome de ti."

"¿Enamorándote de mi?" Se burló, entrecerrando los ojos. "¿Enamorada?"

Harmony sintió un escalofrío cuando lo oyó en voz alta. La manera en la que había dicho la palabra la había hecho parecer sucia y vil. Pero ella le mandó una pequeña sonrisa mientras contestaba. "Por supuesto, ¿qué sino?"

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora