Susurros del Pasado, ch. 8

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CAPÍTULO OCHO

Cuando Harmony y Ginny salieron de la habitación de los chicos para irse a la cama, las palabras de Harry continuaron resonando por su cabeza. Él dijo que no había acabado, refiriéndose a que on acabaría hasta que Voldemort estuviera muerto. A Harmony le gustaría poder decirle a Harry que eso no pasaría; ella no dejaría que eso ocurriera. Con Voldemort sin sus memorias, era tan inofensivo como un niño. Si Harry iba a matar a Voldemort, tendría que pasar por encima de ella primero. No estaba segura de dónde venía ese deseo de proteger a su antiguo Maestro, pero sabía que era cierto. Si en algún momento llegaba a eso, no se quedaría a un lado para ver a Harry matarlo. 

Al menos Voldemort estaba seguro en Menkar, donde nadie puede hacerle daño, pensó Harmony mientras subía las escaleras hacia la habitación de Ginny. 

Cuando ella llegó al final de las escaleras, una voz ronca la llamó, "¡Señorita Granger!"

Ella se sobresaltó en las escaleras y se giró, encontrándose con la mirada penetrante de Ojo-Loco Moody. Su ojos normal se entrecerró ante ella. 

"¿Si, señor?" respondió respetuosamente, recordando la mirada penetrante de Moody durante toda la cena. 

Él señaló por encima de su hombro. "Me parece que la Señorita Fleur tiene sus ropas de mortífago limpias y preparadas en la habitación de la colada."

Harmony le dio las gracias y se preguntó porqué no se lo había dicho la propia Fleur. Cuando Moody no se giró para marcharse, ella pasó a su lado con la espalda pegada a la pared y se dirigió hacia el pasillo. Recordó dónde estaba la habitación de la colada por el tour que Fleur la había dado unas horas antes. La pequeña habitación estaba en una esquina apartada de la cabaña de la Concha, lejos de la cocina y el salón. Cuando Harmony entró, el olor a detergente inundó su nariz. Encontró su ropa negra de algodón dobladas a la perfección en un cesto. Llevó la ropa a su nariz, respirando el limpio olor; olían mejor que cuando las recibió por primera vez. Snape se las había dado oliendo a pino y hoguera, y nunca había llegado a descubrir exactamente dónde había conseguido ropa de mujer. 

De repente la puerta de la habitación se cerró tras ella de un portazo, haciendo que se sobresaltara y se girara sin aliento. Se sorprendió al ver a Moody allí en la habitación con ella, una mano envuelta en el pomo de la puerta. 

"¿Señor?" Dijo Harmony lentamente, sujetando su ropa limpia con fuerza sobre su pecho. 

Sin una palabra, Moody soltó el pomo y avanzó un paso hacia ella. Él metió la mano en su chaqueta y sacó una copia del Profeta que había estado leyendo. Él desdobló la copia del periódico con dramatismo y la abrió por lo que Harmony descubrió que era la página cinco. 

Él aclaró su garganta y comenzó con su voz ronca. "'Granger no es solo una seguidora del Señor Oscuro, sino que también posee una marca única de los mortífagos llamada conjuro Serpentine... se entiende que ella es la única seguidora del Ya-Sabes-Quién que posee ese conjuro.'" Moody levantó la mirada del periódico mientras lo doblaba de vuelta a su chaqueta. Cuando no dijo nada, Harmony supo que estaba esperando a que ella hablara. 

"Te hablé del conjuro, ¿recuerdas?" dijo Harmony. Las palmas de sus manos estaban comenzando a sudar. "El conjuro de la serpiente, con lo que solía vigilarme."

Moody asintió. "Recuerdo que nos contaste sobre el conjuro, pero lo gracioso es, Señorita Granger," se rió fríamente, "No recuerdo que nos dijeras exactamente lo que el conjuro significa."

Harmony tragó con fuerza. Se preguntó dónde quería llegar Moody. ¿Cómo era posible que él supiera que el conjuro era más importante de lo que ella había dado a entender? Cuando respondió, sus ojos observaron sobre su hombro, y hacia la puerta de la habitación, y se preguntó si estaría o no cerrada con el cerrojo. "No entiendo a lo que te refieres."

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora