Cap 30

1.4K 79 44
                                    

Se había quedado dormida después de habernos comido toda la pizza, tumbadas en el sofá con cualquier cadena de televisión, nos daba igual solo estábamos nosotras dos con nuestras miradas complices hasta que sus ojos se fueron cerrando y yo no podía parar de mirarla, y para que engañarnos, que más daba una noche más conmigo que mal iba a haber de los que ya habían pasado, el domingo volvería al hospital a su cárcel como ella decía, ahora solo quería disfrutar de ella un día más.

La cogí en brazos con cuidado que no se despertara y la llevé a mi cama, con el mismo cuidado la deje caer en ella, me puse yo a su lado y por instinto sus brazos no tardaron en abrazarme y esconder su cara preciosa en mi cuello y yo no pude más que derretirme.

Con la luz de la luna que entraban por las rendijas me quedé obserbandola unos minutos hasta, que a mi también me venció el sueño.

Me desperté temprano, mi cuerpo estaba acostumbrado a dormir poco así y todo no me sentía cansada más bien todo lo contrario, hacía mucho tiempo ya ni me acuerdo de despertarme así de bien y sabía perfectamente la causa de mi descanso Malú.

Me incorpore un poco apoyada en mi brazo para admirarla, ya sabía que no podía cansarme de admirarla, verla dormir como un ángel, su pelo alborotado, aparte parte de su pelo que no dejaban ver esa preciosa cara, sus labios estaban entreabieros invitándome a besarla, sería buena idea despertarla a besos, solo había que probarlos.

Los bese, se removió un poco emitió un pequeño gruñido el cual me hizo gracia, bese su cara, su cuello, Malú de estremecía pero no abría esos ojos color café así que fui un poco mala y desabroche los botones del pijama benditos botones que al abrirla pude ver su torso desnudo y sus pechos redondos.

Pasé mis dedos haciendo dibujos en su estómago perfilando debajo de sus pechos sus pezones se pusieron erectos enseguida, me relami los labios antes de dejar un pequeño beso en cada uno y luego mirarla, vi como sonreia sin abrir los ojos, estaba despierta se hacía la dormida, me sente a horcajadas de ella y volví a sus pechos uno con la mano y el otro con mi boca, la escuche gemir y arquear la espalda y me vine a más.

Jugué con ellos amasandolos con mis manos y luego lamiendolos con mi boca, ya sus manos estaban en mi cabeza empujandola hacia abajo donde su sexo imploraba mi atención, gruñia en cada beso que le iba dejando en su piel hasta llegar hasta la cinturilla de su pantalón, lo fui bajando despacio y a cada centímetro de su piel descubierta me entretenía dando besos.

-Vamos ojos verdes..... Me estas matando.

-Jajaja tu no estabas durmiendo?

-Estaba estaba, ya no....

-Tssss impaciente.

-Impaciente no ojos verdes soy adicta a ti es que no lo ves?

-Lo veo y lo noto así que calla o no podré seguir.

Y con un zarpazo ella misma se quito el pijama y las braguitas se abrió de piernas con mi atónita mirada.

-Vamos a que esperas tu desayuno te esta esperando.

-Dios mío he metido un monstruo en mi casa jajaja.

Me volvió agarrar de la cabeza para que me metiera entre sus piernas pero la iba hacer sufrir, pensaba torturarla y no tardo en resoplar de impaciencia.

Sonrei en su sexo y le di un pequeño soplido en su clitoris hinchado y duro, jugué con la punta de mi lengua rodeandolo hasta que su grito de desesperación me hizo actuar.

-Joder!! Ojos verdes ya!!!!

Malú me ponía mucho, cada gesto, cada mirada pero cuando me llamaba así ojos verdes moría aunque me hiciera la ofendida, ataque su sexo pasando toda mi lengua por el, escucharla gemir, ver como sus manos dejaban mi pelo para agarrarse con las sabanas sacándolas de el sitio, meti a la vez dos dedos dentro de ella a la vez que lamia con ganas hasta notar sus espasmos cuando le llega el órgasmo.

Aún con mis dedos dentro de ella la miró sigue con los ojos cerrados su cuerpo aún sigue tenso, sacó los dedos y gruñe, abre un poco los ojos emitiendo unos gruñidos muy adorables.

-Estas bien.

-Mareada.... Exauta..... Feliz.....

-Espero ser la causante de tanto adjetivo.

-Sabes amor no me canso de ti.

Y la que parecía agotada se sube a mi cuerpo.

-Te toca un buen despertar ojos  verdes.

-Mejor las dos.

Me quita el pijama que aún llevaba puesto quedándome desnuda y empieza el baile de cuerpos desnudo besos y caricias hasta que los enlazamos de manera que ellos quedan encajados entre sí y empezamos a frotarnos entre nosotras, entrelazando nuestras manos y miradas.

-Aguanta ojos verdes.... Espera que ya me voy.

Y las dos casi a la vez nos corremos en otro órgasmo.

Caímos rendidas en la cama, habíamos tenido sexo unas cuantas veces pero era la primera vez en una cama y había sido extraudinario, poder amarnos de esa manera, abrazarnos al terminar sin tener prisa por nada.

-Quiero quedarme así todo el día abrazada a ti sin hacer nada.

-Sin hacer nada nada....

-Jajaja eres una pervertida Malú.

-Y tu una mal pensada no me refería a eso.... Que también.

-Así lista a ver?

-Quiero pasear  contigo de la mano ir a comer algún restaurante en plan romántico, ir de tiendas un cine o teatro, una cena luego hacer el amor durante horas.

-Madre mía cuántas cosas.

-Y mis ojos verdes van a cumplir alguno de mi deseo.

-El último.

-Y luego la pervertida soy yo jajajajaj.

-Sabes que te están buscando no podemos arriesgarnos a que nos vean.

-Eres una aburrida donde está el afán de aventura?

-Y desde cuando eres una aventurera?

-Desde que te conocí ojos verdes no paro de hacer locuras.

-Vale haremos algo, siempre me hubiera gustado hacer y nunca lo he hecho, un pícnic en el retiro.

-No me digas que ninguna te ha llevado?

-Nooooo....

-A mi tampoco jajaja.

-Idiota!!!

-Vamos preparemos una mochila con todo lo necesario hoy será nuestro primer pícnic de las dos.

Y eso hicimos entre las dos hicimos una tortilla de patatas la cual nos salió de muerte, cogimos algo de beber y un poco de picar, ropa cómoda, sudadera con la capucha y gafas de sol puestas para pasar desapercibidas y nos dirigimos al parque del retiro y como ella quería entrelazando nuestras manos.

Ninguna de las dos por nuestros trabajos y también por nuestras parejas nunca habíamos estado en el, lo recorrimos paseando sin prisas con muchos besos, les dimos de comer a los patos, nos sentamos en un banco a ver jugar algún niño y hasta me imagine ser algún día ser una de esas madres que corrían detrás de esos críos traviesos pero eso sí la otra madre siempre era ella Malú, se que llevabamos poco y no sabía ni tan siquiera lo que eramos, no habíamos hablado de ello pero ya me imaginaba mi vida con ella, me daba miedo mucho ya  no por mi por su estado de salud, miedo a ser un juego a ser un clavo para olvidar otro.

-En que piensas ojitos verdes?

-En lo mucho que te quiero....

Salió sin querer y ya me había arrepentido mis miedos y mis dudas.

Ni quiero ni puedo vivir sin ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora