En el hospital Malú seguía en la Uci, seguía estable dentro de su gravedad, los médicos eran optimistas ya había pasado casi una semana y no había habido síntomas de rechazos, aún los podía haber pero cada vez era menos probable, le estaban bajando la sedacion poco a poco y eran unos pocos segundos los que mantenía los ojos abiertos, cuando lo conseguía intentaba enfocar a sus ojos verdes sin éxito, tenía la sensación de que había estado que la había escuchado, sentido y olido pero al abrir los ojos no estaba y los volvía a cerrar.
En el apartamento donde vivían la doctora Martín y la doctora Blanco, la doctora Martín estaba bastante recuperada de su operación de trasplante y su madre estaba dispuesta a llevársela a Málaga, no pensaba dejarla sola en Madrid estos seis meses de sanción.
Su madre estaba muy enfadada con el hospital pensaba que no era merecedora de tal sanción, Vanesa y Malú se habían enamorado y si había alguna culpable de las dos era Malú, era quien se había escapado, el amor de madre por mucho que su hija se lo repitiera todos los días más y en cada momento que ella también era culpable por haberse dejado llevar y por no escucharla más había decidido irse a Málaga, otros aires le harían olvidar un poco esta situación, hechaba de menos su ciudad la playa sus amigas, esa paz que le daba su ciudad.
-Lo tienes todo hija?
-Si mamá....
-Haber si te dejas algo?
-No te preucupes mamá.
Volvió a mirarse la hora ya sabia que pregunta venía ahora, como podía ser tan cansina.
-Vamos a llegar tarde Vanesa.
No pude evitar reírme.
-Mamá no voy a irme hasta que no venga Ana, no voy a irme sin despedirme de ella.
Ana había estado esta semana con nosotras cuidándome apoyando mis lágrimas y yo las de ella cuando mi madre no estaba y podíamos desahogarnos, las dos con nuestros males de amores.
-Ya estoy aquí, Buffffff, pensé que no llegaba, estoy pensando que lo hace aposta el primer día y de noche.
-Lo importante es que ests aquí.
-Tía te voy a hechar de menos....
-Y yo....
La abracé a mi envolviendonos en nuestros brazos.
-No vayas a llorar llorona....
-Mira quién habla.
Al separarnos las dos teníamos los ojos aguados.
-Vendrás a Málaga a verme.
-Ni lo dudes a si que no la lies hasta que yo no vaya que te conozco.
-Y tu aquí tampoco rompecorazones....
-No vayas a conducir.
-No lo hará mi madre, no se que es peor.
-No habléis de mi como si no estuviera y que tienes que decir de cómo conduzco yo.
-Por qué pareces Fernando Alonso.
-Que hija más tonta tengo.
Ana nos ayudo a bajar las maletas.
-Vanesa que llevas en las maletas te llevas la casa entera?
-Exagerada.
-Seguro que llevas algo mío.
-Que ganas de no verte más pesada.
-Imbécil.
Cargamos las maletas en mi coche, había decido llevármelo y no ir con el ave, demasiado tiempo iba a pasar en Málaga para depender de todos necesitaba un poco de independencia.
ESTÁS LEYENDO
Ni quiero ni puedo vivir sin ti
Hayran KurguDos vidas distintas dos profesiones diferentes, Vanesa oncologa entregada a, su trabajo Malú una de las mejores arquitectas carácter egocéntrico, dos personas que piden una segunda oportunidad a gritos.