Cap 63

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Habían pasado ocho meses en Nueva York, mi madre solo aguanto allí tres meses en lo que ya lo había visto todo y la mandé para casa, yo me sentía bien, me sentía fuerte, hechaba mucho de menos a mis ojos verdes pero tenía que tener paciencia era ella la que tenía que venir a mi y yo la esperaría esta vida y miles de vidas más.

Pero mi vida en Nueva York había terminado por ahora había sido un éxito, habíamos crecido Veronica y yo, por que esto no era solo mérito mío yo estaba aquí pero Vero había hecho lo suyo desde la distancia.

Todo iba bien para mí familia Vero iba a ser madre y mi hermano se casaba que más le podía pedir si mi vida sentimental pero no perdía para nada las esperanzas.

Tocaba volver a Madrid, no lo niego fue bajar del avión pisar mi tierra y entrarme un gran nervio para nada fue miedo y eso decía  mucho de mi recuperación pero los nervios no me los quitaba nadie.

No podían faltar en recibirme mi madre mi amiga Vero y mi hermano, me abracé a ellos como los había hechado de menos.

Después del recibimiento tocaba ver donde me alojaba mi chalet vendido hotel o casa mi madre ganó mi madre si no quería escuchar a mi madre despotricar, Vero  y José se  quedaron varios  días luego tenían que volver a Málaga a sus vidas y yo me quedaba aunque me tentó ir no quería presionarla me iba a tomar unas vacaciones sin trabajar limpiando mi mente y luego veríamos.

Después de quince días en Madrid necesitaba respirar otro aire playa Málaga no era opción pero Vero tenía una casita en la playa era un buen sitio para relajarse oler a mar aunque sabía que solo pensaría en mis ojos verdes.

No lo pensé hice la maleta me despedí de mi madre, me monte en el coche y en tres horas en plante en esa bella ciudad otro sitio donde no me importaría vivir y donde también tenía planeado una pequeña casa en la playa aunque en mi mente hubieran otras cosas por Málaga que ya vendrían en su tiempo sin prisas ni presiones.

Llegue a medio día deje mi maleta, hice la compra por Internet y pedí comida estaba hambrienta la nevera la tenia vacía, me vino justo comer y llegar la compra después de todo en su sitio pase la tarde en la playa paseando por la orilla  con la brisa del mar en mi cara, me sente horas mirando el mar cerrando los ojos y viendo esos ojos verdes su sonrisa y sus besos, cuando me di cuenta estaba anocheciendo y ya refrescada en la playa decidí volver a casa, una ducha caliente para entrar en calor, me prepare una cena rápida no tenía ganas de cocinar demasiado, cene en el sofá con la tele encendida y quedé dormida.

Me desperté sobresaltada al escuchar la puerta varias veces, en un principio pensé que era un sueño pero no. Volvieron a llamar, mire la hora dos de la madrugada quien podía ser a estas horas me asuste un poco, me levante sin hacer ruido, esta  vez no iba abrir sin mirar como la última vez mire por la mirilla
Y no me lo podía creer mis ojos verdes tras la puerta y no dude en abrirla.


Primer capítulo.

Vanesa....

-Hola Malú....

-Que haces aquí... No te esperaba.

-Llame a Vero espero que no te importe.

-No no.... Solo estoy sorprendida, estas bien, la familia?

-Si todo bien... Bueno yo solo  te hechaba de menos también quería saber si aun esta en pie de enseñarme  los planos de nuestra futura casa....

Mi mano agarro su camiseta tirando de ella, cerrando la puerta de un empujón y empotrando su cuerpo en la misma puerta, mirándola  a esos  ojos verdes , mis  manos acariciaban su  cara perfilando con mis  dedos sus  labios.

-Siguen siempre conmigo por si algún día querías verlos.

-Lo estoy deseando... Perdona por no haber venido antes.

-No tengo nada que perdonar, nunca te lo puse fácil Vanesa, hace mucho tiempo comprendí que no puedo ni quiero vivir sin ti.

Después de estas palabras ataque  sus  labios, besándonos con toda esa gana acumulada por el paso de los meses, la ropa iba sobrando y desapareciendo de nuestros cuerpos, mientras íbamos avanzando buscando la cama y cayendo nuestros cuerpos en ella, acariciandonos con las manos besando nuestros cuerpos, llegando a fusionarlos, unos cuerpos que llevaban demasiado tiempo hechandose de menos, besos y caricias desesperadas por ganar la batalla del amor.

Hicimos el amor por horas, hasta quedar agotadas encima del colchón, sudadas mirándonos a los ojos.

Me levante de repente, buscando por mis pertenencias, ni siquiera me  puse algo de ropa, lo que le  permitió  observar mi  desnudez,  había engordado esos pocos kilos que me  faltaban, en apariencia no había ningún indicio de mi  pasado solo esas pequeñas cicatrices en mis  muñecas que siempre me  besaba cuando me  hacía el amor como si con mis besos pudiera borrar mi  dolor  y mi  pasado era la única que lo podía conseguir

Me sente en la cama con mi carpeta azul  en mis manos, siempre me acompañaba a todas partes

Puse mi  mano en su  barbilla para levantar su  cara y que me  mirara.

-Estoy bien  ojos verdes , estoy
recuperada y sabes que es por ti.

-Me alegro mucho Malú, pero no es por mi és por ti, solo tu podías salir del pozo.

-Y tu como estás?

-Aparte de cagada de miedo...

-Miedo por que amor?

-Tenía miedo de que me hubieras olvidado...

-Nunca...

-Miedo de que te hubieras cansado de mi....

-Nunca....

-Estoy libre de culpa Malú he entendido que no soy culpable que tu no lo eres las somos víctimas de la vida y que ya está bien de ser víctimas nos merecemos una vida nueva tu y yo, por que yo tampoco ni quiero ni puedo vivir sin ti.

-Bueno dejemos el pasado y miremos el presente que es este y luego puede venir nuestro futuro juntas.

Saque  la carpeta azul unos planos los extendí entre las dos y la  mire.

-Nuestra futura casa tuya y mía diseñada por mi pensando en ti.....

Estoy  muy  emocionada contando cada parte del plano que para ser verdad ella  solo ve rayas que yo  trasformo en paredes, en habitaciones,contarle  donde estará cada parte.

-Y donde vamos a construir nuestro castillo chica de ciudad 

-Te acuerdas de aquel solar en la playa de Málaga donde pasamos unos días

-Si.

-Es nuestro.

Quito los planos de entre nosotras dejándolos a un lado y se  avanzazo a  mis brazos mejor dicho a mis  labios volviendonos a fusionar a vivir lo no vivido amarnos sin medidas.

Amaneció abrazadas en la cama aún sin dormir hablando de estos meses contándonos cada día separadas unos meses diferentes para cada una pero felices por este final, nos dormimos hablando, fui yo la que me desperté a medio día feliz de tenerla abrazada después de tanto tiempo sin tenerla sin amarla pero nada acambiado lo que sentíamos una por la otra empezábamos una nueva vida juntas nuestro primer día de muchos de una vida entera juntas.

Ni quiero ni puedo vivir sin ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora