Enamorada de un gilipollas #1

12| Lo siento..., lo siento por todo.

Narra Laura

Dos largas y pesadas semanas han pasado desde que empezé a salir con Adrián, la verdad es que es muy simpático y muy divertido y lo quiero mucho, pero no de la forma de novio sino más bien como un mejor amigo o incluso un hermano. Por desgracia para mí, él no ha conseguido sacarme de la cabeza y del corazón a Marcos. Cada vez que pienso en él y en ese maldito beso todo en mí se altera pero entonces recuerdo lo que vino a continuación de aquel beso, y de nuevo el bajón se apodera de mí.

Con Marcos la situación no ha mejorado nada, no hablamos desde aquel día; tan solo nos miramos de vez en cuando, pero enseguida apartamos la mirada como los cobardes que somos, o por lo menos yo. Gracias a Marcos, todo el instituto sabe que estoy enamorada de él y también todo lo del incidente de la apuesta. ¿Lloré? Como una maldita niña de cinco años, me había humillado y yo como idiota lo había permitido. Por otro lado, el señorito ha empezado a salir con las zorras de Ana, Lorena y Sandra. Si os lo preguntáis, sí, está saliendo con las tres a la vez y ellas lo saben. Pero en vez de enfadarse y mandarlo a la mierda, ¿sabéis lo que hacen? Llamar la atención para que Marcos les preste atención. Es repulsivo y además ofensivo y denigrante para las mujeres. Cuando me enteré de eso por poco me entra un ataque de nervios, es estúpido lo sé, pero no supe como reaccinar. Lo peor es que encima estuve días llorando por él, soy patética y una idiota por enamorarme de él. Pero ya me he cansado de llorar por alguien que no me quiere y que ni se preocupa por mí.

Dentro de una semana es Halloween, todo el mundo está como loco buscando un disfraz para ponerse ese día y me incluyo ya que no tengo ni idea de que ponerme. Ayer quedé con mis amigos para comprar un disfraz para ese día, pero ni Laura ni yo encontramos nada que nos gustó, en cambio, mis amigos sí. Jose se cogió uno de gladiador romano, Lalo se lo cogió de romano al igual que su amigo Sam, al cual nos presentó ese mismo día. Es pelirrojo de ojos marrones y con muchas pecas en la cara que le hacen ver muy mono, y luego está el cuerpo tan bien formado que tiene el cual haría babear a cualquiera. No penséis mal yo tengo novio y no soy de las que ponen los cuerno; además que si me acerco a él Lalo me mata, palabras testuales de él: «Te quiero, pequeña, pero te veo cerca de él y me olvidaré de ese cariño». Marioly se cogió uno de bruja malvada que en vez de hacerle ver terrorífica la hace ver como una niña pequeña. Heba se lo cogió uno de bailarina de danza del vientre, siguiendo su religión y creencias. Por último, Carmen -que es una amiga de Laura que me cae súper bien,  es nueva en el instituto de Laura por eso no la conocí antes - se lo cogió de gatita sexi. Mientras que Laura y yo no encontramos ninguno que nos gustara asi que esta tarde hemos decidido quedar para ver si encontramos uno, que lo dudo, pero bueno, por intentarlo no perdemos nada.

Ya eran cerca de las cinco y veinte por lo que Laura debe de estar a punto de llegar a por mí. Sin demorarme mucho, me visto y salgo al portal a esperarla. Estaba bajando las escaleras pensando en mis cosas cuando me encuentré con Marcos saliendo también su casa. Gracias universo, yo también te quiero, fue lo que pensé. Mi corazón se aceleró en cuestión de segundos, latía a una velocidad exagerada y tenía cierto miedo de que oyera el sonido que producían mis latidos. Él no tardó en darse cuenta de mi presencia, algo normal ya que, aún siendo de pequeña estatura, se me ve. Nuestras miradas se encontraron, al igual que en el instituto, solo que esta vez tardamos un poco más en desviarlas. El tiempo suficiente para fijarme en una marcadas ojeras de un color muy parecido al violeta, al parecer no había dormido bien.

Cansada de seguir viéndole, comenzé a camninar lo más rápido que pude. Pasé por su lado a una velocidad sobre humana y sin decir una sola palabra, ignorando lo más posible a sus ojos. Con cada escalón que bajaba sentía su mirada clavada en mí, pero intenté no pensar en eso demasiado y seguí mi camino hasta el portal donde encontré a Laura apunto de llamar al telefonillo, pero abrí la puerta del portal antes de que lo hiciese.