27| Feliz cumpleaños, Laura

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Narra Laura







No aguanté más, no podía aguantar ver la sonrisa victoriosa de Isabel en sus labios y la mirada suplicante de Marcos. ¿A quién creía? Me gustaría creerle a Marcos, pero algo dentro de mí me grita que no lo haga y, por edén, tampoco si creerle a Isabel. Pero, al final, me esperaba que estoy acabase ocurriendo. Ambos tuvieron una historia que no acabó muy bien, pero en los últimos meses, y con el renovado comportamiento de la morena no me extrañaría nada que Marcos comenzase a sentir de nuevo algo por ella. Pensar en eso duele, pero más duele no dejar de reproducir en mi mente el momento en que vi como Isabel se lanzaba a Marcos y le besaba con pasión. Recordarlo hacía que mi corazón se oprimiense de una manera sumamente dolorosa y un nudo en mi garganta, del tamaño de una pelota de golf, me impidiese tragar bien; sin contar, por supuesto, con las sacudidas que daba mi estómago. Tenía ganas de vomitar de solo recordar como Isabel se restregaba contra mi no..., contra Marcos. Solo deseo poder olvidarlo.

Bajo las escaleras de manera apresurada y con lágrimas en los ojos que hacen que mi visión se emborrone y mi maquillaje se vaya a la mierda, pero me da igual. Mientras bajo por las escaleras ignoro a la gente, saco mi móvil para marcar el número de un taxi y así volver a casa. Es algo difícil moverme entre la gente con la vista nerviosa, tres copas encima y con una iluminación escasa. Pero al final consigo salir al jardín donde me dispongo a marcar el número que me dio mi madre cuando empezé a quedar con mis amigos.

Fuera de la casa hay menos ruido por lo que cuando llamo puedo escuchar lo que me dice una señora y la señora me escucha a mí. Me asegura que en unos cinco minutos, o como mucho en diez minutos, el taxi estaría allí. Camino despacio, alejándome un poco de la casa, para esparar al taxi. Estoy segura que Marcos me estará buscando, pero yo no quiero que me encuentre; no ahora y no así. Estoy dolida. Me siento humillada. Me siento defraudada. Me siento traicionada. Me siento utilizada. Pero, sobretodo eso, me siento rota por dentro.

No fue buena idea abrir aquella puerta, pero me alegro de haberlo hecho por que de lo contrario jamás hubiese descubierto que me ponía los cuernos.

Sonrío irónica y niego con la cabeza. Juntos para siempre, me prometió. Te amo más de lo que he amado a alguien, me aseguraba después de hacerme suya. Me siento como una idiota por haberle creído, pero sobretodo por haber creído que mi vida iba a ser como el de las chicas de los libros en donde todo era perfecto. La realidad es cruel..., la realidad duele. Lo peor de todo es que, aún que lo intente con todas mis fuerzas, jamás podré odiar a Marcos. Él ha sido y siempre será mi primer amor. Él fue el primero en mi vida. Él fue el primero en hacerme creer que el amor no era solo cosa de libros o películas. Y él ha sido el primero en hacerme saber que un corazón roto duele más cualquier herida. Le amo, es una triste realidad, pero no puedo perdonarle lo que me ha hecho; tampoco puedo reprocharle nada, es libre de hacer lo que quiera.

Veo unas luces acercándose a mí e intuyo que debe ser el taxi. A medida que se acerca puedo afirmar que, en efecto, se trata de él. Avanzo un poco y le hago un ademán con la mano para que sepa que soy yo la que ha pedido el taxi. El vehículo para unos metros lejos de mí y yo camino hacia él. Justo cuando voy a montarme veo como la gente sale de la cada muy deprisa y empiezan a alejarse de ella, supongo que ha de haber terminado la fiesta. Entonces le veo a lo lejos, él no me ve a mí y eso lo aprovecho para montarme en el taxi rápidamente. Le indico la dirección de mi casa y son las únicas palabras que salen de mis labios en todo el viaje. Mi cabeza apoyada en el cristal de la ventanilla mientras recuerdos invaden mi mente. Más lágrimas salen de mis labios. Comienzo a tararear, sin emitir ningún sonido, la canción de My Dilemma, de Selena Gomez. En este momento no puedo sentirme más indentificada con ella y su letra. Al igual que ella, yo tampoco puedo, ni quiero, vivir sin la persona que quiero, pero me temo que es lo mejor.

Enamorada de un gilipollas #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora