Enamorada de un gilipollas #1

14| Fiesta de pijamas con los toca culos.

Narra Laura

Ha pasado una semana ya desde que Marcos y yo nos confesamos lo que sentíamos y estamos juntos, pero sin ser novios, y con las clases también seguimos, la verdad es que ahora se me dan mejor las matemáticas y todo gracias a él y al chocolate. Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, hasta hace una semana Marcos y yo ni nos hablabamos y ahora no nos podemos ni separar. Me encanta estar con él y si fuese por mí no me separaría de él ni un solo segundo y él opina igual, pero me gustaría más si no nos tuvieramos que ver en secreto para que nadie nos descubra. Me da un poco de pena Adrián por que le estoy haciendo falsas ilusiones respecto a lo nuestro, pero es que yo no le quiero de la misma forma que quiero a Marcos, lo intenté, juro que lo intenté, pero no pude y ahora no le quiero hacer daño. Si supiese que le pongo los cuernos estoy segura que se armaría una buena y, aunque no le quiera como novio, lo quiero como amigo y me dolería perderle.

Hoy es sábado, por lo que hoy he podido dormir hasta casi las dos de la tarde como la digna perezosa que soy. Mis padres se fueron ayer a una casa rural con los padres de Marcos, este viaje prefirieron hacerlo sin hijos para disfrutarlo más, por lo que ahora estoy siendo "cuidada" por Marcos. ¿Me molestó que no me llevaran? Joder que sí, pero luego, la buena de mi madre, me dijo que podría hacer una fiesta de pijama con Laura y Carmen -esto lo ha hecho para limpiar el cargo de conciencia de dejar a su única hija, a su primogénita, sola -.

He quedado con ellas a las seis para ir a dar una vuelta, ver tiendas, hablar de chicos y todas esas cosas que hacemos las chicas cuando nos juntamos. Esto también lo hacemos para no estar todo el día metidas en mi casa sin hacer nada, por lo menos en la calle nos da un poco el aire y vemos algún tío bueno.

Son las cinco asique para no ir con el tiempo encima me meto en el cuarto de baño y me ducho. Cuando termino de ducharme me visto con unas mallas negras ajustadas, una camiseta blanca de hombro caido y de manga corta en la que pone kiss me con purpurina rosa y unas vans rosa clarito que me compré hace poco. Volví al baño, ya que en mi cuarto no hay espejo, y me maquillo un poco, no quiero perecer un payaso, y dejo mi cabello suelto. Me miro al espejo y sonrío complacida ante el resultado asique aprovecho y me hago una foto y la subo a Instagram. En pocos segundos llegan los likes y comentarios, pero uno es el que llama del todo la atención: un direct.

«¿No vas tú muy guapa?»

«Cariño, yo siempre voy guapa»

«Laura... No me hagas enfadar, vivo debajo de ti, te lo recuerdo»

«Me encanta cuando te pones celoso»

«Te encanto siempre, no mientas»

Niego con la cabeza y salgo de casa, no sin asegurarme de haber cogido las llaves de casa y algo de dinero. Bajo las escaleras y, oh, sorpresa, Marcos está apoyado en el marco de la puerta de su casa, la cual está abierta. Me observa de arriba abajo y yo a él, pero en mi defensa diré que va solo en pantalones de deporte. Resisto las ganas de saltar a su brazos, pero se me hace muy complicado. Veo como alza una ceja y yo muerdo mi labio inferior, ¿qué estará pasando por esa cabecita?

—Entra —ordena serio.

Muerdo más fuerte mi labio inferior y con la mirada baja, para enconder la sonrisa, entro dentro seguida de él; no sin antes propinarme una nalgada que me hace jadear.

Este hombre me puede, joder que sí.

POV Carmen

Hoy me ha llamado Laura, para quedar con la otra Laura y, además, irnos a dormir a su casa ya que sus padres se habían ido a una casa rural o eso me dijo ella. A Laura la conocí en el colegio cuando me cambié y, aunque al principio tuvimos nuestros problemas, ahora somos muy amigas; luego está la otra Laura, a la que conocí por la otra Laura y congenié a los pocos minutos de conocernos. Hacía un par de días que no la veía porque he estado mala y no he podido quedar con ellas por lo que hoy tengo muchas ganas de quedar con ellas y verlas.