Capítulo 28: La Marca de Lucifer

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En un principio, nadie hace nada. Estamos todos demasiados atónitos como para reaccionar. Pero cuando Carter comienza a ponerse colorado y Jan gruñe con vehemencia encima de él, es cuando todos nos abalanzamos hacia Jan. Un guardián robusto me ayuda a separar las manos sangrantes de Jan del cuello de Carter y cuando éste deja caer la cabeza contra el suelo soy yo quien lo detiene.

            Sangre corre de su nariz hasta su boca.

            —¡Mátenlo! ¡Mátalo, ahora! —exclama Jan, sacudiéndose del amarre del guardián que lo toma por los brazos. El muchacho, al no sentir apoyo, logra sacar de su cinturón un cuchillo corto, con el que de inmediato hace un corte limpio en el brazo del bendecido.

            El hombre grita y lo suelta de inmediato con dolor.

            Justo cuando Jan se apresura a Carter con cuchillo en mano, es Vin quien lo detiene, sosteniendo sus muñecas y luego apretando sus manos para resbalar el cuchillo de entre sus dedos. Jan se resiste, pero al final el cuchillo cae el suelo con un repiqueteo y soy yo quien lo toma antes que otro traidor. Sientan entre forcejeos a Jan en el suelo.

            Carter se incorpora con un tambaleo y trata de tomar el cuchillo, al mismo tiempo en que los demás guardianes del pasillo sacan cuchillos de sus cinturones. Ya sé lo que planean hacer. Piensan encargarse de Carter de la misma manera que Jan.

            En un último acto desesperado, empujo a Carter detrás de mí y pongo el filo del cuchillo sobre mi cuello, tocando superficialmente el área donde se encuentra la yugular.

            —Den un paso más y corto —amenazo. De inmediato, los guardianes bajan sus armas y alzan los brazos en señal de paz—. Las armas en el suelo. —Se escucha el repiqueteo de la hoja de cuchillo golpear contra el suelo.

            Un hombre intenta acercarse pero rajo con la punta del arma un poco de mi piel, lo suficiente como para que salga un hilillo de sangre. El traidor suelta un grito cuando nota la sangre que corre por mi cuello.

            —¡No lo hagas! —Exclama Vin mientras suelta los brazos de Jan y se apresura a acercarse a mí— ¿Qué mierda te sucede? ¡Suelta eso!

            —Cassandra, deja eso ahora —me susurra Carter detrás del hombro. Está agitado.

            —No, si ellos atacan yo corto.

            Jan se muestra impaciente por atacar, pero no se arriesga a atacar por si llego a matarme. Seguro piensa que  soy muy astuta o muy estúpida. Tal vez la segunda.

            Justo  cuando noto que los traidores comienzan a moverse y aprieto de nuevo el filo es cuando aparece por un pasillo Zacarías, seguido de otro líder llamado Dakota. Zacarías mira con pánico mi cuello manchado de sangre.

            —Cassandra, niña, dame ese…

            —Primero apártense todos. No den un paso más. — Cuando los guardianes se quedan quietos, aguardando, es donde bajo un poco el cuchillo y aflojo la tensión del filo—. Haré un trato con ustedes: no harán daño a ninguno de los míos y a cambio obedeceré en todo lo que me pidan.

            —No lo hagas —interfiere Carter entre dientes.

        Vin me mira con pánico mientras Zacarías sonríe pensativo y mira a Dakota  esperando una afirmación. Pero es él quien da la última palabra.

        —De acuerdo, pero no vacilarás en nada de lo que te exija —acuerda Zacarías. Luego, da una seña a Vin, quien me arrebata el cuchillo con un rápido movimiento. Esconde el arma en su cinturón—. Tendrás que entender que a pesar de que no tocaremos al cazador, tampoco estará libre por aquí. Ha matado a uno de los nuestros y eso tiene que pagarse.

Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora