—¿Veracruz?
—No, mejor Guadalajara. No hay muchos cazadores ahí—replica Carter, dándome una mirada quisquillosa desde el asiento copiloto.
Discutimos acerca de dónde alojarnos, ahora que somos fugitivos. Carter sugiere que es mejor mantenernos en México, ya que es un país que conocemos mejor, además de que otras naciones cazadoras podrían irse en nuestra contra. No tratan muy bien a los cazadores que se escapan.
—Tiene que ser lejos de Baja California. Así los líderes tardarán más en encontrar nuestra localización—continúa Carter.
—Qué optimista, ya te haces la idea de que seremos atrapados—comento desde el asiento trasero. Carter da un movimiento de mano.
—Seremos atrapados—afirma—, pero no solos. Quizá si congeniamos con…
—Monterrey—dice Vin.
Carter endurece la mirada cuando lo observa.
—No, ahí no.
—Pero de ahí es de dónde vengo—digo, ignorando la mirada gélida que intercambian los chicos— ¿No crees que será el primer lugar que los cazadores buscarían?
—Los cazadores no pisarían jamás esa ciudad—dice Vin con seriedad mientras conduce. Es la primera conversación en la que participa desde que salimos de la Guarida.
—¿Por qué? —inquiero, mirándolo. Carter ha apartado la mirada y observa por la ventanilla como si fuera lo más interesante del mundo.
—Los traidores—me mira fugazmente—. Ellos se alojan ahí.
Frunzo el ceño cuando le pregunto:
—¿Y por qué iríamos allí?
—Porque es un suicidio—dice con saña Carter.
—Porque es lo más seguro—responde Vin.
No le hallo el sentido, y al parecer Carter tampoco porque le da una mirada asesina a Vin y aprieta sus manos en puños soltando resoplidos.
—¿Cómo sería eso seguro? Nos quieren muertos—replico.
—No, a ti no te quieren muerta. Piénsalo, si nos quedamos allí, los cazadores no podrán encontrarnos, y los traidores no te matarán porque te necesitan.
—¿Me necesitan para qué?
—Para algunos de sus planes estúpidos y satánicos, seguro—espeta Carter. No se encoge ante la mirada de Vin—. Yo no iré allí, ni Cassie tampoco. ¿Te imaginas lo que habrá en ese lugar? Es un suicidio, Vin, y lo sabes.
—Es nuestra única opción. Hay cazadores en todas partes, si nos quedamos aunque sea unos días en algún sitio, nos matan. No hay lugar seguro —dice con alteración Vin.
—¿Y con los traidores sí? Son unos locos y sádicos, estaremos muertos apenas lleguemos—exclama Carter.
—Cómo si los cazadores no fueran iguales—comenta con ironía Vin.
Por fin Carter explota. Da una patada al maletero y le grita con enfado a Vin:
—¡Detén el auto!
ESTÁS LEYENDO
Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)
ParanormalCada persona tiene su oscuridad interior, pero... ¿Qué pasaría si fuera más literal? Cassie Valverde ha pasado gran parte de su vida conteniendo una oscura entidad que intenta salir, alguien que se ha unido a ella de una manera que nunca creyó posib...