——Lo siento. Sé que debía de haberte dicho antes, pero…
—Cállate—silencio a Lily. Mi antigua amiga me mira con ojos humedecidos. Estoy anonadada. Jamás me imaginé esto, jamás pensé que Lily estaría aquí.
—No es tiempo para dramas Lyla. Vete de aquí y trae a Kali—espeta Lith, mirando con enfado a la rubia.
Lily, apartando lentamente la mirada de mí, mira al cazador enfadada.
—Kali es una perra. No es mi culpa que no haya querido presentarse por estar torturando salamandras.
Lith aprieta la mandíbula con fuerza.
—No me importa lo que esté haciendo. Tráela, la necesito para interrogar.
Pánico corre por los rostros de Lily, Vin y Carter, y supongo que también Alum lo siente porque se tensa detrás de mí.
—¡No!
—No es tu decisión.
—Tampoco la tuya, Lith—le advierte Alum al cazador, sujetándome aun del brazo. Siento como si no tuviera voz ni voto aquí.
—Estamos hablando de “ella”, Alum. —Lith se acerca a mi presencia, observándome con precaución.
—No es un demonio, Lith. No puedes matarla.
Lentamente, Vin se acerca a donde me encuentro. Quizá para que no me sienta tan nerviosa.
—No es seguro que Kali esté cerca de ella—dice Carter, analizando los movimientos de Lith precavidamente.
Siento la respiración apresurada de Alum en mi nuca.
—Cassandra no conoce las instalaciones. ¿Por qué no se las muestras tú, Lyla?
Mi amiga intercambia miradas de entendimiento con el cazador y pronto se acerca a mi apresurada, tomando mi brazo recién suelto. ¿Por qué todos sienten la necesidad de sujetarme el brazo?
Por unos momentos, el rostro de Lith se torna rojo y molesto, pero de inmediato una sonrisa petulante surca su cara.
—No tardes mucho, Lyl. La chica tiene que ser interrogada pronto.
Lily sólo asiente antes de sacarme apresurada de la habitación. Miro hacia atrás sólo para ver a Vin cerrar la puerta detrás de mí, serio. No me gusta que Vin haya tenido que quedarse dentro, con todos esos locos. Pero en realidad el pertenece a ellos, por lo tanto no ha de ser tan diferente de ellos. Incluso Lily ha de ser parecida.
La rubia me conduce por estrechos pasillos, sólo deteniéndose para cambiar de sendero. Me toman varios segundos retomar mi voz.
—Así que ahora eres Lyla—empiezo. Mi antigua amiga suelta un suspiro cansado. Se detiene en pleno pasillo oscuro y me mira.
—Lo siento mucho. Sé que debes estar molesta, y lo entiendo. Pero…
—No estoy molesta—la corto. Curiosamente, no estoy nada enfadada por su silencio y engaño. Sólo…herida.
—No me permitieron decirte nada. No hasta que fuera más evidente.
—¿Evidente qué? —espeto, con un leve arranque de enojo—¿Por qué no me ayudaste ni una sola vez? ¿Por qué ellos te ordenaron? ¿Así de fácil?
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Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)
FantastiqueCada persona tiene su oscuridad interior, pero... ¿Qué pasaría si fuera más literal? Cassie Valverde ha pasado gran parte de su vida conteniendo una oscura entidad que intenta salir, alguien que se ha unido a ella de una manera que nunca creyó posib...