El sol ha salido y por fin la luna se deja ver. La carretera sigue serpenteando, han pasado horas desde la última vez que vi algún vecindario. Quizá estamos en otro estado alejado o simplemente ya no pisamos el mismo país, no me importa nada desde que los tipos con cuchillos extraños atacaron la camioneta, específicamente a Vin.
Aún tengo el vívido recuerdo de como perdí el control de mi misma, y cómo después algo impidió que saliera del auto. Estoy segura de que no pudo ser el carro, ya que antes de eso no me causó dolores al tocarlo. Tal vez la presencia constante de ella ha causado cambios en mi sistema.
Rozo ligeramente mi antebrazo con la mano, sintiendo un ligero dolor en éste. Una gran raja sangrante surca mi piel. Hago una mueca e intento apretarla con una blusa que saco de mi bolsa. El dolor crece.
—¿Estás herida? —Escucho que pregunta Vin a mi lado. Lo miro de reojo, mordiéndome el labio.
—Solo un poco—contesto, apretando más la herida con la tela—¿Tienes alcohol?
El castaño frunce los labios.
—Justo ahora no—dice, mirándome arrepentido. Observo que múltiples rasguños adornan su rostro—Pero en la Guarida hay suficientes tratamientos.
—¿La Guarida?
—Sí, La Guarida de los Cazadores.
Lo miro con interés. Aún es extraño reconocerlo como cazador, y no como el supuesto sacerdote que vino a ayudarme.
—Oh, y… ¿Qué hay ahí?
—Su nombre lo dice, es nuestro resguardo. La protección y entrenamiento de los cazadores. Incluso los líderes están ahí.
Sus ojos brillan al mirarme mientras conduce. Una de sus manos está en el volante mientras que la otra pasa continuamente por su sien, seguramente para limpiar la sangre que recorre.
Una pregunta ronda por mi mente.
—¿Qué es lo que cazan?
Vacila antes de contestar:
—Mmm…Seres sobrenaturales.
—¿Cómo cuáles? —me apresuro a preguntar.
—Eso lo sabrás luego.
—¿Por qué no ahora? ¿No quieres que sepa que es lo que tengo dentro?
—No es el momento—se limita a contestar.
Resoplo enfadada.
—Estamos hablando de mi cuerpo, Vin. Tengo derecho a saberlo.
—Ahora no—gruñe, claramente fastidiado.
Resignada, decido no sacar más el tema y observar por la ventana. Pequeñas casas humildes aparecen por los lados, rodeadas de vegetación. Capto destellos de deterioro en cada una de ellas, cada vez más notorios. Intento no pensar que al lugar al que nos dirigimos se encuentra en tal pobreza.
Vin conduce un rato más, hasta que estaciona delante de una cabaña en regulares condiciones que se esconde entre dos árboles enormes. El efecto que causa el lugar rodeado de la oscuridad de la noche me hace sentir escalofríos.
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Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)
ParanormalCada persona tiene su oscuridad interior, pero... ¿Qué pasaría si fuera más literal? Cassie Valverde ha pasado gran parte de su vida conteniendo una oscura entidad que intenta salir, alguien que se ha unido a ella de una manera que nunca creyó posib...