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Estaba caminando lo más rápido posible, lejos de Dua. Y ella detrás mío, llamándome.

—¡Espera!

—No voy a regresar contigo.

—No te he hecho nada malo.

—Aún no, pero tal vez pronto sí

—¿Por qué dices eso?

Me detuve para mirarla de lejos y ella igual se detuvo. Esperando mi respuesta.

—Porque estás loca. Y además me acosas.

—Yo no te he acosado. No que yo recuerde.

—Tienes mala memoria.

—No, no. Tú tienes mala memoria...¡Ashley!

Eso fue lo último que escuché antes de caer por el pequeño barranco de hojas y ramas que me golpearon la cara. Sentí como rodaba sin parar, hasta que algo me golpeó rotundamente en la espalda.

Grité.

Y Dua se asomó por la parte alta.

—¡¿Estás bien?!

—¡Idiota!

—Me puedo ir si quieres.

Entrecerré los ojos.

—Ayúdame y luego te vas.

Ella cruzó los brazos.

—Eres libre de hacerlo con quien quieras Ashley, pero no puedes negar que te sientes atraída por mí.

—¿Y qué hay de ti?—dije en voz alta antes de agarrarme el costado y sentir un terrible dolor. Mi vestido estaba sucio, lleno de hojas.

—Lo estoy.

Me detuve.

—Sólo quieres tener sexo conmigo, y no sé por qué.

—¿No es evidente?

—No soy ninguna chica popular, ni de revista como tus amigas... Además, qué tengo yo en especial.

—Idiota, eso es lo que eres.

—No, no, tú eres una idiota y la más grande.

—Te voy a dejar ahí para que los lobos te coman.

—Al menos, tendré un final feliz y no en una fiesta satánica.

—Que no es satánica. Es sexual y pervertida, sucia y promiscua pero...

—Vete, Dua Lipa, le contaré tu secreto a toda la escuela.

Y en ese momento, miré como ella enfureció.

Oh no.

Comenzó a bajar lo más rápido que le era posible por el barranco, y yo me apresuré a levantarme y correr hacia una dirección que no conocía.

—Ven aquí.

—¡Auxilio, me quieren matar!

Corrí adolorida, pero por más que lo intenté, ella me atrapó y caímos.

Caímos entre las hojas, el suelo húmedo del bosque y la oscuridad. Sentía su respiración contra la mía, pero sentía más su peso sobre mi cuerpo.

—Si soy virgen...—le confesé.

Ella sólo me mantuvo sujetada por debajo de su cuerpo. Con fuerza.

—Estás loca...muy loca, Lipa.

—Lo soy.

—¿Y vas a cogerme, o algo?

—No lo sé.

—Porque esto es raro.

—Mucho.

—No entiendo por qué yo, y no otra chica de la escuela.

—Ni yo.

—¿Me va a doler?—cerré los ojos. Y ella rió, cerca de mis labios.

—Tú igual estás loca.

—Bueno, tú me invitaste a una fiesta falsa para cogerme en el bosque y quitarme la virginidad.

—Diciéndolo así se escucha más que turbio, y de miedo.

—Es así.

—Sí, pero ni lo digas así—hizo un gesto divertido y se quitó de encima mío, quedándose a mi lado, boca arriba mirando el cielo.

—Que locura.

Asentí en silencio.

Y después de un rato, la miré, estaba hermosa, con el cabello alborotado y los labios húmedos. Observando las estrellas.

—Dua.

—¿Hmmm?

—¿En serio te gusto?

Ella me miró. Y me lo probó como nadie más lo hubiera hecho.

try me › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora