Me encontraba en la biblioteca, buscando uno de los libros para la clase de Literatura cuando alguien tropezó ligeramente conmigo en el pasillo.
Era Alejandro.
–Lo siento–se disculpó.
–No hay problema–le respondí mientras regresaba de nuevo mi atención hacia el estante de libros.
Él continuó en el pasillo, al parecer haciendo lo mismo que yo, buscando algún libro que necesitaba.
–Disculpa, ¿Ashley, cierto?–me dijo y yo lo miré, él ya sostenía varios libros. Asentí.–¿Sabes si necesito alguna credencial o algo para llevarme a casa todo esto?–señaló los libros.
En realidad no tenía idea cómo podría funcionar la biblioteca con personas que no eran de la preparatoria.
–No tengo idea, yo utilizo mi credencial de la escuela pero ahora voy con la bibliotecaria–tenía que llevar a registrar el préstamo de mi libro–podría preguntarle.
El asintió y sonrió un poco.
–En un momento voy–me avisó, buscando un libro más, y yo comencé a dirigirme hacia la bibliotecaria.
Registraron todo en la computadora y le pregunté a la bibliotecaria sobre los préstamos a personas que no eran de la escuela, justo cuando estaba por responderme, llegó a mi lado Alejandro, quien saludó y por primera vez en todos los años que había estado ahí, vi sonreír a la mujer encargada de la biblioteca. No es posible.
Él le explicó su "situación" y la bibliotecaria pareció pensar en qué hacer.
–¿Tienes alguna identificación?
Alejandro buscó en su pantalón. Parecía que no encontraba lo que buscaba.
Negué internamente por lo que estaba por hacer.
–Podría registrar los libros con mi credencial–ofrecí.
La bibliotecaria y Alejandro me miraron.
–No es necesario.
–Está bien, no hay problema.
Él pareció pensarlo por un momento y asintió.
–De acuerdo, lo regresare a tiempo.
La bibliotecaria recibió mi credencial de nuevo y registró todos los libros. Por breves instantes nos miraba de reojo.
–Dos semanas–dijo.
–Por supuesto, estarán antes de la siguiente semana.
La bibliotecaria asintió mientras me regresaba el plástico y él cargó con facilidad todos los libros.
Ambos caminamos hacia la salida de la biblioteca hasta que él abrió la puerta para sostenerla y darme paso. Justo cuando iba saliendo, al otro lado de los pasillos, se encontraba Dua, con sus amigos raros. De primero ella me miró, y después dos más. Alejandro también los estaba mirando, pero inmediatamente desvió su atención, como si estuviera molesto con ellos.
–¿Me permites llevarte a casa?
Al instante lo miré. Y él sonrió, dirigiéndose a la salida de la escuela, como yo.
–...es lo mínimo que puedo hacer como agradecimiento por tu ayuda.
–No es nada, no te preocupes. Sólo espero que no tengas perro que ame comer libros o tendremos un problema–comenté y él rió un poco.
–Tengo uno, pero es más obediente que yo y no come libros.
Caminar a su lado, desde aquél ángulo no era tan intimidante como parecía.
–Por cierto, ¿y tu amiga?
–Betty se fue temprano.
–Entonces, no habría problema con mi propuesta.
Lo pensé. Y continuamos caminando hacia su motocicleta.
–Sólo tienes un casco.
–Ese sería para tí, yo estoy hecho a prueba de todo.
Negué en silencio.
–Yo también.
Al quedar frente a su motocicleta y esperar a que Alejandro acomodara los libros en una mochila, levanté la mirada y ahí, junto al automóvil oscuro, encontré a Dua con su nueva chica, besándose.
Mal-di-ta.
Miré cómo bajó su mano por la espalda de la chica mientras que con la otra sostenía un cigarrillo entre los dedos. Si no estuviera perdidamente enamorada de Dua, aquella escena me parecería completamente ¿ardiente?
–¿Nos vamos?
Alejandro me extendió su casco y yo me lo coloqué, evitando volver a mirar hacia "esa" dirección, pero me fue imposible. Al estar detrás del chico, encima de la motocicleta, la miré de nuevo, encontrándome de nuevo con la mirada de Dua, era indescifrable lo que podía ver en ella hasta que sonrió.
¿Me está desafiando?
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try me › dua lipa
FanficPruébame, hazlo...pero si yo gano, haré lo que yo quiera contigo.